IKER Muniain (Iruñea, 16 de diciembre de 1992) ha encadenado un antes y un después en diferentes momentos desde que debutara como jugador del Athletic a la temprana edad de 16 años. Selló registros de precocidad, se ganó a la parroquia rojiblanca, sacó momentos de fútbol de alta escuela, se ha roto el cruzado de las dos rodillas, firmó una histórica renovación sin cláusula de rescisión, ha sufridos críticas, elogios, ha cogido la capitanía del equipo… Muniain proyecta ADN Athletic desde su tierna infancia y, si no ocurre nada excepcional, tiene cuerda para rato. Va camino de sumar nuevos récords en la historia de la entidad bilbaina. Su recorrido en el Athletic en las próximas semanas le permitirá alcanzar a Julen Guerrero en número de partidos disputados como león, por lo que el txantreano entrará en el top-10 y con fundadas perspectivas de seguir escalando posiciones con el paso del tiempo.

Muniain suma 422 encuentros oficiales a lo largo de once temporadas con la zamarra rojiblanca, a solo ocho de los consumados por Guerrero, una de las leyendas del Athletic. El hoy capitán rojiblanco tiene en su mano superar primero a Estanis Argote (427 partidos) y poco después al portugalujo (430), con lo que Muniain entrará en el Olimpo de la entidad y ocupará un lugar entre los diez futbolistas con mayor recorrido, entre los que se encuentran otros tres exleones con los que el navarro ha compartido vestuario a lo largo de una década: Joseba Etxeberria, Andoni Iraola y Markel Susaeta. De hecho, el primero fue su maestro nada más llegar al primer equipo de la mano de Joaquín Caparrós, el entrenador que le hizo debutar en un partido de la Europa League el 31 de julio de 2009 frente al Young Boys suizo; el segundo y el tercero le hicieron madurar, hasta coger el brazalete de Susaeta, tras la polémica salida de este del club en el verano pasado.

Con cuatro años más de contrato por delante, Muniain estaría en condiciones de superar a sus tres excompañeros, con lo que se situaría en los altares de la historia del Athletic. Son palabras mayores para un futbolista único que ha sido fijo para todos los entrenadores que le han manejado -Caparrós, Marcelo Bielsa, Ernesto Valverde, Kuko Ziganda, Eduardo Berizzo y Gaizka Garitano-, que ha calado en la masa social, pero que también ha mostrado sus altibajos en el terreno de juego. “Para mí es un orgullo poder seguir sumando y acercarme a este tipo de jugadores, a este tipo de leyendas que son tan queridos por la gente”. Es la evocación del capitán del Athletic.