El Bilbao Athletic cierra el año a un punto de la salvación
El filial bilbaino ha vivido hasta la fecha con claros y oscuros su vuelta a Primera Federación
La temporada pasada el Bilbao Athletic dejó a las claras que la Segunda Federación se le quedaba pequeña. Lo avaló su destacado título de campeón y para el aficionado rojiblanco fue una gran noticia, ya que vivió un curso sin sobresaltos y lleno de felicidad. Pero, sin embargo, viendo la provisional clasificación de esta temporada, el escenario se muestra muy diferente y, en cierto modo, recuerda algo al de hace dos años, que acabó con un desasosegante descenso del conjunto bilbaino. Cuando solo falta para finalizar la primera vuelta el derbi vizcaino en Lezama frente al Barakaldo, que se disputará a la vuelta de enero, el aficionado del combinado bilbaino no puede sentirse muy optimista. Optimista, igual sí. Pero la realidad es la que hay y los números hablan por sí mismos. Con el equipo intentando salir de los puestos de descenso, aunque tenga la salvación a un solo punto, los cachorros sólo han logrado saborear el triunfo en cinco jornadas. Y eso es poco. Por el contrario, nueve derrotas son demasiadas para la primera vuelta. Hay que sumar los cuatro empates; tres de ellos en casa; además del último, en el Johan Cruyff de la ciudad condal, donde el equipo rojiblanco puso el listón muy alto pero se tuvo que conformar con un solo punto. Esta última imagen sí que es una imagen esperanzadora.
Tras la era Gurpegi, la inicial apuesta del club de esta temporada con Jokin Aranbarri a la cabeza era comprometida y arriesgada. Un entrenador que procedía de la cantera armera que ha tenido que encajar con premura en Lezama y también empaparse de una categoría desconocida para él como es el tercer escalón del fútbol profesional. Los resultados obtenidos en Amorebieta, Sestao, León, frente a la Cultural, o el ya citado frente al Barça B dan motivos a pensar en positivo por el juego que puede llegar a desplegar este filial que intenta acomodarse a diferentes estilos dependiendo del rival, algo que en otra época era harto complicado conseguir. Otras caras que ha mostrado la joven plantilla rojiblanca no han sido las apropiadas para una competición tan rigurosa. Quizás, el éxito resida en que los jugadores tengan que asumir un esfuerzo mayúsculo para salvar la contienda esta temporada. De ello dependerá poder llegar a la primera plantilla bilbaina, que es la mejor de las recompensas.
Canales, Olabarrieta, Duñabeitia e incluso Buján, hasta su lesión, parecen haber asumido su porcentaje de responsabilidad tirando del carro rojiblanco. Pero, por poner un ejemplo, aún falta una referencia sólida en ataque, ya que ni Hierro, Azkune, Ibai Sanz, ni Oyono (seguramente por su juventud) parecen por el momento convencer lo suficiente al técnico guipuzcoano. Lo ha probado todo. En defensa, la bisoñez ha pesado bastante en demasiados momentos. Y el centro del campo que puede ser el que más continuidad ha tenido no ha sido suficiente para escapar de la zona roja de la clasificación.
Queda abierto el tan manido debate de si es mejor sobrevivir con apuros en una categoría superior o jugar sin cortapisas y éxitos en una categoría inferior. Viendo a Unai Gómez y Jauregizar parece que la segunda opción, la más discutida, puede ser tan válida como pudiera ser tener al equipo en Segunda División. Para muestra dos botones.