bilbao - Tras cosechar sendos tropiezos en sus dos últimas contiendas, el Bilbao Basket comparece esta noche en Miribilla con el objetivo de reconducir su rumbo en la Eurocup y volver a poner de nuevo a su favor el balance de victorias y derrotas ante un Partizan colista de grupo que aún no conoce el triunfo en su singladura continental. Carles Duran reconoció ayer que el conjunto que dirige se toma esta contienda con el objetivo de “recuperar la estabilidad que en estos dos últimos partidos hemos perdido en algunos momentos”. Las derrotas ante Limoges y, sobre todo, en la cancha del Iberostar Tenerife han dejado cierto regusto a regresión, a paso atrás para un grupo humano que parecía haber alcanzado una línea de expresión reconocible en cancha. “Los rivales que hemos tenido hasta ahora tampoco eran malos. Cada partido es difícil y esta semana tenemos un choque en casa y otro fuera y vamos a ver si sumamos los dos, algo que sería muy importante para nosotros”, apuntó el inquilino del banquillo vizcaino.
La escuadra serbia se caracteriza por encima de todo por dos rasgos: bisoñez y talento individual. Sobre el primer aspecto, basta con citar que Álex Mumbrú ha ganado más partidos en esta competición, 73, que encuentros han disputado todos los jugadores del Partizan, 70. Sobre los puntos fuertes del rival, Duran lo tiene claro: “Es un equipo bastante parecido a nosotros en algunos aspectos, un equipo muy joven con tres o cuatro veteranos. Sobre todo destacaría a sus dos americanos (los exteriores Nigel Williams-Goss y Patrick Miller), jugadores muy verticales y con muchos puntos. Luego están Novica Velickovic, que aunque es cierto que ha tenido muchas lesiones es un gran jugador, y Vanja Marinkovic, que creo que es el talento más importante que tienen”. Miller y Williams-Goss llegan de sumar 40 y 38 puntos en el último duelo del Partizan en la ABA League (triunfo por 117-104 ante el Igokea) y Marinkovic, un notable tirador de 20 años pese a su dos de doce en triples en la Eurocup, ya estuvo el pasado verano en la órbita del Baskonia.
“Está muy claro que si queremos aspirar a estar entre los cuatro primeros es un partido muy importante porque cada duelo en casa es una final y ya cometimos un pequeño error ante el Limoges”, reconoció Duran, a la espera de que los suyos recuperen las constantes vitales mostradas en los duelos ante Betis, Lietuvos y Zaragoza para dar un buen espaldarazo a sus posibilidades de alcanzar la siguiente fase continental.