BILBAO - La bomba se confirmó ayer por la mañana. El Baskonia fichó por dos meses, ampliables hasta final de temporada, a Lamar Odom, doble campeón de la NBA con Los Angeles Lakers y un jugador que ha disputado más de 1.000 partidos en la NBA. El impacto mediático de la noticia fue inmediato y el club gasteiztarra copó las redes sociales y los diarios digitales con una apuesta arriesgadísima en lo deportivo ya que Odom no juega al baloncesto desde abril tras caer en un agujero de adicciones y problemas personales y es imposible prever como encajará en el Laboral Kutxa.
Lógicamente, Josean Querejeta salió a explicar un fichaje que, como poco, causó sorpresa entre los aficionados, baskonistas o no, y que se cierra justo cuando el Laboral Kutxa acumula siete derrotas seguidas. "Estamos muy satisfechos de haber contratado a uno de los jugadores más importantes y con una de las trayectorias más brillantes de los que han llegado desde la NBA no solamente a la Liga ACB, sino también al baloncesto europeo", señaló el presidente del Baskonia.
El discurso de Querejeta no deja lugar a dudas: "Necesitábamos romper esta situación de tristeza colectiva que nos había invadido en los últimos tiempos, volver a generar ilusión, volver a creer en el proyecto y esta es la primera de las medidas que nos van a llevar a una refundación del club, a un club nuevo, un club que se va a posicionar otra vez a alto nivel. Vamos a recuperar la competitividad y la ilusión que hemos tenido en los últimos años". Blanco y en botella... - R. Calvo