"La idea es reforzar todas las posiciones”, proclamó el presidente del Getafe, Ángel Torres, en busca de la reconversión del equipo de cara a la presente temporada tras clasificar en la decimoquinta posición de LaLiga, con solo un punto sobre la zona de descenso, el curso anterior. Recuperar el EuroGeta del curso 2019-20, que por tercera vez en la historia del club participó en competición europea, sigue siendo el anhelo de Torres, que asumió la presidencia en 2002 y desde entonces ha sido el único capaz de conducir a la entidad por Europa.

Los deseos de transformación se tornaron en realidad con trece incorporaciones, siendo la de Borja Mayoral (10 millones de euros) la segunda mayor inversión de la historia de la entidad tras la de Marc Cucurella (11,80 millones), y con solo once jugadores que permanecen en el vestuario en relación con la campaña anterior. El club madrileño, incluso, contempló alguna llegada insospechada. “Que Bale juegue en el Getafe es una posibilidad”, expresó el máximo responsable. Finalmente no fructificó. El galés fue seducido por el fútbol estadounidense. 

Tampoco el cambio es por el momento una realidad en el Getafe. Es una época de “transición”, advierte el técnico Quique Sánchez Flores, en alusión a la multitud de rostros nuevos en el vestuario y a la par como escudo para protegerse de un presente poco ilusionante. El equipo azulón es decimosexto, un punto por encima de la zona de descenso, encaja el doble de goles de los que anota –8, tres de ellos a balón parado, y 16–, sus máximos goleadores son con dos tantos cada uno son el central Gastón Álvarez y el delantero Enes Ünal, encadena tres encuentros sin ganar –dos derrotas y un empate– y en consecuencia Sánchez Flores vive cuestionado pese al optimismo que proyecta en las ruedas de prensa. Se podría considerar, además, si el entrenador salvó su puesto tras un pésimo inicio de curso, con solo un punto en las cuatro primeras jornadas, aliviado posteriormente al lograr sus dos únicas victorias, ante Real Sociedad y Osasuna. A estas alturas, cuando el Athletic visite mañana (20.00 horas) el Coliseum Alfonso Pérez en la décima fecha del calendario liguero, el Getafe llega por lo tanto a la cita abrochado a la necesidad.

Tres victorias en las últimas 17 visitas, todas ellas con Valverde.

No obstante, el Coliseum, sobre el que la semana pasada el club y el Ayuntamiento de Madrid alcanzaron un acuerdo para el uso exclusivo tanto del estadio como de las instalaciones de entrenamiento los próximos 40 años y de este modo podrá añadir un patrocinador a su nombre, es un escenario complicado para el Athletic. Los leones solo han logrado imponerse en tres de las últimas diecisiete visitas –tres triunfos, nueve empates y cinco derrotas–. Precisamente esas tres victorias llegaron bajo el mando de Ernesto Valverde, en su segunda etapa en el banquillo bilbaino. 

En términos globales, el Athletic es el equipo contra el que el Getafe más veces ha empatado en Primera División. En 34 partidos el conjunto madrileño ha logrado nueve victorias, catorce empates y once derrotas.

Respecto a los efectivos de los que dispondrá Sánchez Flores, la situación es bastante pareja a la de Valverde. Cuenta con una duda hasta última hora, la de Mauro Arambarri. En cuanto al esquema, el técnico ha apostado en siete de los nueve partidos por el 1-5-3-2, siendo el 1-4-4-2 la alternativa, con Ünal y Mayoral, que suma un gol, como referencias ofensivas. Ambos delanteros, que alcanzan juntos un promedio de 2,3 disparos por partido, son los únicos que han tomado parte en todos los encuentros junto al portero David Soria, el defensa Domingos Duarte y el centrocampista Carles Aleñá. 

Los planteamientos de Sánchez Flores han concedido la peor media de posesión de la competición, un 36,7%, es además el segundo peor equipo en el porcentaje de acierto en el pase (74,9%) y destaca en la fortaleza aérea como tercer mejor bloque en duelos ganados por partido, con 15.