Cada vez es menos frecuente que dentro del baloncesto profesional alguien pueda decir con toda la razón que está en su casa. Menos aún que un club, sobre todo femenino, cuente con tres jugadoras formadas en su propia cantera en el primer equipo. El Lointek Gernika lo ha conseguido esta temporada y Ane Olaeta (13-5-1999), Marta Alberdi (7-10-200) y Naia Zubiaga (16-8-2006) están haciendo realidad el sueño que empezaron a construir a medida que subían escalones por las categorías formativas del club. “Además, con Irati (Etxarri) e Itzi (Ariztimuño) somos cinco vascas y eso tampoco es habitual”, proclaman con el mismo orgullo con el que destacan que “para un pueblo pequeño de 16.000 habitantes, que haya tres canteranas en el primer equipo es una pasada”. “Tenemos mucha conexión con la afición porque, al fin y al cabo, tenemos gente muy conocida en la grada. Ese es un factor motivante que te ayuda a competir mejor”, asegura Olaeta, que como Zubiaga ha regresado este verano tras unos años fuera. “A los que más llusión es hace es a los aitas y amas que nos han visto crecer, nos han acompañado desde pequeñas, en algún caso nos han visto salir fuera y ahora nos pueden ver en el primer equipo”, dice la más joven del trío gernikarra.

Las tres han metido, y siguen metiendo, muchas horas en Maloste, pero cada una ha seguido un camino para llegar al primer equipo. Ane Olaeta debutó con 17 años en el primer equipo, pero luego marchó a Estados Unidos, a la California Baptist University, sin tener muy claro si quería dedicarse al baloncesto como profesional, pero donde “tuve grandes experiencias personales y aprendí mucho sobre mí misma ya que te toca afrontar todo tipo de situaciones sin tu familia o tus amigos. Era otra cultura”. A la vuelta de este periplo de cinco años, fichó por el Ensino Lugo “que fue mi primer acercamiento a la Liga Femenina como profesional. En Lugo me di cuenta que el juego era mucho más técnico y táctico y me costó adaptarme. Aprendí otras cosas y ahora estoy de vuelta donde todo empezó”.

Naia Zubiaga, una de las perlas de la cantera gernikarra, llamó la atención de la Federación Española que la ofreció integrarse en el proyecto Siglo XXI, por el que han pasado muchas de las mejores jugadoras de la Liga Femenina. “Me habían hablado muy bien del Siglo XXI y me fui allí con catorce años. Han sido cuatro años bonitos, pero también muy duros, ya que ya soy muy familiar y de mis amigos. Pero no me arrepiento”, comenta sobre su paso por un centro en el que coincidió con otra vizcaína como Daviane Mindoudi, que ahora milita en la Universidad de Florida, y con Iyana Martín, una de las sensaciones de la temporada que acaba de debutar con la selección absoluta.

En el Siglo XXI, la exigencia es grande ya que “en los dos años de cadete jugábamos contra juniors y en los dos años de juniors, jugábamos en la Liga Femenina-2”. Además, en función de los grupos de edad “un año estabas con gente de un año más y al siguiente con las de un año menos. Eso hace la adaptación, pero creo que dimos un buen nivel”. Todo esto había que compaginarlo con los estudios: “A las siete de la mañana íbamos al gimnasio, luego a clase y después de comer, otra vez a entrenar. Y en los ratos libres, había que estudiar”. Naia Zubiaga tiene un futuro prometedor ya que ha sido internacional este verano con la selección U18 en la que coincidió como en veranos anteriores con Awa Fam, compañera ahora en Gernika, y también llegó a cuarto de final del Mundial de 3x3, una modalidad que le gusta, “pero para unas pocas semanas en verano”.

Marta Alberdi, por su parte, cumple su quinta temporada tras llegar desde los equipos de cantera, primero como meritoria y ya como miembro de pleno derecho. “Mi camino ha sido en Gernika. Empecé en la ikastola y luego he ido poco a poco subiendo en el club hasta llegar aquí. Aunque no haya vivido las experiencias de salir fuera, aquí he aprendido y he mejorado mucho y he vivido otras cosas, como jugar la Copa o partidos europeos”, explica. “Tuve la opción de ir a Estados Unidos, pero tampoco me llamaba mucho el baloncesto de allí y decidí quedarme en Gernika. A veces, piensas que habría estado bien conocer otra cultura y otro idioma, pero tampoco me arrepiento”. En su caso, lo peor han sido las lesiones, que le han obligado a parar en varias ocasiones: “Voy casi a lesión por año, pero la cosa es seguir y no rendirte porque es lo que te gusta. Te levantas porque no queda otra”.

EL PAPEL DE REFERENTES

Alberdi y Olaeta han jugado “juntas en cadetes y juniors. Venimos de la misma ikastola, tenemos la misma cuadrilla… Pero las tres nos conocemos de toda la vida”. Zubiaga, unos años menor, las tenía como referencia cuando empezó a jugar y ahora las tres comparten vestuario en el equipo más joven de toda la Liga Femenina. “Estar en un equipo tan joven te da muchas ganas de trabajar, que nunca han faltado. En momentos puntuales, igual nos falta experiencia en los minutos decisivos, pero lo estamos llevando bien”, expone Alberdi. Olaeta reconoce que las dos primeras derrotas en Maloste “fueron un palo porque habíamos hecho una gran pretemporada. Pero la Liga Femenina tiene un nivelazo y creo que ya hemos aprendido la lección”. Zubiaga, en su primer año a este nivel, quiere “aprender de jugadoras que para mí son referentes y disfrutar de la experiencia”.

Lo mismo que ellas paraban tímidamente “en el supermercado a Naiara Díez y a todas esas” cuando seguían al primer equipo, ahora ellas tres ocupan ese papel de que “nos pidan fotos, nos animen por la calle. A veces, me da hasta vergüenza, pero es un placer”, dice Marta Alberdi. Sentirse referencia no les pone más responsabilidad, “al contrario, es un orgullo y un placer que el pueblo tenga un equipo a este nivel y tener a todos los niños y niñas en Maloste animándote porque te contagia. Y las crías pueden ver que con trabajo y los pies en el suelo se puede llegar, como hemos llegado nosotras”.