Puntos con aroma brasileño

VITOR Benite ha superado el periodo de adaptación y ya se ha convertido en una de las piezas claves del UCAM Murcia. El brasileño llegó a la ciudad pimentonera con 25 años y fama de gran anotador como teórico sustituto del ahora hombre de negro Scott Bamforth, pero en su primera experiencia fuera de Brasil tuvo que pagar el peaje de una mayor exigencia a las órdenes de Fotis Katsikaris y de su primera experiencia en Europa. En el presente curso ha dado un paso adelante y con su promedio de más de trece puntos por partido en la Liga Endesa se ha convertido en una seria amenaza a la vera de Facundo Campazzo.

Los fogonazos de la pasada campaña, en la que firmó ocho puntos por partido y solo un 25% en triples, han dado paso a una mayor consistencia y esta temporada ya ha batido dos veces su mejor registro anotador gracias a que es el segundo jugador más utilizado por su entrenador, con 24 minutos de media. Benite es el décimo anotador de la Liga con 13,5 puntos por partido y el 45% de acierto en triples le coloca también entre los quince mejores. En diez de los once partidos de su equipo ha sumado por encima de ocho puntos y presenta cuatro choques con cuatro o más triples anotados. “Todos los jugadores tienen que asumir más responsabilidad para ganar”, comentó el brasileño hace poco después de una de esas destacadas actuaciones.

Comparado por su estilo de juego con el barcelonista Pau Ribas, el escolta brasileño, que juega con pasaporte italiano y es internacional absoluto con su país desde 2011, llamó la atención por su gran actuación en los Juegos Panamericanos de 2015 en los que fue el segundo máximo anotador y condujo a su selección a la medalla de oro. En el siempre mediático duelo ante Estados Unidos, que contaba en esa cita con jugadores como Keith Langford o Anthony Randolph, se fue a los 34 puntos con ocho triples.

Olímpico en los últimos Juegos de Río, Vitor Benite nació en Sao Paulo, pero se inició al baloncesto en el mítico y futbolero Flamengo de la ciudad carioca a la que su padre, ingeniero, había sido trasladado. Con 19 años ya era profesional con el Pinheiros, ganó tres Ligas consecutivas con el equipo rubronegro, compartiendo equipo con Nico Laprovittola, y ahora mismo es una de las esperanzas de futuro del baloncesto brasileño, cuyas figuras más destacadas se han hecho ya bastante veteranas.