Se acerca el día D. El día marcado en rojo. El día calificado como el más importante de los últimos tiempos. Y también el día que va a decidir muchas cosas. Para bien o para mal. El Athletic lo asume. Su Junta Directiva, el cuerpo técnico del primer equipo, el vestuario y su masa social. El histórico partido del jueves en Los Cármenes ya ha empezado. Lo hace sobre todo en su matiz motivador. En Granada preparan una puesta en escena infernal. En Bilbao, la victoria del domingo sobre el Villarreal ha ocasionado un chute de autoestima, especialmente porque ha desactivado el virus propagado por los malos resultados en liga. El Athletic, con todo, se lo va a jugar a una sola carta. El proyecto de Aitor Elizegi como presidente, de Rafa Alkorta como director deportivo y de Gaizka Garitano como entrenador pasa por conseguir el billete a la finalísima de Copa, porque un hipotético K.O. supondría un fracaso de incontrolables consecuencias a corto y medio plazo. Es el precio de fiarlo casi todo a un partido cuando solo se está a principios de marzo.

Garitano ha insistido por activa y por pasiva en su mensaje. "Hemos apostado por la Copa desde el minuto cero", ha reflexionado en varias de sus comparecencias más recientes. El derioztarra se ha mostrado a pecho descubierto hasta en los momentos más críticos por el deterioro que sufría el colectivo rojiblanco en liga, cuando había tocado fondo con la racha de cuatro derrotas consecutivas. La Copa, sin embargo, alivia los males. Tras la derrota en San Mamés frente al Getafe, llegó el éxtasis con el triunfo sobre el Barça que metía a los leones en las semifinales del torneo. Tres días después, el Athletic hincaba la rodilla en Anoeta ante la también semifinalista Real Sociedad. 72 horas pasadas del amargo derbi, el conjunto bilbaino superó al Granada en el choque de ida de la antesala de la final y lo hizo con una renta más corta de la que se hizo acreedor. La euforia copera se desató, pero la liga volvió a enfriar el fiestón con los fiascos consecutivos frente a Osasuna y Deportivo Alavés. Mientras tanto, el equipo nazarí coleccionó buenos resultados para sobrepasar incluso al Athletic en la tabla en liga. Hasta que el domingo llegó el triunfo sobre el Villarreal.

La gestión del técnico se ha argumentado en un objetivo que lo tiene muy claro a partir de que le han ido acompañando los resultados en el torneo del K.O. Ha rotado lo mínimo, toda una declaración de intenciones. Pero esta política también genera costes, como los que se han podido detectar en liga. No en vano, el Athletic camina en tierra de nadie en la competición de la regularidad, donde prácticamente se ha quedado sin ambiciones cuando todavía restan doce jornadas por delante. Con los puestos europeos a nueve puntos vista, la consecución de una plaza europea parece más propio de una quimera, por lo que todos los sentidos se depositan exclusivamente en el segundo capítulo de la semifinal frente al Granada, que no será nada sencillo para la tropa de Garitano pese a la renta adquirida tres semanas atrás gracias al solitario tanto de Iker Muniain.

futuro del técnico El jueves se conocerá lo acertado o desacertado del desafío que ha asumido Garitano, consciente de que su futuro en el banquillo depende de lo que suceda, primero, en Granada y, en caso de alcanzar la final, después en La Cartuja. Con la liga prácticamente descartada, la Copa asoma como el reclamo que seduce a la parroquia rojiblanca, ansiosa de experimentar la cuarta finalísima en el torneo del K.O. en un intervalo de once años, cuando no hay que olvidar que los más viejos del lugar tuvieron que esperar 24 años, entre 1985 y 2009, para volver a vivir un momento tan excitante. No solo vale dejar en la cuneta al Granada, como ya ocurriera en el precedente de la semifinal de 1969, sino que se reclama la corona, especialmente por el valor que constituiría volver a ganar la Copa 36 años después y por la plusvalía que generaría retornar a la Europa League sin necesidad de disputar eliminatorias previas.

La Copa también emerge como un valor que permita a la Junta Directiva de Aitor Elizegi sacar músculo 14 meses después de acceder a Ibaigane. El propio presidente del Athletic ha expresado en algunas comparecencias en los medios de comunicación de la necesidad de competir con cierta asiduidad en el Viejo Continente para que las arcas de la entidad acentúen su actual estabilidad. En caso contrario, o sea caer en el tiempo en las medianías clasificatorias, se correría el riesgo de que el club tuviera que presentar en el futuro déficits en su cuentas ordinarias, con el impacto negativo que generaría en la masa social. El torneo del K.O. por tanto, ofrece una trascendencia que salpica a toda la familia athleticzale, pero sobre todo al entrenador y, por ende, a la dirección deportiva, que tiene que tomar decisiones importantísimas en función de en qué lado caiga la moneda en una apuesta descarada que se decide a una sola carta.