bilbao - En la rueda de prensa posterior a la derrota europea ante el Partizan, Carles Duran pidió perdón a los aficionados del Bilbao Basket. No se sabe si por perder, por recibir de nuevo más de 90 puntos o por cuál otro motivo. El técnico aseguró que los problemas defensivos que mostró de nuevo su equipo no fueron debidos a la falta de actitud y se mordió la lengua, quizás para no decir que no tiene los mimbres necesarios para ver plasmado en la pista eso que reclama. Ahora mismo el conjunto bilbaino es el segundo máximo anotador de la Eurocup, con 92 puntos de media, y también el tercero que más recibe, con ese mismo promedio. Al menos, los partidos del Bilbao Basket están siendo vistosos, o sea que por ese lado no hay de qué disculparse. Mejor perder a 90 puntos que perder a 60.

Otra cosa es que los hombres de negro hayan desaprovechado en casa dos buenas oportunidades de hacer más fácil su camino en la Eurocup y no estén mostrando en Miribilla la solidez que esperaban. Pero tampoco hay motivos para la alarma porque, hasta ahora, los resultados se ajustan a lo que puede ofrecer un equipo del nivel de este Bilbao Basket. Y es que quizás el problema es que se sigue aspirando a objetivos que están desenfocados de la realidad.

Si uno piensa en presente, entonces puede flagelarse y pedir perdón con cada derrota, aunque la del miércoles ante el Partizan no se diferencie mucho de otras que ya sufrió el Bilbao Basket en campañas anteriores. Por ejemplo, una de hace dos a ños ante el Olimpia Liubliana, un equipo de corte parecido al serbio y en el que, por cierto, jugaba Vasilije Vucetic más de lo que juega ahora. Pero si se piensa en presente, en querer pasar de fase en la Eurocup, entonces habría que haber hecho otra plantilla. Nadie en Europa regala nada y si equipos con más argumentos que el Bilbao Basket tampoco van sobrados en la competición, habrá que convenir que lo que está ocurriendo tampoco es extraño.

Ya se sabe que el que mucho abarca poco aprieta y, por eso, convendría pensar en futuro, en utilizar los partidos europeos para desarrollar jugadores. Esa consigna debe salir desde el club para que el entrenador encuentre respaldo a algunas decisiones. La plantilla que en verano se vendió como más larga y de perfil más físico que la anterior está limitada a nueve jugadores en los que Duran confía plenamente. Para Salgado y Mendia, que tiene menos protagonismo que la pasada temporada, ha quedado repartirse salomónicamente el cupo vizcaino y Kempton y Vucetic no cumplen las pretensiones del entrenador para la primera rotación interior. Y nunca lo harán con garantías si no juegan con asiduidad y algo de confianza por parte de sus compañeros.

La acumulación de partidos impide disponer de la cantidad de entrenamientos que el estadounidense y el serbio necesitan para pulir sus defectos y avanzar pasos hacia un rol más importante. Otros clubes de ACB han cedido a sus jóvenes a otros equipos para que sumen las horas en cancha que no pueden ofrecerles habitualmente. Nadie mejora pegado a un banquillo y que Kempton o Vucetic se queden en casa cualquier semana europea tampoco debería suponer un quebranto, habiendo trece jugadores en la plantilla. Así podrían echar unas horas en Miribilla. Y si van convocados, que jueguen para que otros lleguen en mejores condiciones a la Liga Endesa, que es donde está la verdadera prioridad del Bilbao Basket.

Poner a Hervelle de cinco es pan para hoy y hambre para mañana, un recurso que no puede convertirse en hábito. Si no hay fe en Kempton y Vucetic, habría que resolver el dilema a favor de traer a alguien de garantías para la rotación del juego interior que ponga más cerca las victorias. Porque no se trata de jugar a 100 o a 70 puntos, sino de hacer las cosas necesarias para ganar los partidos cuando toca, que suele ser casi siempre en el tramo final.