No hay peor mal que tropezar siempre con la misma piedra. Tiene, eso sí, su lado positivo, pues el problema se detecta fácilmente, o al menos así debería de ser, pero también su aspecto negativo, que es lo que toca abordar a continuación en clave rojiblanca. El Athletic de la presente temporada es incapaz de gobernar un partido de inicio a fin, a excepción de lo ocurrido en el choque contra el Betis (4-0) y en menor medida en el triunfo ante el Levante (2-0), y sufre lo indecible en las segundas partes, en las que su rendimiento baja muchos enteros. No es que en los primeros 45 minutos la imagen del equipo esté siendo sobresaliente, ni mucho menos, pero lo que sucede en la mayoría de las segundas partes bien merece una profunda reflexión.

Hay un denominador común en los encuentros disputados por los bilbainos este curso, ya que en nueve de los once disputados han recibido al menos un gol. Además, de los doce tantos encajados en las once citas ligueras, diez de ellos han llegado tras el paso por los vestuarios. Solo en los enfrentamientos ante Levante y Betis dejó el Athletic su portería a cero a la vuelta del descanso y son esos, casualmente, los dos únicos partidos de la temporada en los que no han recibido ni un solo gol. Pero el desempeño defensivo daría para un análisis mucho más profundo, con mención especial a los fallos individuales, que se repiten casi en cada jornada, con un buen puñado de futbolistas implicados.

El problema, que está detectado, se recrudece porque quien gobierna el banquillo del Athletic está siendo incapaz de dar con la tecla y no pone remedio a un mal que no es nuevo y que el equipo lleva arrastrando desde la reanudación de la pasada liga en junio, tras el parón obligado como consecuencia de la pandemia del coronavirus.

Solo por citar algunos instantes de la presente campaña, en el estreno frente al Granada, como sucedió en la noche del viernes en San Mamés ante el Celta, que el conjunto rojiblanco encajara algún gol era solo una cuestión de tiempo. Pero no ha sido una cuestión solo de esos partidos. Ya sabe, tanto va el cántaro a la fuente que... Así, no resulta de extrañar que el Athletic se haya dejado a estas alturas de temporada hasta doce puntos por el camino debido a esa debilidad que está demostrando en las segundas partes. Todo un lastre.

Los leones se dejaron dos puntos por el camino en Granada, otros dos en la visita del Cádiz a San Mamés en un encuentro que los gaditanos acabaron con nueve futbolistas, dos más en cada uno de los derbis disputados frente a Alavés y Osasuna, y otros tantos en los dos últimos partidos ligueros, en los que se han visto las caras contra el Getafe y el Celta. Con un calendario más que asequible de inicio, miedo da pensar en lo que se le puede venir encima al equipo con un final de año y un inicio de 2021 cargadísimo de partidos.

El Athletic se ha dejado por el camino más de un tercio de los puntos en las segundas mitades, aunque recuperó dos frente al Eibar y otros tantos ante el Levante, sin olvidar los tres que consiguió frente al Sevilla tras remontar en los instantes finales el tanto inicial de En-Nesyri. Garitano tiene en su mano, aunque cada vez con menos tiempo por delante, solventar un problema que está detectado.