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El triunfo que hacía falta

el bilbao basket vuelve a ganar a un equipo de la zona alta para reavivar sus opciones de ‘play-off’

El triunfo que hacía faltaOskar Gonzalez

bilbao - Hacía falta una victoria como la de ayer para inyectar nuevas dosis de optimismo en esta temporada en la que el RETAbet Bilbao Basket está pasando de la euforia a la decepción sin pasar por un tono anímico plano. El Valencia Basket llegaba a Miribilla con la amenaza que suponía ser el líder de la Liga Endesa, un equipo de la zona de play-off que, salvo el Barcelona, se habían atragantado a los hombres de negro durante todo el curso. Pero había que dar un golpe sobre la mesa ya que la campaña está entrando en esa fase en la que no quedan jornadas para rectificar los errores.

Las buenas intenciones siempre han estado ahí, las manifestaciones en las que se insistía en no renunciar a la octava plaza se han repetido en Miribilla. Ahora ya ha llegado el resultado que las hace buenas y que vuelve a enchufar al Bilbao Basket a un objetivo más ambicioso que acabar la temporada en una posición insípida. Con el triunfo hasta el Valencia Basket, la cosa ya queda entre los vizcainos y el Morabanc Andorra ya que el Fuenlabrada y el Estudiantes quedan a una distancia de dos partidos más el average de los de Carles Duran.

La oportunidad de jugar dos partidos seguidos en casa a estas alturas que ha ofrecido el caprichoso calendario, pese a lo complicado de las fechas, no podía dejarse pasar. No podía ser de otra manera, el Bilbao Basket tuvo que hacer su mejor partido para tumbar a los taronjas que ahora mismo no parecen estar para sufrir ni para pensar demasiado tras el sopapo que se llevaron la semana pasada en la final de la Eurocup. Los jugadores locales salieron dispuestos a subirse al que quizás era el último vagón hacia el play-off y desplegaron muchos más argumentos que en ningún encuentro anterior.

Partiendo desde la defensa, de la que solo pudo escapar Bojan Dubljevic gracias a su enorme talento individual, el Bilbao Basket encontró la confianza necesaria para llevar su marcador a cerca de los 90 puntos. O quizás fue al revés, que al anotar con fluidez creció el deseo de defender. El caso es que si en el duelo contra el Unicaja casi todo lo que lanzaron se estrelló en el aro, ayer ocurrió lo contrario y los bilbainos se fueron a un 85% en tiros de dos (22 de 26), su mejor registro en ese apartado desde que están en la Liga Endesa. Se dio la circunstancia de que los hombres de negro lanzaron más triples, 29, y también acabaron con un porcentaje notable del 41%.

tabu, protagonista Todo esto sirvió para que el público se enganchara desde muy pronto y disfrutara de un bonito espectáculo, algo que nunca está de más en esta cosa del deporte profesional, y para que el Bilbao Basket estuviera por delante en el marcador durante 37 minutos sin dejar asomar ni un atisbo de debilidad. Jonathan Tabu marcó la pauta con sus 27 puntos, que son la mayor anotación de un base del equipo bilbaino en la Liga Endesa y la segunda máxima de su carrera. El belga se adueñó del partido desde el primer minuto y a su alrededor crecieron sus compañeros porque se sintieron seguros. Todos anotaron, sin necesidad de que nadie acaparara el balón para desperdiciar ataques, y todos mantuvieron siempre un alto nivel de intensidad que acabó atropellando al Valencia Basket, al que le afloraron las dudas a partir de la mitad del tercer cuarto.

A la hora de contener, el Bilbao Basket encontró también al mejor Axel Hervelle, que estuvo en todas con acierto, concluyó como el máximo reboteador del equipo y fue una pieza clave para interpretar los numerosos cambios defensivos que propuso el entrenador. En el día de los belgas, al de Lieja se le vio disfrutar en el campo y por ello fue el jugador más utilizado. Ayer nadie echó en falta al doliente Scott Bamforth, que se sumó a los festejos armado con sus muletas, porque el Bilbao Basket fue un equipo con las ideas muy claras y repartió los puntos del de Albuquerque entre todos. El mensaje ya está mandado y ahora hay que ratificarlo el lunes ante el Obradoiro para mantenerse a tiro del Andorra y quizás alcanzarle.