Semana de derbi. ¿Qué tal sentaron esos tres días de descanso posteriores a la derrota ante el Atlético de Madrid?

-Yo me encuentro bien, con ganas y contento después de esa especie de miniparón que tuvimos para desconectar un poco. Yo lo hice sobre todo a nivel mental. En líneas generales, creo que a todos nos vinieron bien esos días libres de la semana pasada.

La propuesta de Imanol les exige un derroche importante.

-Tenemos una forma de jugar a fútbol que nos exige mucho físicamente. Nos tenemos que poner en forma muy rápido. Queremos apretar siempre arriba, porque creemos que defendemos mejor así que replegados. Y esto, como te comento, exige mucho al cuerpo y a las piernas. Pero también llevo tiempo diciendo que somos un equipo muy joven y que contamos con energía para jugar así. Es lo que nos está dando frutos y proporcionando éxitos.

¿Así que vamos a ver a la misma Real durante toda la temporada? ¿O tocará matizar la propuesta cuando las fuerzas no acompañen?

-A ver, la propuesta va a tocar matizarla, pero como toca siempre y como ha tocado también durante esta fase inicial de la temporada. Siempre hay factores en cada partido que planteas de forma distinta en función del rival, de las circunstancias del encuentro o de cómo están las fuerzas. Lo ideal para nosotros es jugar los 90 minutos al mismo ritmo y dentro de una alta intensidad. Pero, si no se puede, debemos ser listos y saber juntarnos cuando haga falta, o salir con envíos largos si no nos vemos con la frescura necesaria para sacar el balón desde atrás. Eso también lo hacen los grandes: interpretar los partidos y los momentos en que hay que utilizar un registro u otro.

Llega el derbi ante el Athletic. ¿Pierden importancia en estos partidos asuntos como los que estamos tratando?

-En el fútbol, la propuesta de los equipos y la cuestión táctica son siempre muy importantes. Pero en un derbi también juega un papel importante el tema mental, el tema psicológico, incluso ahora que no hay público. Al final, sabes que en casa está toda la afición empujando, deseando que ganes un partido tan especial. Y tú tienes que conseguir sobre el campo que esas ganas y ese hambre te vengan bien y no se vuelvan en tu contra, por ejemplo en forma de presión. Nosotros estamos con muchas ganas y confiamos en que ese valor extra de todo derbi suponga un punto a nuestro favor.

La temporada pasada en San Mamés, la presión adelantada del Athletic pudo con la Real. ¿Esperan ahora algo parecido?

-Últimamente ellos han cambiado un poco su propuesta. Están empezando a apretar más fuerte arriba e intentando jugar un pelín más. Espero a un Athletic que vendrá a presionarnos, que intentará que no tengamos el balón tranquilos y que tratará de hacernos daño en cuanto pueda. Se trata de un equipo muy vertical, con mucha velocidad arriba, que cuando engancha entre líneas con algún jugador interior no se lo piensa dos veces a la hora de buscar la profundidad. ¿Lo del año pasado? Por un lado queda en anécdota, porque creo que cada partido es distinto. Pero el recuerdo también viene bien para saber cómo salen ellos, agresivos y a presionar. Lo tendremos en cuenta.

Usted lleva unos cuantos derbis en la mochila€ Si contamos su etapa como juvenil, claro.

-Sí, alguna que otra batallita de entonces ya tenemos guardada. Con Osasuna, en División de Honor Juvenil, nos medimos varias veces a la Real y al Athletic. Recuerdo sobre todo los partidos contra la propia Real, porque jugaba contra Guridi, Merquelanz, Bautista, Sangalli€ Solemos comentar a menudo aquello. Y también me enfrenté varias veces al Athletic, sí, aunque no me suena haberlo hecho con Remiro en su portería. Creo que no coincidimos.

¿En aquel Osasuna juvenil estaba el ahora rojiblanco Alex Berenguer?

-Sí, claro. Los dos fuimos subiendo escalones juntos en Tajonar hasta llegar al primer equipo, y guardamos una muy buena relación personal. Pero es que, además, la conexión futbolística que teníamos en el campo era buena y bonita. Nos entendíamos muy bien. Tengo ganas de verle en Bilbao, de saludarle y de charlar un rato.

Él es un recién llegado al Athletic desde el Torino. Usted, mientras, es internacional absoluto y renovó en julio como txuri-urdin hasta 2025. ¿Siente que la pasada fue su temporada con mayúsculas?

-Sí, el Mikel Merino de la pasada campaña fue el que yo sabía que llevo dentro. Ofrecí el nivel que me gusta dar y que sé que tengo que dar. Viví un curso clave en lo que respecta a la confianza. Me sentía importante para el entrenador, veía que mis compañeros confiaban en mí, había adquirido ya cierto peso en el vestuario€ Cuando un futbolista adquiere esa confianza, lo normal es que luego responda en el campo. Y ahí di un paso adelante, sobre todo en materia técnica. Al fin y al cabo, el trabajo es lo mínimo que se le puede exigir a uno, y en eso pienso que siempre he cumplido: la implicación defensiva, los robos, los duelos€ Pero con el balón en los pies empecé a agradecer esa confianza de saber a qué jugamos, de entender el sistema, de ver que los compañeros también lo hacen y de ser consciente en todo momento de dónde va a estar cada uno de ellos. Todo esto hace que juegues mejor. Te llega esa confianza que destacaba. Y con confianza va todo sobre ruedas.