Un grupo rearmado
El Bilbao Basket, notable en defensa y muy vertical en la búsqueda del aro rival, arrolla al Coruña tras el descanso y agradece la revitalización de varios de sus componentes
Bilbao - Si el Bilbao Basket podía temer que la derrota en la final de Copa afectara a su fortaleza mental, sus miedos quedaron disipados en la matinal de ayer con una inapelable victoria ante el Leyma Coruña. No fue solo que el conjunto vizcaino protagonizara una de sus actuaciones más arrolladoras del curso, probablemente la más coral en cuanto al rendimiento global, sino que el choque sirvió para que varias de sus piezas que en las últimas semanas se habían quedado rezagadas en cuanto a rendimiento recuperaran una versión mucho más cercana a la que de ellos se espera. El conjunto de Álex Mumbrú ingresó en cancha intenso, intercambió golpes con su rival durante los dos primeros cuartos y tras el descanso puso pies en polvorosa en el luminoso para no volver a mirar atrás. Los anfitriones supieron explotar a las mil maravillas las debilidades de la defensa gallega, muchas y muy apreciables, para ofrecer una versión muy vertical a la hora de atacar el aro, con Thomas Schreiner y Javi Salgado castigando una y otra vez a Zach Monaghan, una caricatura de sí mismo por sus problemas físicos, galopando tras cada robo de balón y buscando en un buen número de ocasiones pases de canasta a canasta. Además, la retaguardia bilbaina desdibujó a un rival con muchos puntos en sus manos, lo que hizo que los Mirza Bulic, Ty Sabin o el propio Monaghan actuaran muy desdibujados.
Para los intereses bilbainos la mejor noticia del duelo radicó en que fueron muchos los jugadores que tuvieron minutos de brillo individual, tanto los que últimamente estaban ofreciendo un rendimiento más sostenido, caso de Jaylon Brown, como los que se habían quedado algo rezagados, con lo que ello supone de rearme para un grupo que necesitará a todos sus componentes para afrontar los retos que le esperan. Kevin Larsen volvió a anotar con solvencia en las distancias cortas, Osvaldas Matulionis atacó el aro con contundencia en la fase en la que los hombres de negro destrozaron el duelo y, sobre todo, Edu Martínez volvió a sentirse Edu Martínez, un tirador de toda la vida. Sus once puntos, ocho seguidos en el tercer acto, con tres triples pueden ser el comienzo de la recuperación de una pieza vital en el engranaje bilbaino.
El Bilbao Basket arrancó con sus cinco sentidos bien activados y adelantando líneas defensivas, lo que le permitió robar un par de bolas en menos de dos minutos y controlar el luminoso. Schreiner tenía la consigna de ser vertical ante Monaghan y esta circunstancia ofreció inmejorables dividendos a los anfitriones, que se vieron con un interesante 13-5 en el ecuador del acto inaugural, aunque el Coruña no le perdió la cara al duelo merced a los puntos de Pino, Serrano y Stephens. Los de Mumbrú dominaban el rebote ofensivo y no permitían acciones sencillas a su oponente, pero una vez más les pesó su flojo acierto desde la línea de tres puntos (3 de 11 en los diez primeros minutos), aunque dos de Salgado, uno sobre la bocina, les permitió cerrar el primer parcial con un 25-20. Stephens, compinche de Lammers en sus tiempos en Georgia Tech, siguió haciendo daño a la retaguardia bilbaina gracias a su buena muñeca, por lo que los de Aranzana tuvieron incluso posesiones para adelantarse en el luminoso, pero la segunda falta del estadounidense les sacó de foco.
Hasta ese momento, el Bilbao Basket fallaba demasiados tiros cómodos y el 32-31 no era tranquilizador, pero en el momento en el que Brown entró en combustión los anfitriones amagaron con romper el partido. Diez puntos consecutivos del de Indiana (tiros libres, un triple y un mate), acompañados de otro arreón defensivo que hizo que para el Coruña se convirtiera en una autentica pesadilla el mero hecho de sacar de fondo o cruzar la mitad de la cancha, cristalizó en un 42-31 a 2:21 del descanso. Sin embargo, dos pérdidas de Demetrio impidieron el despegue definitivo y el Coruña lo castigó con dos triples de Ferreiro y Xavier cuando al Bilbao Basket le quedaba todavía una personal antes de entrar en bonus.
Un mate de Larsen envió el choque a vestuarios con un 44-37 que dejaba todo abierto, pero el esperadísimo despertar anotador de Edu Martínez permitió al Bilbao Basket volver a distanciarse. Ocho puntos del riojano y un par de canastas de Salgado, absolutamente superior a Monaghan, devolvieron la ventaja de dobles dígitos (56-44) y en el momento en el que Lammers y Matulionis se unieron a la fiesta el encuentro saltó por los aires. Los anfitriones apretaron en defensa, pudieron jugar al galope en ataque, en ocasiones con pases de costa a costa, y al Coruña, abrumado, solo le quedó sacar la bandera blanca. Al último cuarto se llegó con un inapelable 73-53 y al menos sirvió para que el público siguiera entreteniéndose con más mates, Rigo dispusiera de minutos de juego, Edu Martínez enchufara otro triple y Mumbrú, a petición popular, activara a Mendikote los últimos tres minutos y medio. La matinal se cerró con un 87-59 y un grupo rearmado en su andamiaje.