Dos días después de que el Athletic publicase su decálogo para el buen funcionamiento de la grada popular, Euskal Lions Taldea, uno de los colectivos con protagonismo en la Herri Harmaila, ha mostrado su “más sincera y honesta preocupación” por todo lo que está sucediendo en los últimos tiempos en torno a la animación en San Mamés, “la gestión que se está llevando al respecto, así como los hechos ocurridos tanto dentro como fuera” del campo. La peña, que el próximo martes tiene cita en Ibaigane con los responsables del club, dentro de la ronda de contactos que anunció Jon Uriarte (este jueves estaba previsto que la cita fuese con portavoces de Iñigo Cabacas Herri Harmaila), ha utilizado sus redes sociales para censurar el modus operandi de Jon Uriarte y su Junta Directiva, con la que anteriormente han mantenido varias reuniones de trabajo e intercambiado mensajes para solucionar diferentes problemáticas.

“Nos sorprende que después de esas reuniones de trabajo se haya publicado de manera unilateral un documento no consensuado sin esperar siquiera a las reuniones a las que se nos había convocado para los próximos días y con el que no estamos de acuerdo por entender que es contrario al modelo histórico de grada de San Mamés y a lo que se venía trabajando en estas reuniones”, destaca Euskal Lions en un comunicado, en el que asegura que “seguiremos trabajando conjuntamente siempre que el objetivo sea construir en lugar de destruir”.

Esta peña rojiblanca, que junto a Piratak, ICHH y los gazte abonoa forma parte de la Herri Harmaila, señala que, por el momento, animarán al Athletic desde sus localidades, como cualquier otro socio, “pero nos mostramos firmes a no utilizar los elementos de animación hasta que el club nos garantice esa seguridad para todos”. En el comunicado, Euskal Lions detalla una problemática que arrastran sus integrantes con las banderas de grandes dimensiones que les facilita la entidad rojiblanca en cada partido y que ha provocado situaciones de amenazas y coacciones por parte de otros socios de la Herri Harmaila, que se quejan de falta de visibilidad.

Coacciones y amenazas por las banderas

El detonante fue el partido de finales de octubre, ante el Slavia de Praga: “Varias personas de nuestra peña sufrimos un acoso por parte de un grupo minoritario de personas que tienen su localidad en el sector 105. Ese grupo amenazó, coaccionó, insultó e intimidó de forma grave a varias de las personas que se encargan de la animación tanto en nuestro colectivo como en otros, desencadenando una situación muy desagradable, injustificada e intolerable, e impidiendo así tareas de animación. Al parecer, elementos como las banderas del Athletic molestan a estos socios para poder ver el partido sentados tranquilamente y nos coaccionaron para impedir que las ondeáramos cumpliendo con las funciones acordadas por escrito con el Athletic hace ya muchos años”. Euskal Lions comunicó lo sucedido tanto a Ibaigane como a personas de otros colectivos para que mediaran, porque, según indican desde la peña, “la seguridad interna del campo al parecer tenía orden de no intervenir hasta que no se diera una agresión física”.

Euskal Lions asegura que el club, “a pesar de reconocer la mala praxis” en una reunión que mantuvieron semanas después, propuso como solución “una vez más que nos moviésemos nosotros de sitio para evitar molestar a los agresores, reforzar la vigilancia en este sector por si las amenazas llegasen a algo más y enviar a quienes nos amenazaron una simple notificación escrita explicándoles en qué consiste tener su localidad dentro de la Herri Harmaila, medidas que difieren bastante de lo que hemos leído en comunicados más recientes del club”. “Quien coacciona al que anima sobra en San Mamés”, recuerdan desde la citada peña rojiblanca.

Un escenario que obliga a Euskal Lions, según detalla, a pedir ciertas garantías “mínimas, para seguir con nuestra labor altruista”. El colectivo recuerda que, tras varias reuniones con el club “y a pesar de haber acordado animar sin esas banderas” mientras “trabajamos conjuntamente en la redacción de un documento de garantías mínimas para poder seguir ejerciendo esa labor sin problemas, a día de hoy no hemos visto avances al respecto”.