bilbao
Dicen que lo que importa no es como empiecen las cosas, sino como acaben. El Bilbao Basket perdió el primer partido de su décima temporada en la Liga ACB, que coincidió con el primero de Rafa Pueyo en el cargo. No es algo raro ya que los bilbainos acumulan tres campañas consecutivas con derrota en el estreno y seis en estos diez años. Así que tampoco hay que rasgarse las vestiduras ni dramatizar por un resultado que entraba dentro de lo lógico desde el momento en que empezaron a conocerse la sucesión de bajas en el Bilbao Basket. Como ocurre en ocasiones en el boxeo, los hombres de negro cayeron por inferioridad, de físico y de recursos.
Con solo siete jugadores, ya que los relevos que dieron Carmicheal y Sánchez fueron poco más que testimoniales, es difícil sostener el pulso ante un rival que puede presumir de contar con nueve jugadores de un nivel más que notable. El CAI Zaragoza ha perdido este verano a Van Rossom y Aguilar, dos de las piezas claves para alcanzar las semifinales, pero no parece que su potencial haya bajado, al contrario. Sanikidze y Shermadini son dos incorporaciones de primer nivel y bien que se hicieron notar los dos georgianos en este primer partido. A ellos se les unió Joseph Jones para destrozar en la zona al Bilbao Basket que puede quedarse pequeño ante rivales de aspiraciones similares si no eleva su intensidad defensiva. Entre Shermadini y Jones anotaron 15 de 16 tiros de dos, la mayoría en situación ventajosa y con escasa oposición.
Los maños tuvieron a sus fichajes produciendo desde el primer día, mientras que entre los de Rafa Pueyo Kavaliauskas y Gabriel, correctos en ataque, sufrieron mucho en defensa y la brega de Hervelle no dio para tapar todos los agujeros. Mientras, a Carmichael se le sigue esperando en una versión que haga pensar que puede ser un jugador válido para la Liga ACB. Y ya se sabe que la paciencia siempre tiene un límite.
sin poder arriesgar Mientras tanto, Bertans y Vrkic penaban sus lesiones en el banquillo. Ellos no habrían mejorado los problemas en el juego interior, pero sí habrían dado más oxígeno a la gente del perímetro y, en general, una capacidad para cambiar de marcha y elevar la intensidad defensiva que echó en falta ayer el Bilbao Basket. Sin esa actividad y sin poder arriesgar por la falta de efectivos, el conjunto bilbaino acabó refugiado en una zona que el CAI tardó un par de minutos en interpretar antes de romperla con gran equilibrio en su juego.
La llegada de Lukauskis, necesaria por la exigencia del calendario, permitirá contar con una rotación más en los próximos compromisos del Bilbao Basket donde la experiencia y buenas dotes para el tiro exterior del veterano lituano deben permitir que la responsabilidad se reparta. No está en el guion que cinco jugadores tengan que actuar más de 28 minutos de forma habitual ni que Mumbrú se pegue palizas como la de ayer. Pero para eso hay que recuperar a Bertans y a Vrkic o que todos los disponibles salgan a la cancha a ofrecer minutos de calidad. Sin ir más lejos, Pilepic estuvo 32 minutos en cancha ayer y, en ocasiones, se le vio demasiado remiso. Y sin los puntos del croata desde fuera, el equipo se descompensa y pierde filo.