Bilbao - La derrota del sábado en la cancha del Iberostar Tenerife ha reabierto algunas vías de agua que parecían ya taponadas en ese grupo humano en plena fase de construcción que es el actual Bilbao Basket. Una derrota ante el rival insular no puede ser tomada como extraña porque se ha convertido en tendencia en los últimos tiempos, pero son las formas las que preocupan. Porque hay errores que parecían ya subsanados -o al menos maquillados- que reaparecen a la más mínima oportunidad y otros que tiene pinta de que acompañarán a los hombres de negro a lo largo de todo el curso.

Aunque el discurso oficial, y también la lógica más aplastante, esgrime que la sostenibilidad del equipo tiene que llegar a base de sumar más jugadores al reparto de minutos cotidiano, sorprendió que Carles Duran decidiera recortar su rotación a nueve jugadores, ya que los 35 segundos que jugó Tim Kempton fueron por un error al comunicar a la mesa los quintetos iniciales. Mickell Gladness y Axel Hervelle, a priori el cuatro titular del equipo, se repartieron los minutos de pívot mientras que el propio Kempton y Vasilije Vucetic se limitaron a seguir el duelo desde el banquillo, algo que no había ocurrido en los seis partidos oficiales disputados hasta el momento por el conjunto vizcaino. Es bien sabido que uno de los principales problemas del Bilbao Basket en este arranque de curso radica en el puesto de pívot suplente, donde cohabitan dos jóvenes prometedores, trabajadores y con buenas maneras pero aún tiernos, bisoños. Sin embargo, bien uno, otro o los dos, siempre habían dispuesto de minutos de juego hasta el momento en una función en la que Hervelle también venía apareciendo habitualmente, aunque en momentos puntuales de los encuentros, no como en el Santiago Martín, donde ejerció como guardaespaldas de Gladness con todas las de la ley.

Hasta el momento, el del Real Madrid había sido el único duelo en el que entre Kempton y Vucetic habían jugado menos de diez minutos (ocho del estadounidense, cero del balcánico). Por contra, en dos sumaron más de 20 minutos de presencia en cancha: en el triunfo en Sevilla ante el Betis y en la derrota del pasado miércoles ante el Limoges, con el serbio acaparando más protagonismo que su compañero. Por eso extrañó la decisión tomada por Duran el sábado a falta de conocer si se trataba de una estrategia puntual por las características del juego interior del rival o si se convertirá en hábito, lo que dejaría desactivados a dos componentes de la plantilla que si algo necesitan para evolucionar es presencia en cancha. Sea como fuere, la apuesta resultó extraña porque el Tenerife apenas pudo activar durante siete minutos a Mike Tobey, su principal activo en las distancias cortas, mientras que Wally Niang, el tercer pívot de su rotación, jugó más de catorce minutos, cifra que aún no había alcanzado en el presente curso. Y claro, más minutos de Hervelle como cinco supusieron más minutos de Álex Mumbrú en cancha. El capitán acabó jugando más de 32 minutos cuando en el presente curso no había alcanzado los 27 en ningún encuentro. De hecho, ningún hombre de negro había llegado a disputar 30 minutos en un choque del presente curso, ni en Liga Endesa ni en Eurocup.

Con estos dos jugadores acumulando más minutos y desgaste físico que nunca este curso, los problemas en la retaguardia se multiplicaron en el último cuarto, como es lógico. El Bilbao Basket se sobrepuso durante 30 minutos a su desacierto en el tiro exterior pero llegó ahogado a un acto final en el que el Tenerife encontró más espacios para tirar cómodo de tres puntos, más facilidades para dominar el rebote y huecos para hacer circular la bola a placer.