BILBAO. Javi Salgado reconoce que los jugadores del RETAbet Bilbao Basket están sintiendo la presión de la mala racha de resultados, que el equipo está “tocado y jodido”, aunque confía en poder darle la vuelta a la situación para pelear por entrar en el play-off hasta la última jornada. El base de Santutxu, a sus 36 años, está teniendo la menor participación en el juego de toda su carrera de más de 400 partidos en la Liga Endesa, pero se muestra dispuesto a echar una mano “sobre todo en los malos momentos”.

¿Cómo están los ánimos del equipo ahora mismo después de las dos últimas derrotas en Miribilla y a las puertas de acabar la primera vuelta?

-La verdad es que esos dos partidos nos han hecho daño. Sobre todo, la derrota ante el Betis dolió mucho porque veníamos de recuperarnos ante el Obradoiro en Santiago, teníamos muchas esperanzas y perder un partido que llevábamos controlado fue un palo. Y el otro día quizás la ansiedad y las ganas de ganar nos atenazaron, sobre todo en la segunda parte, ante un rival de mucha entidad como es el Gran Canaria. El equipo está tocado, jodido, pero creemos que aún tenemos posibilidades de jugar la Copa. No dependemos de nosotros mismos, pero vamos a intentar apurarlas. Si no es posible llegar a la Copa, vamos a intentar seguir ganando partidos para estar lo más arriba posible y pelear por entrar en el play-off hasta el final de la temporada. Aún queda mucho.

Hace casi dos meses, hablamos de que la victoria europea en Berlín podía servir para recuperar la senda de la regularidad, pero el Bilbao Basket no termina de encontrarla.

-Una temporada siempre tiene altibajos, pero quizás nosotros estamos teniendo muchos picos. Hemos perdido la frescura del inicio, de los cuatro primeros partidos, cuando todos estábamos limpios de mente y bien físicamente. Tenemos que recuperar esa frescura en el juego, quitarnos cada uno sus problemas o lo que lleve en la mochila para jugar más sueltos y más liberados y poder desarrollar un juego más cercano a lo que el equipo puede dar y que ha demostrado. Nuestra intención como equipo siempre es ser regulares y sólidos, pero no siempre es posible, a veces por nosotros mismos y a veces porque el rival también hace lo suyo.

En los últimos partidos se están viendo muchos diálogos entre jugadores en el campo. ¿Significa que aún hay muchos conceptos por aclarar, que el equipo aún tiene dudas?

-No, creo que los conceptos están claros. Pero depende del rival y del partido intentamos comentar distintas cuestiones o buscar soluciones. Tenemos cosas que pulir en ataque y defensa, pero no creo que sea malo que los jugadores hablemos ya que significa que intentamos arreglar aquello que no está yendo bien.

¿Es posible que el equipo se haya podido poner mucha presión al ir perdiendo oportunidades que tenía al alcance para hacer cosas bonitas?

-Nuestros objetivos eran ir a la Copa, no lo vamos a esconder, y más con el comienzo de temporada que hicimos, y haber avanzado más en Europa. No poder cumplirlo hace que las cosas se tensionen y, aunque nadie nos lo haya exigido abiertamente, tenemos la sensación de un trabajo mal realizado hasta ahora por no lograr lo que nos habíamos propuesto al inicio de temporada. Y eso acaba cargando mentalmente a todos los jugadores y pone tensión, no hay duda.

¿Y cómo está el ánimo de Javi Salgado?

-Bien, intento estar positivo y predispuesto a aportar cosas al equipo. Cuando el entrenador decide que tengo que salir, trato de hacerlo lo mejor posible. No puedo hacer otra cosa. El entrenador está decidiendo que jueguen más otros compañeros, que tienen todo el derecho del mundo a jugar y trabajan como yo o más para jugar, y hay que respetarlo y tratar de jugar lo mejor posible cuando toque.

Pero esto de estar disponible y no jugar es algo nuevo para usted a estas alturas de su carrera.

-Sí, la verdad es que sí. Siempre he jugado regularmente durante toda mi carrera, más o menos minutos, pero siempre he participado. Esta temporada es la que menos estoy jugando, con mucha diferencia, y es difícil llevarlo, lo admito. Procuro que no se note en el trabajo diario y no quiero ser el típico jugador que está siempre llorando porque no juega. El entrenador toma sus decisiones y yo las respeto tanto como respeto a mis compañeros y por eso no quiero andar llorando. Pero en casa sufro por no poder aportar, sobre todo cuando las cosas no van tan bien. Cuando ganas, te contagias de la alegría y el buen rollo, pero cuando el equipo pierde, se hace un poco más difícil.

El otro día actuaron los cuatro bases, lo que no suele ser un buen síntoma.

-Bueno, Carles Duran quiere que el base dé mucho ritmo al equipo, que apriete en defensa y eso genera mucho desgaste. Quizás eso explique lo del otro día. También él busca soluciones cuando cree que en la posición de base no se están haciendo bien las cosas. Pero en todo caso es algo que debería contestar él.

El otro día Pablo Prigioni anunció su retirada. El año pasado lo dejó Raúl López. ¿Son malos tiempos para el base clásico en la ACB, cada vez es más difícil jugar de base?

-Sí, el baloncesto evoluciona físicamente y los bases son más cada vez más altos y más rápidos. No se pide tanta dirección de juego, o no se echa de menos, y se impone el criterio físico, el que los bases sean capaces de defender en toda la cancha, rebotear, dar solidez en el aspecto físico. Es algo que se está viendo. Aunque también hay bases pequeños y jugones en la Liga como Campazzo o los que han llegado este año como Rice, Albicy o el mismo Larkin. Son bases anotadores más que directores, de un físico no tan espectacular, aunque a cambio son rapidísimos y difíciles de frenar.

Precisamente, Larkin será uno de las preocupaciones hoy. ¿Esperaba este alto rendimiento del Baskonia?

-Sí, porque ya ha demostrado muchas veces su capacidad de hacer grandes plantillas y su carácter competitivo. Tienen un gran equipo y Sito Alonso está consiguiendo que hagan una gran temporada, sobre todo en la Euroliga. Eso ha hecho que quizás estén un poco más flojos en la Liga por la exigencia de tantos viajes y tantos partidos concentrados, pero es lógico. Sin embargo, en un partido como el de hoy que siempre es importante para ellos no tengo duda de que saldrán a dar el máximo. Eso hace que vaya a ser un partido muy complicado para nosotros.

¿Reconoce en el estilo de este Baskonia la mano de Sito Alonso, un entrenador al que conoce muy bien?

-Sí, claramente, es muy reconocible. Todos los que hemos jugado para él sabemos perfectamente qué es lo que pide y quiere en ataque y defensa. Se nota su mano, aunque al principio le costara imponer ese estilo en un equipo con tantas caras nuevas que apenas había tenido entrenamientos. Pero cada vez se aprecia más que tienen muy claro lo que quieren hacer.