Tras una gran temporada 2019-2020, el infortunio se cebó con Ane Azkona el pasado 9 de junio. El primer equipo femenino, con la liga finalizada en marzo por el coronavirus, entrenaba durante tres semanas en Gazituaga (Zamudio).

En un lance fortuito con Garazi Murua, Ane Azkona se lesionó de gravedad. Ella lo vio claro al escuchar el crujido, y las pruebas que lo siguieron después obligaron a la navarra a pasar por el quirófano para solucionar la rotura de ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha.

Tras operarse en julio y "recibir como regalo de cumpleaños una rodilla nueva", Ane Azkona no ha hecho sino seguir el proceso marcado por los servicios nédicos del club. Su pierna ha cogido tono y ya es capaz de correr en la hierba de Lezama, mirando de reojo a sus compañeras de equipo a las que extraña.

UN GRAN REFERENTE

"Al final, cuando estás lesionada, te aíslas un poco. Pero esta situación me ha hecho aprender mucho de mí misma, conocer mejor mi cuerpo y a los fisios y médicos del Athletic", comenta la de Arrotxapea.

La delantera rojiblanca avanza de manera positiva en el proceso de recuperación, y sin duda, su regreso será un gran refuerzo para el último tercio de la competición de las leonas en la Primera Iberdrola. Azkona nunca ha perdido la sonrisa y ha elegido una "filosofía" muy recomendable para cualquier obstáculo que se presenta en la vida.