En el dedo medio de la mano izquierda tiene tatuado el número 3, en el anular, el 4. “Es el 34, el dorsal con el que debuté”, desvela Oihan Sancet, que se pronuncia sobre ciertos aspectos personales.

Con 20 y 21 años ha vivido una final de Supercopa y otras dos de Copa. ¿Qué huella le dejan?

—Jugar una final es algo increíble, no se vive todos los días y a lo mejor no vuelves a jugar una en tu vida, aunque perderlas te deja triste.

¿Recuerda su debut como león, un 16 de agosto de 2019, el día en que Aduriz marcó su último gol en el Athletic con una gran chilena, ante el mismísimo Barça...?

—Es un momento que nunca voy a olvidar. Fue algo único, muy bonito y más con una victoria sobre el Barça.

¿Cuál ha sido su peor momento, quizá cuando se rompió el cruzado hace tres años cuando tenía pinta de que iba a debutar con Berizzo?

—Sí. Las lesiones son la cara más dura del fútbol, te cortan la trayectoria. Venía de jugar bien en las categorías inferiores y tener una lesión tan larga de recuperarte para toda progresión. Sinceramente, es uno de los momentos más duros de mi carrera.

¿En quién se apoyó?

—Es ahí donde tiene que estar la gente que de verdad te quiere, la familia, los amigos... Son los que ayudan a seguir hacia adelante.

¿Quién es su futbolista referente?

—Iñaki Williams. Es mi referente, mi amigo y me fijo mucho en él. La verdad es que es un gran apoyo.

¿Y fuera del Athletic?

—Aprendes de buenos jugadores, pero no tengo un referente determinado. Siempre me fijo en los buenos, en lo que hacen.

¿Suele dejarse ver por Mendillorri?

—Por supuesto. Es mi barrio de toda la vida, allí tengo a mi familia, a mis amigos y suelo ir siempre que puedo.

¿Qué le dijeron sus amigos, sus vecinos, cuando con 15 años dejó Osasuna para ir al Athletic, porque imagino que serían osasunistas?

—Mis amigos son de donde juegue yo, van conmigo a muerte en el equipo donde esté. Tristes por dejar mi casa, pero ilusionados por mí, por lo que podría venir, por mi carrera.

¿Se ha sentido hostigado por gente anónima en Iruñea?

—No. Nunca he tenido problemas, nunca me han dicho nada. Saben que soy de Iruñea de toda la vida y nunca me han faltado al respeto.

Joven y con dinero. ¿Dónde está el punto de equilibrio?

—Escuchar a tu familia, a la gente que sabe que te aconseja y después tú también tienes que ser listo. Juegas al fútbol porque te gusta y no hay que dar más importancia de la que tiene al dinero, ni a la fama.

¿Y se puede seguir siendo el mismo?

—Lejos de tener dinero y fama, lo que te hace grande es la persona que seas.

Su contrato expira en 2024. ¿Ha llegado el momento de revisarlo?

—No pienso en eso, solo en jugar, en hacerlo bien, en el equipo. Lo que tenga que venir, vendrá.