La plantilla del Athletic retorna mañana, desde las 11.00 horas, al trabajo en las instalaciones de Lezama después de disfrutar de una jornada de descanso en la que pudo saborear el triunfo del domingo sobre el Elche que mete al conjunto rojiblanco en la pomada de la pelea por una plaza europea, ya que se sitúa a un solo punto del Villarreal, séptimo clasificado y al que rinde visita el sábado en el Estadio La Cerámica. El colectivo de Marcelino afronta la txanda final -restan ocho jornadas de liga- en un buen momento de juego, sobre todo por lo que detecta el propio entrenador y que subrayó tanto en la víspera del choque frente al cuadro ilicitano como minutos después del mismo: “Estamos más continuos, llegamos mejor, finalizamos mucho”.

Lo cierto es que los números avalan la mejoría ofensiva que menciona el asturiano, aunque no haya tenido todo el impacto que buscaba, de ahí el lamento de Marcelino el domingo tras vencer al Elche: “Es una pena que se nos escaparon dos puntos contra el Getafe”.

Esta versión más atrevida de los leones se ha gestado especialmente en lo que va recorrido de año, en el que el Athletic ha dado un paso adelante en lo que se refiere a la producción ofensiva. Los datos no hacen más que retratar esa dinámica. En las primeras 19 jornadas de liga, entre agosto y diciembre del año pasado, el conjunto rojiblanco dejó su cuenta anotadora en 17 dianas, o sea menos de un gol por partido, una impericia que le penalizó en un buen números de encuentros, con mención especial al duelo frente al Espanyol en Cornellà (1-1), donde el meta Diego López se convirtió con su recital de paradas en el héroe periquito para privar a los de Marcelino de la victoria.

Ocurrió algo similar poco después con motivo de la visita a San Mamés del Sevillala visita a San Mamés del Sevilla, que se llevó los tres puntos de Bilbao gracias al golazo de Delaney a los 39 minutos en el único disparo a los tres palos del cuadro de Julen Lopetegui frente a la colección de ocasiones que desperdició el Athletic.

Marcelino, evidentemente, no podía estar satisfecho entonces, cuando su equipo proyectaba llamativos problemas para hacer gol. En esos 19 partidos solo siete jugadores fueron capaces de ver puerta, entre ellos dos centrales, Iñigo Martínez y David Vivian, que además lo hicieron por partida doble en ambos casos. Iñaki Williams, en cinco ocasiones; Raúl García, en tres; Iker Muniain, en dos; y Óscar de Marcos y Oihan Sancet, en una, se sumaron a esa nómina de goleadores.

Una lista en que la que no llegó a entrar Alex Berenguer, el pichichi rojiblanco en el pasado curso, y que ratificó el bajísimo nivel que ofrecía el de Barañain, presionado por la irrupción de Nico Williams y obsesionado por un gol que le angustiaba, como ha reconocido él mismo en algunas de sus comparecencias ante los medios de comunicación.

Berenguer, sin embargo, renació ante su exequipo, en el derbi de El Sadar y en el que, pese a no marcar, firmó un encuentro completo en el que el protagonismo lo acaparó Sancet, autor de los tres tantos de un Athletic que comenzó frente a Osasuna su reconversión en este 2022, ensombrecido, eso sí, por el fracaso en la semifinal de Copa con el Valencia. El de Mendillorri ha cogido galones desde entonces y ha relegado a la suplencia a Raúl García, resignado a un nuevo rol.

Lo cierto es que el colectivo de Marcelino se ha entonado en el matiz ofensivo y su saldo en estas últimas once jornadas se eleva a 18 tantos, el doble que en toda la primera vuelta con una media de 1,6 gol por partido. Un incremento que se explica, entre otras razones, por la irrupción en la nómina de goleadores de cinco nuevos futbolistas, entre ellos Berenguer, que lleva dos dianas en su cuenta personal. Nico Serrano, Mikel Vesga, Oier Zarraga, Yuri Berchiche y Asier Villalibre, que el domingo cerró ante el Elche su sequía de un año sin mojar, han visto puerta en este último trimestre, en el que son doce los leones que han marcado. “El equipo está muy bien”, según Marcelino. l