BILBAO - Es difícil sostener las intenciones sin el respaldo de los resultados y el RETAbet Bilbao Basket ha ido recibiendo sopapos a sus objetivos en un último mes nefasto en el que quedó fuera de la Eurocup y ayer sin las pocas opciones que le quedaban de disputar la Copa. Con el balance de triunfos por primera ve en negativo en toda la temporada, si el equipo bilbaino está el mes de febrero en Gasteiz en el torneo de los ocho mejores de la primera vuelta es porque se produzca un milagro de proporciones impresionantes que ahora mismo no parece a su alcance.

A punto de concluir la primera vuelta, el Bilbao Basket está cogido con alfileres y Carles Duran no lo ocultó con sus palabras ayer en la que apuntó a sus bases. Si después de 24 partidos oficiales el técnico se ve conminado a utilizar a sus cuatro bases algo falla en el engranaje y no una pieza secundaria, sino una de las principales. Ya no se trata de volver a los orígenes de la trayectoria liguera, sino de remitirse a la pretemporada cuando Sergio Llorente tenía minutos como solución de urgencia porque faltaban varios jugadores. El base madrileño se quedó en el grupo, aunque sin ficha, como una manera de agradecer los servicios prestados en ese mes de preparación. Y su licencia fue activada la semana pasada en la ACB solo por la lesión de Danilo Nikolic.

Que ayer el jugador madrileño saliera en el segundo cuarto para completar una rotación de cuatro bases en solo quince minutos de juego resulta revelador. Es un claro síntoma de que alguien ha equivocado la planificación en ese puesto y de que el técnico tampoco tiene las cosas claras en cuanto al manejo de una posición delicada en la que el Bilbao Basket también cuenta como vinculado con Dani de la Rúa, que en teoría iba a ser el elegido para disputar minutos en caso de que hubiera un hueco en la dirección de juego.

Duran señaló ayer claramente a Jonathan Tabu y Javi Salgado con sus decisiones, en una rotación que no solo resultó extraña en el puesto de base, y después con sus palabras, en las que de alguna manera eximió de responsabilidades a Borg y Llorente. El belga llegó como una apuesta importante del club, que le firmó un buen contrato por dos años más uno opcional, pero aún no ha respondido a las expectativas. Y en el caso del base de Santutxu, probablemente se ha querido respetar el compromiso y el deseo del anterior entrenador, pero está claro desde hace muchas semanas que Carles Duran no tiene un rol para Salgado, cuyo retorno se vendió también como algo ilusionante para la afición, pero que va a acabar siendo frustrante, para el jugador en primer lugar que tiene que tragar con algo que su trayectoria no merece. Lo sencillo era haber deshecho ese compromiso si, realmente, el técnico catalán no confía en el vizcaino y haber metido en la plantilla desde el primer día a Llorente.

inasumible Ahora el Bilbao Basket se ha encontrado con una situación inasumible desde cualquier punto de vista cuando solo tiene un partido a la semana. Ni siquiera dar calidad a los entrenamientos justifica contar con cuatro bases cuando hay, además, tres jugadores vinculados de los que disponer. Esa es otra, porque tampoco se entiende que Vasilije Vucetic esté en el banquillo para no jugar cuando se trata de otra apuesta de futuro, de un jugador que participa habitualmente en la dinámica del equipo, y que vino con una cierta experiencia acumulada de su anterior equipo.

El caso es que desde las cuatro victorias iniciales, en las que el Bilbao Basket hizo un juego atractivo y dinámico, apenas ha progresado y exhibe defectos que deberían estar escondidos a estas alturas, como esa facilidad para encajar bandejas. 46 puntos metió el Gran Canaria en la zona, una barbaridad si se quiere aspirar a la victoria. Por octava vez en los últimos once partidos, el Bilbao Basket recibió más de 80 puntos en su canasta. Todo han sido derrotas. La defensa quiere ser agresiva, pero recupera muy pocos balones y deja demasiados huecos a la espalda porque las rotaciones y los relevos llegan tarde.

Empezar la temporada con un 4-0 se ha vendido como algo que provocó una visión distorsionada sobre las posibilidades reales del equipo cuando, a la vista está, fueron una bendición ya que de esas rentas están viviendo aún los hombres de negro, que desde entonces solo han ganado en la Liga Endesa a los tres últimos clasificados. Quizás el nivel del equipo es el que se refleja ahora en la clasificación, en esa zona media que tiene muchos candidatos, pero es también evidente que ahora mismo el RETAbet Bilbao Basket no está ofreciendo su mejor rendimiento. Porque no encuentra el timón o porque ha perdido el rumbo.