La contundente derrota sufrida en el Clásico liguero frente al Barcelona (0-4) y la posterior encajada frente al Milan en la Champions League (1-3) marcaron un antes y un después en la trayectoria de la presente temporada del Real Madrid. El equipo de Carlo Ancelotti pasó a ser objeto de una vehemente crítica. La crisis de resultados abrió una brecha en el campeonato liguero, donde el conjunto culé se destacó, y también en la competición europea, donde el plantel blanco se complicó el acceso directo a los octavos de final. 

Después de aquellos puntos de inflexión, el Madrid ha logrado resarcirse en liga con tres victorias consecutivas que unidas a los pinchazos del Barça le han dejado en la condición de depender de sí mismo para alcanzar el liderato –tiene un punto menos en la clasificación pero también un partido menos disputado–. Pero no sucede lo mismo en la Champions, contexto en el que el apuro se ha agudizado con la derrota ante el Liverpool (2-0), que dejó al vigente campeón europeo en la 24ª posición de una clasificación de 36 equipos, es decir, en la última plaza que da derecho a disputar la eliminatoria de dieciseisavos de final y a 6 puntos del octavo lugar, el último que concede el billete directo a octavos. Dos triunfos (Stuttgart y Borussia Dortmund) y tres derrotas (Lille, Milan y Liverpool) es el balance en el ámbito continental.

Las victorias seguidas ante Osasuna (4-0), Leganés (0-3) y Getafe (2-0) han inyectado oxígeno al equipo de un Ancelotti sumamente cuestionado. De hecho, su cargo ha estado relacionado con nombres como el de Santiago Solari como un posible relevo en el banquillo en caso de perdurar la mala dinámica. Aunque los éxitos ligueros no han logrado apagar el foco incendiario de la Champions, sí han devuelto la esperanza de poder seguir alzando títulos a corto plazo. 

Este optimismo blanco podría volver a desvanecerse en San Mamés en caso de derrota frente al Athletic, el primero de los cinco partidos consecutivos a domicilio que deben hacer frente los de Ancelotti. Porque tras visitar Bilbao deberán viajar para medirse a Girona (liga), Atalanta (Champions), Rayo Vallecano (liga) y Botafogo (Copa Intercontinental).

La historia de los duelos entre el Athletic y el Real Madrid remará a favor del cuadro blanco. Ambos equipos se han medido en 246 encuentros oficiales, con un bagaje desfavorable para el conjunto bilbaino de 77 victorias, 45 empates y 124 derrotas, con 331 goles a favor y 462 en contra. La memoria reciente es especialmente cruda para los leones, que no han logrado ganar en los últimos 18 partidos de liga disputados contra el Madrid. El último triunfo bilbaino en la competición regular data del 7 de marzo de 2015, con un resultado de 1-0 gracias al gol de Aritz Aduriz.

Los dos últimos ejemplos para el Athletic

Si bien, durante esta prolongada época de sequía, el Athletic ha sido capaz de doblegar al Madrid en dos ocasiones al margen del contexto liguero: en las semifinales de la Supercopa de la 2020-21 (1-2), edición que conquistó al cuadro rojiblanco, y en los cuartos de final de la Copa de la 2021-22 (1-0). Ejemplos a los que se deben abrazar los leones para tratar de olvidar el desértico pasaje liguero.

En cualquier caso, al Madrid le persigue la sensación de que no carbura a nivel colectivo, de que no proyecta lucidez en su juego. Las victorias llegan fruto de las individualidades. El esquema tampoco parece claro. Obligado por las bajas y los resultados, Ancelotti viene realizando diversos cambios, apostando por planteamientos tácticos de 4-3-3 y de 4-4-2 con diversidad de variables a nivel de jugadores. En Madrid aún retumba la retirada de Toni Kroos, un futbolista que por el momento no tiene un sustituto de garantías, así como la salida de Nacho González, que ejercía como recambio de confianza para cualquier posición de la línea defensiva. Son bajas que han dejado mayor huella si cabe por la plaga de lesiones. La rimbombante llegada de Kylian Mbappé o de la joven promesa Endrick tampoco han surtido el efecto deseado.

Para responder a la situación del equipo, Ancelotti apela a la cantidad de lesiones sufridas como argumento de defensa. Así se pudo observar tras vencer al Getafe este pasado domingo. “He visto al equipo bien, concentrado primero, con buen equilibrio y actitud, buenas jugadas en un partido controlado y ganado con mérito. A pesar de las dificultades, que son muchas por las lesiones, estamos ahí peleando, luchando, y lo que me da más confianza es que hemos vuelto a tener buena actitud, concentración y espíritu. Poco a poco los problemas que tenemos los vamos a resolver y, mientras, estamos peleando”, manifestó Ancelotti, que en San Mamés no podrá contar con Vinicius, Carvajal, Militao, Camavinga y Alaba, y Tchouameni parece que estará disponible.

Este Madrid llegará a Bilbao como el segundo máximo anotador de LaLiga (30 goles), únicamente batido por el Barcelona (43) y como el segundo menos goleado (11 tantos), solo superado por el Atlético de Madrid (8). Con 10 victorias, 3 empates y una derrota en su casillero, 21 de sus 33 puntos han llegado como local, aspecto en el que se presenta como el más destacado de la competición, y 12 como visitante, donde figura como el cuarto mejor en una hipotética clasificación.

En cuanto a rendimiento individual, Vinicius es el máximo artillero y también asistente con 12 tantos y 8 pases de gol, perseguido por Mbappé, con 10 goles y 2 asistencias. Llama la atención la aportación de Bellingham, muy por debajo de las cifras del curso pasado, con 2 goles y 5 asistencias a estas alturas, pero quizá más aún la escasez de oportunidades ofrecidas a Endrick en un equipo sin un nueve puro. El brasileño es el segundo con menor participación en la plantilla, 136 minutos repartidos en 12 partidos, en los que ha anotados 2 goles y ha servido una asistencia. Güler (484 minutos), Brahim (449) o Ceballos (321) son otros efectivos que han gozado de pocas oportunidades pese a la ristra de lesionados en un equipo que sigue buscando la fórmula para afianzarse en el éxito y que por el momento arroja luces y sombras, al menos para equipararse al que fue el curso pasado.