bilbao - La existencia de un equipo tipo en la mente de Garitano solo se ha visto alterada a caballo del parón navideño, con ocasión de los partidos contra Madrid y Sevilla. Las ausencias en el once de salida en ambas oportunidades de Muniain, Córdoba y Unai López, que figuran como habituales en el cómputo global de la primera vuelta, y la de Capa, sancionado en el Bernabéu, concedieron protagonismo a Núñez, Vesga y Kodro, además de Lekue. Cuatro hombres que, salvo en el caso del central, apenas habían logrado asomar la cabeza a lo largo de cuatro meses.

Muniain está a punto de reaparecer y habrá que ver qué recorrido tiene lo de echar mano de un tercer central, una medida con poco futuro, ninguno en San Mamés, si hay que fiarse de los motivos expuestos por el técnico para el repentino cambio de sistema. Garitano confía a ciegas en un grupo con el que da forma a la estructura defensiva y el apartado de goles recibidos no da pie a augurar un giro. Simón se ha asentado, para, aporta puntos y encima goza de la complicidad de la fortuna, la compañera favorita del portero. Capa y Yuri carecen de rival en los costados y el dúo Yeray-Iñigo Martínez es intocable. Los méritos de Núñez, por lo visto, no alcanzan para deshacer esa pareja. Dani García, la escoba que actúa unos metros por delante de la zaga, completa el panorama.

En las posiciones más avanzadas, solo Raúl García, Williams y Muniain son imprescindibles a los ojos del míster. Antes de la lesión del capitán parecía haber dado con la fórmula idónea para explotar las condiciones de este trío y se supone que retomará la idea. También Unai López tenía pinta de que se convertiría en el encargado de la distribución, pero ahora es legítimo abrir un interrogante. Sin previo aviso, Mikel Vesga ha acumulado tres titularidades, adelantando a Beñat y San José, en una decisión que de consolidarse puede ser determinante para el futuro de los veteranos y encarecer el concurso de Unai López. En similar situación se hallaría Córdoba, que ya ni va convocado mientras Kodro, otro que estaba fuera de órbita, halla acomodo en una función impensable para sus características. Ibai continúa en la sombra, pero con mejor suerte que Larra, Villalibre, Lekue, Balenziaga o? Sancet. - J. L. Artetxe