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Un tercio de su vida al servicio del Bilbao Basket

Álvaro Gómez Rubiera lleva en el club como preparador físico desde su nacimiento en 2000

BILBAO. ÁLVARO Gómez-Rubiera, es el preparador físico y, junto a Rafa Muñoz Txipi, el único integrante de aquel Bilbao Basket que hace once años nacía y daba sus primeros pasos en LEB-2. Por esta razón, ha asistido en primera persona a los cambios "vertiginosos" que ha vivido el proyecto a lo largo de todo este tiempo y observa con mayor perspectiva la machada lograda por los hombres de negro. "Hace diez años estábamos jugando los playoffs de descenso de LEB-2 y era totalmente impensable que hoy estuviésemos disputando una final de la Liga ACB", reflexiona este hombre que lleva once de sus 33 años en el club.

Por todo ello, reconoce que el partido del pasado jueves frente al Real Madrid lo vivió "con muchos nervios. Lo pasé muy mal porque el club y la gente de Bilbao se merecen una alegría como esta". Fue una satisfacción que aún no colma las ambiciones de este equipo: "Sabemos que esto no ha terminado y tenemos la determinación de disputar la final y luchar".

En lo estrictamente ligado a su aportación al Bizkaia BB, Gómez- Rubiera asegura que los jugadores "físicamente han estado y están sobresalientes". El preparador bilbaino también destaca que "la planificación de este año ha sido muy buena", lo que ha provocado que los pupilos de Fotis Katsikaris lleguen "frescos física y mentalmente" a este tramo final de la temporada.

Analizando su trayectoria en el club, recuerda que "echando cuentas, he trabajado con más de cien jugadores". Entre ese centenar de profesionales del baloncesto ha dirigido a grandes atletas, "gente privilegiada", pero entre los que más ha impactado a Gómez-Rubiera por su capacidad física está el belga Axel Hervelle. "Es un portento, es un privilegiado en ese aspecto y está un punto por encima del resto de jugadores", afirma. Ha tenido también que adaptarse a la filosofía de cuatro entrenadores, dos de ellos ya en la ACB. "Con Txus Vidorreta trabajé muy a gusto, pero la llegada de Fotis obligó a resetear porque cada técnico tiene su manera de trabajar y si no te adaptas a ella, estás dificultando su labor", explica.

La historia de Bilbao Basket, hasta el momento, está plagada de luces y hay muy pocas sombras, pero entre ellas, en la retina de Gómez-Rubiera ha quedado grabada la eliminación frente al Alba de Berlín en la Final Four de la Eurocup. " Me dio muchísima pena porque creo que éramos mejor equipo", recuerda. Pese a todo, el preparador recuerda que sin aquel varapalo "tal vez no estaríamos ahora en la final", ya que, en su opinión, "lo malo te hace crecer".

Entre días y días de trabajo con los jugadores, se cuelan anécdotas de todo tipo en la memoria de Álvaro Gómez-Rubiera. Una de las más recordadas sucedió el año en el que Bilbao Basket ascendió a la ACB. En aquella campaña las lesiones de diversa índole estaban acuciando a Venson Hamilton, pero la buena suerte le hizo un guiño al pívot de North Carolina. "Estábamos estirando en La Casilla y, de repente, uno de los maderos del techo cayó a dos metros de Venson. Menos mal que no le dio, porque era ya lo que le faltaba", recuerda el preparador físico del Bizkaia BB que, en los inicios del proyecto, aún estudiaba IVEF y tenía tiempo para jugar. "Hay mucha gente que hasta ahora no había visto un partido y está comprobando que este es un deporte superemocionante", se felicita.