Casi año y medo después, San Mamés recobró la vida que aporta la presencia de sus fieles en las gradas. La pandamia del covid-19 solo permite de momento un aforo del 20%, pero algo es algo. Y el Athletic lo agradeció. Necesita el empuje de su gente, el jugador número 12. Y lo hizo en una noche grande, en un clásico. Frente al Barça pos Messi, en un encuentro mayúsculo, que el conjunto rojiblanco lo tuvo en sus manos, empató el equipo culé y en el frenético tramo final lo pudo ganar cualquiera, lo que reflejó un duelo con aroma añejo. Como muestra, un botón. Eric García se ganó la expulsión en el último suspiro, pero evitó la posible gloria de Nico Williams, derribado por el defensa catalán cuando el chaval encaraba ya a Neto. La victoria de los leones se esfumó en esa décima de segundo, si bien el Athletic ganó un punto de autoestima.

Marcelino lo avisó en la víspera. Un clásico como el de anoche requiere la mejor versión. Él ya debutó como técnico rojiblanco ante el Barça en San Mamés siete meses atrás, aunque en aquella ocasión no tuvo tiempo de preparar el choque con solo 48 horas de margen tras la destitución de Gaizka Garitano. El asturiano se entiende que tiene el culo pelado, valga la expresión. No es un neófito en estas lides. Nada más concluir el partido en Elche el lunes, puso su cerebro a carburar. Solo tenía ojos para el Barça. Las lesiones de hombres como Capa, Yeray o Petxarroman, que tampoco comparecieron en el Martínez Valero, mediatizaban de antemano su once, porque De Marcos tampoco llegó a tiempo para salir de inicio. Su plan no lo escondió. Es más, repitió la misma puesta en escena que en el debut liguero, salvo el cambio obligado de Lekue por De Marcos. Lo llamativo del caso, o no, es que decidió prescindir de Raúl García una vez cumplida su sanción de dos partidos. El de Zizur Mayor es un activo consagrado a la hora de poner músculo en este tipo de batallas que tanto le ponen. Marcelino, con todo, no se casa con nadie, por lo menos a la hora de tomar decisiones. Va en el sueldo del entrenador. Acierte o no acierte. Quizá sea por cabezonería o por convicción. Insitió en Sancet como acompañante del cuestionado Iñaki Williams, el gran protagonista en los días previos al choque, tanto en el debate colectivo como en la comparecencia del míster que hizo una encendida defensa del bilbaino, del resto del grupo y de su idea.

La consigna estaba cantada. Al Barça no se le puede dar metros, porque supone en la mayoría de los casos cavar tu propia tumba. Marcelino había arengado a los suyos en este matiz, o lo que tanto gusta definir como bloque bajo, medio o alto. Los entrenadores tinen esos tics doctrinales que suenan bien. Para el mortal de los mortales, se traduce como presión alta, imprimir un ritmo diabólico y llegar cuantas más veces mejor. O sea, las señas de identidad que históricamente han definido al Athletic, que se dio cuenta de que enfrente no aparecía Leo Messi, aunque cueste asimiliar que ya no ejerce en el Barça, para bien de los rivales que le han sufrido con saña. El Athletic puede dar fe de ello en la última década. Quizá por ello, los leones, empujados por 10.000 almas que parecían por momentos las 53.000 que entran en San Mamés, se soltaron, convencidos de que el Barça no es el mismo sin el rosarino, que con su sola presencia agobia al contrario. El colectivo rojiblanco dio un paso al frente, se fue con todo y enseñó las garras a un Barça más timorato de lo acostumbrado.

El balón no lo tenía la tropa de Koeman, lo que se entedía como una buena noticia para el Athletic, que para los 100 segundos ya había forzado tres saques de esquina. Vencedor y Dani García empequeñecían a Busquets y Pedri, incluso a un De Jong incómodo en banda derecha. Iñaki Williams, ansioso de reivndicarse y de tapar bocas a los más críticos con su figura, se ofrecía una y otra vez, respaldado por un Sancet más liberado que el curso pasado y que sabe de su virtudes. La zaga azulgrana se sintió acosada, nada habituada a achicar balones. Sancet gozó de la ocasión más clara de los leones al inventarse un reverso que se estrelló en la escuadra, aunque bien es cierto que minutos antes Braithwate falló lo infallable en las narices de un Julen Agirrezabala que cumplió con creces en su debut en La Catedral. Otra gan noticia. Que el Barça solo se arrimara al área rojiblanca en una sola ocaisón no hizo más que poner el acento en la actuación coral de un Athletic al que únicamente le faltó consumar alguna de las numerosas llegadas a las inmediaciones del área de Neto. El gol, como dijo Marcelino en la previa, no se compra.

El técnico también pidió en la víspera rentabilizar la estrategia ante la falta de ese gol que cuesta 60, 70, 80 o más millones de euros y que se supone la trabaja en el día a día. El Athletic regresó de vestuarios empapado de la dinámica positiva del primer acto y a los 18 segundos Berenguer, que quiere recuparer la pegada que le convirtió la liga pasada en el pichichi rojiblanco, la tuvo, pero Araujo surgió de la niebla para evitar el tanto del de Barañain. Pero el fútbol fue justo y cinco minutos después emergió la estrategia en el enésimo córner botado por Muniain que cabeceó de manera impecable Iñigo Martínez. Un gesto a la vieja usanza, marca Athletic. El partido estaba donde quería Marcelino, aunque inquieto por el peaje que pudiera costar semejante esfuerzo brutal de los leones. Y ese peaje llegó en un error individual de Dani García al que le robó la cartera Busquets para armar una contra que sentenció Memphis Depay, justo un minuto después de que una vaselina de De Jong la repeliera el larguero. El Athletic proyectaba sintomas de cansancio. Marcelio intentó refrescar al grupo, pero el desenlace estaba escrito. Un punto para hacer camino.

FICHA TÉCNICA

ATHLETIC: Agirrezabala; Lekue, Vivian, Iñigo Martínez, Balenziaga; Berenguer (Min. 82, Morcillo), Vencedor (Min. 67, Vesga), Dani García (Min. 82, Zarraga), Muniain (Min. 76, Nico Williams); Sancet (Min. 67, Raúl García) e Iñaki Williams.

BARCELONA: Neto; Dest (Min. 82, Emerson), Eric García, Piqué (Min. 31, Araujo), Jordi Alba; De Jong, Busquets, Pedri (Min. 62, Sergio Roberto); Griezmann, Braithwaite (Min. 62, Demir) y Menphis.

Goles: 1-0: Min. 50; Iñigo Martínez. 1-1: Min. 75; Memphis.

Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Amonestó a Iñigo Martinez (Min. 20), por el Athletic; y a Eric García (Min. 28) y Arauj (MIn. 76), por el Barça. Expulsó con roja directa a Eric García en el minuto 92.

Incidencias: 9.324 personas, segùn datos oficiales, se dieron cita, mil menos de las esperadas, en el regreso del público a San Mamés año y medio después. La socia Alazne Barcena hizo el saque de honor, después de que su relato fuera elegido dentro de la campaña institucional 'Historias que merecen la pena ser contadas'.