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eN el mítico concurso Un, dos, tres, presentarían a esta pareja como primos y residentes en Cerdeña. Travis y Drake Diener participan del desfase ofensivo en que se convierte cada partido del Dinamo Sassari, uno de los equipos más atípicos que compiten en Europa. El primero dirige, por ello es el tercer mejor pasador de la Eurocup. El segundo ejecuta y es el tercer máximo anotador, un tipo que mete casi cinco triples por partido con un 60% de acierto. Desde hace tres años, ambos aportan sus habilidades al conjunto sardo, pero es que antes fueron primos y residentes en Fond du Lac, en el estado de Wisconsin, donde nacieron en el seno de una amplia familia muy deportiva y muy de baloncesto.

Todo empezó cuando Lyle y June Diener instalaron una canasta en el patio de su casa donde su numerosa prole empezó a aficionarse al deporte. Bob, Dick, Cathy, Jim y Tom mamaron el baloncesto desde pequeños y acabaron creando un árbol genealógico con varias ramificaciones. Tras los hijos, llegaron los nietos y esa canasta del patio, a la que se añadió una a menos altura para los que se iniciaban, siguió cumpliendo su función y extendiendo el baloncesto por Fond du Lac. Todos vivían muy cerca en el mismo estadio y no era complicado citarse para jugar partidos en aquel pequeño espacio que se disputaban a cara de perro, chicos y chicas, todos mezclados.

Tres de los hijos de Bob Diener se decantaron por el baloncesto desde el colegio: Travis, Rachel y Brittney. Dick Diener entrenó en el Goodrich High School a dos de sus hijos, Drake y Drew -Derek también formó parte del equipo de la Armada en West Point-, y a sus sobrinos Travis y Dallas, hijo de Jim, de tal forma que podían coincidir en cancha cuatro miembros de la familia. Shane Grube, hijo de Cathy, coincidió con Travis en Marquette. Además, Tom Diener también fue entrenador por lo que June, la abuela, no dio abasto durante muchos años para poder seguir las andanzas de su prolífica descendencia.

Travis (31 años, 1,85) y Drake (32 años, 1,96) son quienes más lejos han llegado en su carrera como jugadores. El primero de ellos fue compañero de Dwyane Wade en la Universidad de Marquette, situada en el mismo estado de Wisconsin, que llegó a la Final Four en 2003. Su fama era grande, pero como a tantos le penalizó su físico. Después de cinco temporadas en la NBA sin mucho brillo, recaló en Sassari donde hace tres años se le unió su primo, que lleva desde 2006 en distintos equipos de Italia. Después de tener que convivir con la enfermedad de Crohn, Drake ha alcanzado cuando ya puede considerarse un veterano un nivel de juego excelente. El Dinamo Sassari está en las manos de estos dos primos, que cada día y en cada entrenamiento se acuerdan de aquella canasta de Fond du Lac y de los abuelos Lyle y June.