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El Bilbao Basket se enreda en Málaga

Los ‘hombres de negro’, demasiado imprecisos, caen derrotados en la cancha del líder y no serán cabezas de serie en el sorteo copero de hoy

El Bilbao Basket se enreda en MálagaACBPHOTO Y EFE

Bilbao - Si algo ha hecho el Bilbao Basket en esta primera vuelta de la Liga Endesa es desafiar a la lógica una y otra vez. Los hombres de negro han demostrado que nada es imposible, que para ellos no existe ningún muro que no pueda ser derribado. Sí, han ganado y han perdido pero, sin duda, han hecho mucho más de lo primero que de lo segundo. Y siempre han competido. Contra cualquiera, fueran cuales fueran sus galones. Con alma irreverente, sosteniendo la mirada sin pestañear. Así han conseguido clasificarse con holgura para la Copa cuando pocos, quizás nadie, esperaba verles tan alto. Estarán los de Sito Alonso hoy presentes en el sorteo de eliminatorias de la competición del K.O., pero no como cabezas de serie pues ayer el conjunto vizcaino, demasiado impreciso, inferior a su oponente, desconocido incluso durante algunas fases, cayó derrotado en la cancha del Unicaja, líder por méritos propios de la ACB.

No fue, ni mucho menos, el mejor encuentro de un equipo que actuó alejado de las constantes vitales que en los últimos meses se han convertido en habituales cada vez que comparece en cancha. Sin Hervelle ni Bertans, el principal pilar defensivo y el gran chispazo en ataque, el Bilbao Basket resistió durante el primer cuarto, empezó a tambalearse en el segundo acto y, finalmente, tras el descanso se quedó a merced de un conjunto andaluz que hizo astillas los intentos de resistencia del rival. A la escuadra bilbaina se le empezaron a ver las costuras ya en el amanecer del segundo acto, cuando las rotaciones empezaron a desnivelar claramente la balanza a favor del equipo con mayor fondo de armario. El Unicaja ganó en efervescencia defensiva, presionando constantemente las líneas de pase, y a los hombres de negro se les empezó a oscurecer su horizonte. Las pérdidas se sucedían y eran perfectamente castigadas al galope por los de Plaza; los interiores andaluces empezaban a campar a sus anchas debajo del aro bilbaino tanto a la hora de anotar como de capturar rebotes ofensivos... Así, paso a paso, la vía de agua se fue haciendo cada vez más grande. El Bilbao Basket trató de hacer la goma, de no desconectarse totalmente en el marcador, de dejar abierta una puerta para la esperanza para cuando llegaran mejor dadas, pero ayer no fluyó en cancha. Demasiado racheado, ni la defensa fue el sostén de otras ocasiones ni el ataque tuvo el mordiente y picante de recientes convocatorias. Unicaja fue superior y tuvo mucho que ver en la desactivación de la maquinaria vizcaina.

Con los componentes de la segunda unidad lejos de su mejor versión, salvo Raúl López, Dejan Todorovic desdibujado y nervioso ante el equipo propietario de sus servicios, y Ethan Wragge desatinado desde la larga distancia, el bando vizcaino presentó poco músculo para cruzar derechazos con las rachas anotadoras de Carlos Suárez, sublime, Toolson o Kuzminskas, la brega interior de Golubovic o la dirección de Granger. Marko Todorovic, hiperactivo hasta acabar en dobles figuras en anotación (12) y rebotes (14), y Álex Mumbrú, efusivo a la hora de atacar el aro desde todas las posiciones, pusieron de su parte, pero no fue suficiente.

Tanteo y escapada Ambos equipos trataron de meterle ritmo al partido en sus primeros compases pero el acierto tardó en llegar. El Unicaja pegó primero merced al tino de Kuzminskas, pero la mira telescópica desde la línea de 6,75 de Mumbrú y el dominio de Todorovic en el rebote permitieron al Bilbao Basket no perder terreno en el luminoso. Las muñecas fueron entonándose poco a poco y la efervescencia de Toolson, con nueve puntos seguidos, amagó con provocar una escapada de los de Joan Plaza (17-11), pero Sito Alonso llamó a capítulo a sus jugadores, engrasó los engranajes de la retaguardia y entre el capitán, el montenegrino y Colom fabricaron un parcial de 2-11 y los hombres de negro cerraron el primer cuarto con un notable 19-22 favorable a sus intereses. Pero el buen momento del conjunto visitante careció de continuidad y las rotaciones dañaron seriamente la consistencia del equipo. Así las cosas, el Bilbao Basket desaprovechó los seis primeros ataques del segundo acto (cuatro balones que se escaparon por la banda como consecuencia de malos pases, una falta en ataque y un lanzamiento errado), con Todorovic en el banco Unicaja encontró un filón en el rebote ofensivo y todo ello cristalizó en un parcial de 8-0 en cuatro minutos que devolvió el control del partido a los de Plaza, que con Stefansson haciendo muchísimo daño en las penetraciones amagaron con romper el partido con un 34-26. Otro tiempo muerto de Alonso sirvió para recuperar algo de oxígeno y compostura (34-30), pero otro arreón liderado por Carlos Suárez desembocó en la máxima renta del partido hasta el momento (41-30), situación de alarma roja que, al menos, cuatro puntos antes del ecuador de Marko Todorovic mutaron a naranja.

Pero en la reanudación quedó claro que el Bilbao Basket iba justo de fuerzas, con el gancho. Con Raúl López como única vía de suministro, el conjunto visitante funcionaba a trompicones y Unicaja no tardó en oler la sangre. Y en lanzarse a la yugular. Toolson y Granger dieron rienda suelta a sus muñecas desde la distancia triple y el 53-39 barruntaba tormenta. Intentó reaccionar Sito ordenando una zona, pero Vázquez y Kuzminskas la laminaron a base de rebote ofensivo (59-43). Un parcial de 0-8 con dos triples de Mumbrú y Andjusic parecía devolver a los visitantes al partido (59-51), pero no fue más que un espejismo, pues a los anfitriones no les tembló el pulso y los hombres de negro no fueron capaces de mantener ese nivel de acierto. Suárez permitió a los malagueños llegar al último cuarto con un colchón superior a los diez puntos (64-53) y ese segmento final careció absolutamente de historia. Totalmente entregado, el Bilbao Basket cedió un 11-0 de salida que puso su desventaja por encima de los 20 puntos y luego tiró de orgullo para maquillar el marcador y cerrarlo en el más digno 86-74.