Dejan Todorovic aguarda su momento
EL JUGADOR MÁS JOVEN DEL BILBAO BASKET TRATA DE APRENDER Y DE | SUJETar EL DESEO DE BRILLAR A LA ESPERA DE SU oportunidad
DEJAN Todorovic es como un león enjaulado en el Bilbao Arena. El último jugador en llegar a la plantilla del Bilbao Basket no oculta las ganas que tiene de destacar en un deporte que dice amar “de corazón”. Pero también muestra la madurez suficiente para saber que todo lleva su tiempo y que no se puede echar a correr sin haber aprendido a andar y la inteligencia para asimilar la doctrina de su entrenador. La ausencia por lesión de Álex Mumbrú le puede abrir en los próximos partidos un hueco mayor en la rotación que los pocos ratos que ha jugado hasta ahora, que en cualquier caso han sido casi su bautismo en la ACB, y él está dispuesto a aceptar el reto.
“Tengo muchas ganas de estar en la cancha, pero también veo que es difícil ganar minutos porque aquí hay jugadores muy buenos en el perímetro como Álex, Danilo y Dairis. Nos respetamos mutuamente en los entrenamientos y así puedo mejorar. Quiero trabajar duro, el entrenador quiere ayudarme, yo creo en mí y confío en mí y sé que si hago las cosas bien y me apoyo en ellos podré ganarme la confianza de todos”, reflexiona un jugador que cumplió 20 años en mayo y que es el más joven de los hombres de negro sin contar a los vinculados Borja Mendia y Nikola Lucic.
Acostumbrado desde joven a tomar decisiones valientes, Dejan Todorovic siempre se ha dejado aconsejar. Nació en Mrkonjic Grad, en la zona serbia de Bosnia-Herzegovina, y se formó en el Mladost de su ciudad de los 10 a los 14 años. Entonces, tuvo que dar el primer gran paso de su vida. “Coincidió que mi hermano tenía que ir a estudiar a Serbia y unos amigos de mi padre me aconsejaron que me fuera también para entrenar en la escuela Sport Key de Novi Sad con Janko Lukovski, un entrenador fundamental para mí”, cuenta. Entonces, aún era un chico al que le gustaban muchos deportes, “pero con todo lo que aprendí allí, ya tuve claro que lo mío era el baloncesto”. “Y me va muy bien, así que no creo que cambie”, bromea.
Después de dos años en Novi Sad, apareció otra persona clave en la carrera del jugador del Bilbao Basket. Boza Maljkovic, amigo de Lukovski, recomendó a Todorovic firmar por el Unicaja, donde su exayudante Kosta Jankov ejercía de responsable de la cantera. “Tengo mucho contacto con Boza. Es un gran entrenador y una gran persona. Me ayudó a venir a Málaga y todo lo que puedo decir de él es bueno”, reconoce. Dejan Todorovic tampoco se lo pensó mucho porque, además, contó con el apoyo de “mis padres y mi hermano”. Llegó a Málaga en 2011, sin ser un jugador demasiado conocido en el concierto internacional, pero no tardó en destacar en el junior y esa misma temporada ya disputó 23 partidos en la Adecco Oro con el Clínicas Rincón, el filial del Unicaja.
En Málaga se dieron cuenta de que tenían una joya que había que cuidar. Su gran temporada pasada en la Adecco Oro le dio la oportunidad de debutar, incluso, en la Euroliga, pero Joan Plaza no consideró aún oportuno hacerle un hueco en el primer equipo. Además, una lesión en la muñeca derecha, de la que tuvo que ser operado, puso a Dejan Todorovic en la situación de tener que contener sus deseos de triunfar. Tuvo otras ofertas para salir cedido, incluso para volver a Serbia, pero apareció el Bilbao Basket. “De verdad, me sorprendió el interés del Bilbao Basket, teniendo en cuenta que en verano estuve lesionado. Pero ahora me encuentro muy a gusto, los compañeros son increíbles, me están ayudando mucho, igual que el entrenador”, explica.
De nuevo, escuchó otras opiniones para corroborar que no se equivocaba: “Hablé mucho con mi amigo Alberto Díaz y me recomendó que viniera aquí. Solo me contó cosas buenas de Bilbao. Y también vine por el entrenador. Es muy bueno para los jóvenes”. Pero, a veces, hay que hacer caso a la intuición y Dejan Todorovic, que se preocupa de lo que ocurre en su deporte, siempre tuvo claro que “el Bilbao Basket es un gran club”. “Después de tantos problemas como ha tenido, salir otra vez a competir significa que aquí hay algo muy fuerte que no es fácil de destrozar”, halaga.
En el Bilbao Basket, Dejan Todorovic se ha encontrado con todo lo necesario para triunfar, gente de su edad con la que compartir confidencias y veteranos dispuestos a mostrarle el camino. De momento, le faltan los minutos de juego, pero “sé que tengo mucho que mejorar y progresar”. El día a día no se le hace duro porque “ya conocía cómo se trabaja en un equipo de ACB. Lo hice mucho con el Unicaja, que tiene grandísimos jugadores”. Pero en Bilbao tiene la oportunidad de entrenarse con aquel al que tiene que sustituir ahora. “Nunca había coincidido con un jugador como Álex Mumbrú, con su experiencia, su calidad y su carácter. Esto es nuevo para mí y estoy intentando aprender mucho de él”, dice con humildad, pero también con el orgullo que suelen mostrar la mayoría de los jugadores que llegan desde los Balcanes. “No quiero parecer prepotente o egoísta, pero tengo mucha confianza en mí, lo que no sé si es bueno o malo. Quiero trabajar y poco a poco llegaré donde pretendo”, asegura.
sin presión La juventud suele provocar ansiedad, deseo de quemar etapas demasiado rápido, más aún después de salir de una lesión y de estar en una temporada en la que Dejan Todorovic juega para el Bilbao Basket, pero su contrato pertenece al Unicaja. El alero serbio, sin embargo, no se para a pensar que “este año sea clave para mi carrera. Si juego bien me ayudará, claro, pero tampoco quiero presionarme demasiado”. Ni siquiera le llama la atención que en algunas previsiones del draft de la NBA, se le coloque como uno de las mejores promesas europeas para 2016. “Es la primera vez que me lo dicen, no me ha hablado de eso ni mi agente. Como a todos los jugadores, me encantaría estar algún día allí, pero hay mucho que trabajar”, afirma.
Ahora, le toca aportar al Bilbao Basket, no solo en anotación, sino en muchas otras facetas para las que también está bien dotado. “Me gusta anotar, es verdad. Pero en un equipo grande, lo primero que tiene que hacer un joven es defender y a mí me encanta hacerlo, coger rebotes, robar balones... Y me gusta mucho jugar por encima del aro, por eso trato de aprovechar todos los robos para hacer mates”, promete a la afición del Bilbao Basket, deseosa de descubrir a un jugador todo corazón al que hay que alabarle el gusto: “Veo muchos vídeos de Drazen Petrovic, de Dejan Bodiroga y de Kobe Bryant. Pero mi jugador favorito es Bodiroga”.