BO McCalebb fue la guinda a la muy interesante plantilla que armó el Herbalife Gran Canaria en verano. El conjunto grancanario buscaba un base para sustituir a Kevin Pangos, que marchó al Zalgiris Kaunas, y encontró en el mercado a un jugador que quizás vivió tiempos mejores, que no llegó a la ACB en el cénit de su carrera, pero que ya está cumpliendo de sobra con el rol de base titular tras recuperar algunas de las virtudes que le convirtieron en un jugador desequilibrante en el baloncesto europeo y en un placer para la vista.
Berdi Pérez, director deportivo del Gran Canaria, conocía bien al jugador que se hizo un nombre en el Partizan de Belgrado, al que condujo en 2010 a la Final Four de la Euroliga, que en 2011 fue el máximo anotador de la primera competición continental con el Montepaschi Siena y, además, condujo a la selección de Macedonia, que le concedió su pasaporte para atraparlo como refuerzo inmediato, al cuarto puesto en el Eurobasket y al Preolímpico de 2012.
Este era el excelso nivel de este base nacido en Nueva Orleans hace 31 años y formado para el baloncesto en el mismo estado de Luisiana, que solo ha tenido esporádicos contactos con la NBA. Desde que firmó un buenísimo contrato con el Fenerbahce, las lesiones frenaron su excelente trayectoria y en los últimos años no le han permitido tener continuidad. Por eso está en el Gran Canaria después de que en la parte final de la pasada campaña pareciera volver a su nivel en el Limoges, con el que llegó a los octavos de final de la Eurocup.
“La Liga Endesa es la segunda mejor competición del mundo. Solo un tonto habría dicho que no a la oferta del Gran Canaria. Además, solo he escuchado cosas buenas sobre el club”, aseguró a su llegada a la isla McCalebb, un jugador que en sus mejores años contaba con unas piernas extraordinarias que le permitían desplegar en la cancha una gran variedad de recursos a partir de la velocidad y de la explosividad. Con el apoyo de Albert Oliver, el base de Nueva Orleans puede dosificar sus esfuerzos y, además, ha ganado en experiencia y en conocimiento del juego.
Disputa 22 minutos de juego, casi siempre como titular, y promedia en un equipo con muchos focos anotadores 10,2 puntos, con el triple como una de sus mayores debilidades, y 3,8 asistencias. “Solo es baloncesto y tengo que hacer lo que el entrenador proponga”, comenta cuando se le pregunta por su influencia en el juego. El Bilbao Basket ya lo sufrió cuando se enfrentaron en pretemporada, pero hoy las cosas deberían ser distintas. Si Bo McCalebb está cómodo sobre el parqué de Miribilla, las opciones de victoria bajarán considerablemente.