El Lointek Gernika va a cerrar la temporada con el mal sabor de boca que ha supuesto quedarse fuera de los ocho mejores y, por tanto, del play-off. A las granates aún les queda un partido ante el descendido Ardoi para igualar el balance de victorias de la temporada pasada con catorce y acabar en el noveno puesto, uno más arriba. En todo caso, Lucas Fernández no ocultó tras la derrota ante el Gran Canaria la decepción que supone tener que acabar la temporada antes de lo deseado y haberse quedado sin el último objetivo y quizás el más importante porque el deseo general era volver a Europa.

El disgusto es mayor porque justo antes de la Copa un triunfo ante el Joventut permitía a las gernikarras depender de sí mismas, pero el tramo final se les ha hecho bola, como ocurrió la temporada pasada. Acumulan cuatro derrotas que les han impedido llegar a la última jornada con opciones. En estos cuatro partidos, el Lointek Gernika se ha quedado en 58 puntos de media, siete menos de su media durante la temporada.

Al margen de análisis más en profundidad que realizará el cuerpo técnico, tres cuestiones aparecen como causantes de la irregularidad que ha mostrado el equipo en sus prestaciones. Por un lado, Maloste, que vio dos derrotas en las dos primeras jornadas, no ha sido el fortín que el equipo necesita ya que ha sumado solo siete triunfos en quince partidos, un balance que puede ser el mismo como visitante si suma en Ardoi. Esto resulta una rareza y puede deberse a que una plantilla tan joven ha jugado en casa en demasiadas ocasiones con exceso de ansiedad y responsabilidad. No es casualidad que el equipo haya respondido mejor ante los conjuntos más potentes de la Liga Femenina.

En las estadísticas, el Lointek Gernika va a acabar el curso como el segundo peor porcentaje en triples (27,4%) y el segundo equipo que más balones pierde (16,2). Todo eso ha provocado que las defensas se cerraran y, en ausencia de tiradoras puras, sufriera cuando no podía conseguir ventajas en carrerani encontrar con ventajas claras a sus jugadoras interiores. A su vez, las gernikarras han sido el segundo mejor equipo en el rebote de ataque (10,5), pero no han logrado aprovecharlo para elevar sus guarismos ofensivos. En varios partidos, se han producido colapsos ofensivos que han lastrado las opciones de victoria, sobre todo en partidos ante rivales directos. La marcha de Taylor Mikesell no pudo ser suplida en condiciones y el Lointek Gernika se quedó sin un arma esencial en el baloncesto actual.