La invasión de los soñadores
La afición del Zornotza ha sido clave en los encuentros del ‘play-off’ de ascenso a la LEB Oro y no se va a perder la oportunidad de estar con su equipo este fin de semana en Valladolid, donde los vizcainos buscan hacer historia
EL Zornotza está a dos pasos de hacer algo histórico. Solo necesita dos victorias más para vencer en el play-off de ascenso a la LEB Oro. Con la serie ante el Comercial Ulsa Valladolid empatada a uno, los zornotzarras viajan a tierras vallisoletanas con el objetivo de cerrar la serie en los partidos de hoy (20.45 horas) y del domingo (19.00 horas). El club vizcaino cree en hacer algo grande esta temporada y no quiere parar de soñar, tampoco lo quiere hacer su afición. Larrea ha sido un fortín durante toda las rondas, sin parar de animar y dando ese aliento de fuerza necesaria en los momentos más duros. Seguidores que ya viajaron a Granada en las semifinales y que ahora estarán presentes en el Polideportivo Pisuerga. Bixente Méndez, Idoia Albizuri, Ana Intxausti, Javi Salazar y Albert González son una parte de las cerca de 200 personas que se movilizarán con el Zornotza en este fin de semana tan importante para la historia del club.
El Zornotza acude con el objetivo de vencer al Valladolid en los dos partidos y ganar la plaza para competir en la LEB Oro. La afición desplazada animará hasta el último momento pase lo que pase, pero no exigen nada a sus jugadores. El club ha hecho los deberes de sobra y se han superado todas las expectativas deportivas. Ahora, toca disfrutar del momento y vivir al máximo esta experiencia única. “Esta es una temporada que no habíamos soñado jamás. Para nosotros es culminar con una fiesta y nuestra mayor motivación es apoyar a este equipo que ha hecho feliz a tanta gente en este pueblo”, declara este grupo de aficionados. Los seguidores zornotzarras son realistas con la situación del club, saben que jugar esta final va mucho más allá de lo esperado a principios de curso y más con todas las dificultades vividas desde antes de comenzar el año: “Tanto nosotros como los jugadores, tenemos que ir a disfrutar. Vamos a pasar el fin de semana con la intención de estar toda la familia del Zornotza junta”.
Los propios jugadores son los primeros en agradecer todo el apoyo que reciben. La plantilla del Zorno-tza sabe que Larrea ha sido parte fundamental de lo conseguido y a la más mínima oportunidad agradecen los ánimos. “Son chavales completamente accesibles. Para nosotros es un plus, son gente muy sencilla, muy normal y saben que estamos siempre ahí”, comentan. Esta comunión no solo se traslada a los jugadores locales, también los extranjeros, muchos de ellos en su primera experiencia fuera de casa, reciben el cariño de los zornotzarras, algo que se nota en la pista: “Es de resaltar que jugadores de fuera estén rindiendo a este nivel a estas alturas de la temporada. Se han contagiado de la gente de aquí y se les nota las ganas que tienen de dejarnos en los más alto”.
Zornotza es Amorebieta, pero también es Leioa, Durango, Bilbao? Zornotza representa al baloncesto vizcaino. “Hay mucha gente de todo Bizkaia. Los jugadores del Bilbao Basket vienen cuando pueden y aunque toda la financiación es de Amorebieta, el Zornotza no es solo de aquí, es de todo Bizkaia”, afirman. Uno de los principales culpables de unir a estas aficiones es Ixer, la mascota del club y que se ha ganado el cariño de todo el público. “Tiene un desparpajo espectacular y muchas veces el público se ha movido porque la mascota lo pedía. Es increíble”, reconoce este grupo de aficionados.
Herri kantxa Entre los aficionados del Zornotza destaca un grupo, Herri Kantxa. “Éramos forofos del baloncesto y veníamos los partidos. Pedimos unas camisetas, en principio eran para diez o doce, y enseguida éramos más de ochenta”, explica uno de los fundadores. Estas camisetas se han convertido en icono de Larrea, casi siempre en la misma zona, animando sin parar desde el salto inicial. Todas las personas con un número especial. “Llevamos el 18 de Ibon Carreto, el que fue el ídolo nuestro y buque insignia del equipo”, relata. Esta iniciativa comenzó como algo pequeño y ahora familias enteras de Amorebieta pertenecen a Herri Kantxa.
La afición del Zornotza está compuesta por gente que ama el baloncesto. Volcada por un club, pero también por un grupo de seguidores que vinieron solo con la intención de apoyar a un amigo, a Iker Salazar, y se convirtieron en parte de la familia zornotzarra. “Somos el grupo del barrio de Iker. Venir a verle nos une. Debido a estudios, trabajo y demás es difícil juntarnos todos y en los partidos tenemos la oportunidad de pasar un rato juntos”, declara Javi Salazar, que ve con el orgullo del hermano mayor como el ahora capitán del Zornotza está a punto de ser protagonista de una gesta histórica: “Tendría unos doce años cuando empecé a jugar e Iker era todavía mini. Él se emperró en jugar conmigo o si no, no jugaba. Era un moco. Nadie le ha regalado nada para llegar hasta aquí y si sigo jugando al basket es por él, venir a verle es lo que me sigue ilusionando en este deporte”.
El ascenso a la LEB Oro es el sueño de una familia, de amigos o de un pueblo. Amorebieta está volcado con el Zornotza. Aunque ante todo es un fin de semana para disfrutar y volver a demostrar esa unión única entre la hinchada y los jugadores. Esa simbiosis que ha llevado a los zornotzarras a un momento histórico y les ha dejado a dos pasos de hacer lo que era un sueño de locos, algo imposible, en realidad. Afición y club no quieren parar de soñar y Valladolid aspira a convertirse en un lugar para el recuerdo para el Zornotza.