El estado de alarma decretado hace ya más de un mes por el Gobierno central sigue vigente y las últimas declaraciones de Pedro Sánchez apuntan a una nueva prórroga que ampliaría el confinamiento hasta el 10 de mayo. La sociedad aguarda acontecimientos y el mundo del fútbol camina en la misma dirección. A día de hoy se desconoce cuándo podrán reanudarse las competiciones que se pararon hace varias semanas y existe un baile de fechas que no han hecho más que agravar las relaciones, ya de por sí malas, entre LaLiga, la Federación Española de Fútbol (RFEF) y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). En medio de la polémica, casi diaria, de los tres estamentos, sin olvidar a la UEFA o a la FIFA, Javier Tebas, máximo dirigente de LaLiga, hizo llegar a los clubes hace ya algunos días un protocolo de actuación de cara al regreso de la competición. Eso sí, la última palabra con respecto a dicho escrito la tiene Luis Rubiales, presidente de la Federación Española."El objetivo es erradicar las probabilidades de infección por el covid-19 en el ámbito de la plantilla de un equipo de fútbol en su vuelta a los entrenamientos", sintetiza el protocolo. En él se exponen cuatro escenarios: fase previa o de preparación, entrenamientos en solitario, entrenamientos por grupos y entrenamientos colectivos, para los que se detallan distintas recomendaciones. Al hilo de esta cuestión, DEIA se ha puesto en contacto con Carlos Ruiz, el último pichichi liguero del Athletic y médico de profesión, para tratar de poner algo más de luz al respecto.

En primer lugar, desde LaLiga consideran que los futbolistas necesitarán "15 días" de entrenamientos previos antes de volver a competir. Una especie de minipretemporada que se llevará a cabo con "el personal imprescindible para entrenar", se realizará en unas instalaciones definidas con anterioridad y de uso "exclusivo" para la plantilla y el cuerpo técnico, y el material a utilizar deberá ser desinfectado tras cada uso. Asimismo, se especifica que se tendrán que "realizar controles médicos de forma constante" y que la realización de test del covid-19 quedarán en manos de los médicos de los clubes.

Sobre estas primeras consideraciones, Carlos Ruiz sostiene que dos semanas podrían "ser suficientes", si bien recuerda que en una pretemporada "se habla de un mes o mes y poco incluyendo partidos amistosos para la conjunción del grupo y del equipo". "Entiendo que ahora los preparadores físicos les habrán dado unas pautas y que con el tema de los gps y demás les tienen controlados. Eso ha sido una mejora y quizá en el reinicio futuro no haga falta esperar tanto tiempo como un mes". Para quienes sí ve mayor problemática es para los porteros. "Será el que más sufra, porque su trabajo no tiene nada que ver con el del resto de jugadores". Además, según recalca el galeno, al trabajo diario que los futbolistas realizan en sus hogares, le faltará, además de un campo de fútbol, "la motivación de tener un contrario, un componente que no es tangible, pero con un adversario enfrente es distinto".

El protocolo también recoge que los equipos se concentren en sus ciudades deportivas o en un hotel de uso exclusivo para ellos, con el gasto que ello supondría, así como que el traslado desde el lugar elegido hasta la zona de entrenamiento se realice en autobús con un máximo de un ocupante cada cinco filas. Así, para trasladar a 22 personas harían falta al menos siete vehículos.

Antes de que comiencen los entrenamientos individuales habrá que realizar test a los jugadores (así como a sus familias si estas también se concentran) y el cuerpo técnico que vayan a la concentración. El primero, 72 horas antes del inicio y el segundo justo antes de empezar a trabajar. La fase de trabajo en solitario se realizará con la gente "mínima e imprescindible" y se prohibirá el acceso a gente ajena. Además, se recomienda que no haya nunca más de ocho jugadores en las instalaciones, que su llegada sea escalonada y que cada uno ocupe una mitad de campo. Por supuesto, manteniendo las medidas higiénicas pertinentes y usando mascarilla y guantes.

Una vez se avance al siguiente paso, se permitirá el trabajo grupal con un máximo de ocho personas por grupo, mientras que en los vestuarios solo podrán coincidir tres personas al mismo tiempo. Por último, la vuelta a la normalidad se realizará, según reza en el protocolo, "manteniendo las normal de higiene y desinfección más estrictas". Carlos Ruiz insiste en este último punto: "Es importante que no haya relajación para disminuir las posibilidades de rebote, para lo que será importante mantener las rutinas". Eso sí, el exdelantero se cuestiona qué pasaría si "algún jugador da positivo". Las pautas de LaLiga son "aislar al positivo", "hacer pruebas a todos los que han estado en contacto con él" y desinfección de los lugares y le material empleado por dicha persona. "Si salen tres o cuatro positivos sería preocupante", sostiene Ruiz, quien no oculta que "sería lo peor que le pudiera pasar al campeonato".