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La última palabra, en Moscú

EL BILBAO BASKET MANEJÓ MUY BIEN EL DUELO A PARTIR DEL DESCANSO Y PROTEGIÓ SUS OPCIONES EN LA EUROCUP

La última palabra, en MoscúOskar González

MOSCÚ espera a la mejor versión del RETAbet Bilbao Basket, esa que le hará falta para depender de sí mismo en la última jornada. Ayer, los acontecimientos dieron un giro en pocos minutos y obligaron a los hombres de negro a remontar los once puntos del average con el Fuenlabrada para tener un comodín en el día del desenlace definitivo, en el que los bilbainos tendrán que esperar unas cuantas horas para conocer su destino en caso de derrota. Pero, al menos, no han dicho la última palabra.

Mientras los jugadores calentaban, la gente que iba llegando a Miribilla se preocupaba por lo que pasaba en el Siemens Arena. El Alba Berlín estuvo muchos minutos por detrás, pero al final se impuso en la cancha del Lietuvos Rytas después de un gran último cuarto y de que David Logan fallara los dos tiros libres que pudieron mandar el partido a la prórroga, justo cuando se procedía a la presentación de los dos equipos en el Bilbao Arena. Al menos, los jugadores de Carles Duran ya tenían claro lo que tenían que hacer: buscar la manera de depender de sí mismos, de que incluso perdiendo en Moscú puedan acceder a la siguiente fase del torneo que comenzará el 4 de enero. Los alemanes lograron su billete para el Top 16 y solo ellos y el Khimki están clasificados en el único grupo aún abierto.

De repente, el partido se convirtió en importante para el Bilbao Basket y para el Fuenlabrada, que se habría clasificado de haber vencido los lituanos. Jota Cuspinera lleva semanas proclamando que le importa más la Liga Endesa, pero ahí sigue su equipo con muchas posibilidades de avanzar en esta Eurocup que tan poco les importa, según dicen. Pero a estos niveles nadie se deja ir si no es para sacar algún beneficio y los hombres de negro tuvieron que emplearse a fondo para salvar esos once puntos que se convirtieron en el objetivo de unos y otros.

sin prisa, pero sin pausa Es una franja psicológica, ni mucho ni poco, que obligaba a manejar muy bien el partido, sobre todo en sus minutos finales. Durante el primer cuarto el Bilbao Basket quiso avanzar demasiado rápido, de tres en tres, sin éxito, pero entendió que debía explotar otras vías más cercanas y efectivas. Después de que Eric martilleara bajo el aro fuenlabreño y poco antes del descanso, un triple de Hervelle puso al Bilbao Basket doce puntos arriba, pero mediado el tercer cuarto la distancia volvió a ser de solo siete puntos.

Los madrileños jugaban sin Popovic, que ni viajó, y sin Diagné, que se lesionó, y era, por tanto, el momento de tener los nervios bien templados, de no precipitarse, lo que dio más minutos de lo habitual a Javi Salgado, y, sobre todo, de no hacer concesiones, algo en lo que los hombres de negro han sido generosos en esta Eurocup. Un triple de Lapornik puso a los vizcainos una canasta por encima de la raya (63-50) y a partir de ahí solo en tres ocasiones más el Fuenlabrada se colocó por debajo de los once puntos, aunque siempre estuvo acechando cualquier posible descuido del Bilbao Basket.

Cuando Micheal Eric coronó con su último mate la máxima diferencia del partido (93-71), los de Carles Duran recibieron un parcial de 0-6, con canastas demasiado rápidas de su rival. Una antideportiva posterior de Miha Lapornik sembró aún más inquietud, pero los bilbainos fueron con todo en la última defensa y evitaron echar por tierra todo el trabajo anterior.

Completada esta pantalla, pasar al otro nivel dependerá de una última jornada en la que una derrota del Bilbao Basket en Moscú clasificará al Lietuvos Rytas, cuyo triunfo, a su vez, necesitarían los hombres de negro tres horas después. Hace una semana en Vilnius, hubo un desplante mutuo entre los técnicos del Bilbao Basket y del Lietuvos y ya se sabe que en el baloncesto europeo no abundan los favores. El que se jueguen los dos partidos a distinta hora resulta inevitable. Así que tocará jugar, ganar y, si no, esperar.