Asignaturas pendientes en el Bilbao Basket
El Bilbao Basket debe solventar sus lagunas para cumplir el deseo fijado por su técnico: jugar el ‘play-off’
Bilbao - “Estoy cansado de perder, necesitamos ganar”. Con esta frase una vez consumada la derrota en territorio baskonista el domingo, Carles Duran sintetizó a la perfección el estado de ánimo de la afición del RETAbet Bilbao Basket, una marea negra que asiste, entre atónita y resignada, a la caída en picado en cuanto resultados y sensaciones de un equipo que desde su prodigioso arranque de curso en la Liga Endesa con un balance de 4-0 ha cosechado únicamente seis victorias en sus siguientes veinte compromisos entre la competición doméstica y la continental.
Sin billete para la Copa por primera vez en tres cursos y eliminado de la Eurocup a las primeras de cambio, algo que jamás le había ocurrido, el conjunto vizcainha alcanza el ecuador del curso emitiendo constantes vitales tan confusas como preocupantes, circunstancia que debe dejar en el olvido si pretende remontar el vuelo en la segunda vuelta, que arrancará el domingo visitando al Movistar Estudiantes. “Quiero jugar el play-off”, expresó el domingo Duran en las entrañas del Buesa Arena. Sin embargo, para que este deseo pueda hacerse realidad, el Bilbao Basket tiene a día de hoy mucho que mejorar. Clasificado en novena posición, la ansiada octava plaza, ocupada por el Morabanc Andorra, queda a dos triunfos, pero el sótano de la tabla tampoco está demasiado lejos, con el penúltimo clasificado, el Rio Natura Monbus, a tres partidos.
Durante toda la primera vuelta, las principales taras de la maquinaria de los hombres de negro se han focalizado en su endeblez defensiva y en su falta de solidez y sostenibilidad en el puesto de base. El problema con los directores de juego ha generado un gran debate ya que es la principal patata caliente con la que ha tenido que lidiar Duran. Jonathan Tabu, convertido en verano en la gran apuesta del club, no ha ofrecido las garantías suficientes, Tobias Borg no ha demostrado hasta el momento que pueda ser algo más que un aseado segundo base y Javi Salgado parece no contar con la confianza del técnico catalán, que últimamente ofrece sus teóricos minutos a Sergio Llorente, debutante en la ACB a sus 26 años y que teóricamente iba a quedarse en el equipo única y exclusivamente para fortalecer los entrenamientos.
Por galones y expectativas creadas, la mayor parte de las miradas y las críticas se han centrado en Tabu. Entre que llegó tarde por sus compromisos con la selección y una lesión muscular en su pierna izquierda, el belga ha ido contracorriente durante todo el curso y en nada se ha parecido al resolutivo director de juego que pudo verse el anterior ejercicio en Fuenlabrada. A Tabu se le ve incómodo en los partidos, como si manejara una partitura distinta a la de sus compañeros. A veces cohibido y en ocasiones acelerado, su escaso rendimiento ha dañado profundamente a un equipo al que, huérfano de timón, se le ve muchas veces desnortado en cancha, amparándose en momentos de apuro en el abuso del triple ante la ausencia de jerarquía y bastón de mando en un puesto fundamental en este deporte. Buena parte del futuro deportivo inmediato de los hombres de negro dependerá de la mejora en el rendimiento del belga tanto en defensa como en ataque, aunque convendría aclarar también la función en el equipo de un Javi Salgado que en sus escasos minutos de participación no ha hecho nada especialmente mal como para ser condenado al ostracismo. La experiencia, temple y notable muñeca del de Santutxu deberían ser aprovechadas porque actualmente ninguno de estos tres rasgos sobra entre los bases de la escuadra vizcaina. Llorente ha aportado entrega y piernas frescas en momentos muy puntuales de un par de duelos, pero sus carencias a la hora de subir la bola ante la presión de sus pares también han quedado a la vista.
Pérdidas y facilidades Por su parte, la defensa ha sido un problema en el que Duran ha hecho hincapié prácticamente desde el arranque del curso, incidiendo en que su equipo recibía puntos con demasiada facilidad tras pérdida de balón, estadística en la que es actualmente el peor equipo de la Liga Endesa, con 15,6 bolas extraviadas por contienda. Todas las derrotas del Bilbao Basket en la presente campaña han tenido el denominador común de haber encajado más de 80 puntos por encuentro y la tendencia a encajar canastas sencillas a un palmo del aro se ha mostrado extraordinariamente dañina en recientes encuentros, aunque contra el Baskonia se corrigió tímidamente.
Estas taras en el juego han tenido incidencia, o han ido estrechamente relacionadas, con la caída del rendimiento individual de diversos jugadores. Scott Bamforth ha visto bajar sus porcentajes y número de balones recibidos en ataque después de un arranque de curso extraordinario, Micheal Eric se muestra últimamente más efectista que efectivo y tremendamente irregular, las lesiones de Danilo Nikolic y Borja Mendia han dejado demasiado solo en el puesto de ala-pívot a un Axel Hervelle que ha pasado también por un bache físico, y Álex Mumbrú, ya sea por iniciativa propia u obligado por las circunstancias, se ha quedado demasiadas veces como única fuente de suministro de puntos, lo que ha mermado sus niveles de eficacia.
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