Bilbao - El Athletic comenzará la pretemporada con un número de futbolistas excesivamente amplio. Es una situación que se suele dar año tras año debido a la constante promoción de valores salidos de su cantera y que esta vez reproduce numéricamente de forma casi calcada lo ocurrido el verano anterior. De momento se desconoce la intención de Gaizka Garitano, cuál es la dimensión de la plantilla que estima adecuada, pero resulta evidente que está abocado a realizar bastantes descartes. Si el 4 de julio están convocados en Lezama un total de 33 hombres es lógico pensar que dicha cifra habrá menguado de forma sustancial para mediados de agosto, que es cuando arranca la competición. De hecho ya se rumorean salidas en forma de cesión previas incluso a la fecha de presentación del equipo.

A la espera de que el entrenador se pronuncie, lo previsible es que sean en torno a diez los jugadores que no pasen el corte y se queden sin dorsal del primer equipo. No se contempla que Garitano siga los pasos de Eduardo Berizzo, quien no tuvo inconveniente en quedarse con 26 efectivos (27 con Remiro), a pesar de que encaraba un calendario con dos únicos frentes, igual que sucederá esta vez al no figurar en el menú un torneo continental. Se trata de un itinerario que solo asegura la disputa de 38 partidos oficiales, los correspondientes al campeonato liguero, y una ronda copera, por lo que no procede sobrecargar el vestuario.

En el aspecto numérico el asunto está muy claro, el Athletic necesitaría en torno a no más de 22 o 23 fichas. Una cifra aquilatada que sin embargo obligará a que Garitano valore si prescinde de alguno de los efectivos que ya tuvo a sus órdenes durante el curso anterior. No tiene otro remedio si pretende hallar hueco a alguna de las diez novedades procedentes del filial y de las cesiones, puesto que en nómina ya aparecen 23 jugadores con contrato vigente después de las salidas de Rico, Susaeta, Iturraspe, Remiro, Etxeita y Sabin Merino. Todos los citados concluían su relación laboral con el club y la directiva y los responsables deportivos optaron por abrirles la puerta.

Los 23 que se mantienen, 21 que iniciaron el curso 2018-19 a los que hay que sumar Ibai y Kodro, reclutados en el mercado invernal, dispusieron de su cuota de protagonismo con Berizzo, con Garitano o con ambos, y aspiran a mejorar sus registros en el próximo ejercicio, pero juntos ya forman un bloque que, sobre el papel y atendiendo a criterios cuantitativos, sería suficiente para estructurar una plantilla.

A saber: Herrerín y Simón, porteros; Capa, De Marcos, Yuri, Balenziaga, Núñez, Iñigo Martínez, Yeray y Lekue, defensas; Beñat, Dani García, Nolaskoain, San José, Unai López, Raúl García y Muniain, medios; Williams, Aduriz, Guruzeta, Ibai, Kodro y Córdoba, delanteros. Gente como Nolaskoain, Unai López, Guruzeta o Lekue (estos dos penalizados por lesiones que conllevaron dilatadas ausencias) podrían figurar en el apartado de descartes, permitiendo así el ingreso de cedidos que regresan o meritorios que vienen de destacar en el Bilbao Athletic.

las novedades Quienes intentarán llamar la atención de Garitano son: Oleaga y Ezkieta, porteros; Andoni López, Vivian y Ganea, defensas; Sancet, Vesga y Larrazabal, medios; Vicente y Villalibre, delanteros. De entrada, los dos primeros difícilmente permanecerán en la primera plantilla, dado que en la portería se presume un duelo por la titularidad entre Herrerín y Simón. Andoni López y Ganea, ambos laterales zurdos, tampoco tienen fácil acceso estando disponibles Yuri y Balenziaga, mientras que Vivian podría convertirse en el cuarto central, esperando turno tras Yeray, Núñez e Iñigo.

Mikel Vesga, con cierto rodaje en la élite gracias a una satisfactoria estancia en el Leganés, apunta a cubrir una de las plazas en el centro del campo, mientras que el futuro de Vicente y Sancet asoma más incierto. Al primero se le queda pequeño el filial y el segundo apenas ha podido mostrarse a causa de una grave lesión de rodilla, pese a que se insiste en que atesora condiciones para dar el salto. Son jugadores con perfiles interesantes, pero muy verdes aún, déficit para el que existe un único remedio. Lo que menos les conviene a los jóvenes es participar poco, tirarse un año en blanco o casi, por lo que la cuestión radica en que el entrenador crea que es el momento de darles un impulso y les conceda minutos que realmente sirvan para que vayan curtiéndose.

La reflexión es por supuesto aplicable a Larrazabal, quien aterriza en una demarcación con muchos candidatos. Qué decir sobre Villalibre. Ha renovado porque se supone que esta vez sí disfrutará del margen suficiente para probar su valía. Después de un primer paso por el equipo efímero y sin minutos de calidad, cesiones poco fructíferas y su incuestionable reivindicación en el filial, no se entendería que de nuevo fuese relegado. Su problema no tiene un nombre, sino tres: Williams, Aduriz y Kodro.

Sucede que en cualquier posición sobra personal. Ya se ha dicho que es el denominador común en la portería, los laterales, la delantera o el ala derecha en ataque, pero para la izquierda estarían Córdoba, Muniain e Ibai, así como Vicente. Y en la zona ancha pasa tres cuartos de lo mismo porque a los más asiduos (Dani García, San José y Beñat) se agregan Unai López, Nolaskoain, Vesga y Sancet, así como Raúl García o Muniain y el propio Vicente.

Hace ahora un año se incorporaron a los entrenamientos diez novedades, cuatro fichajes (Capa, Yuri, Dani García y Ganea) y seis jóvenes (Nolaskoain, Sancet, Vicente, Muñoz, Guruzeta y Villalibre), además de que se cedió a Vesga y Andoni López. De todos, solo tres permanecieron en la plantilla de julio a mayo. En fin, que Gaizka Garitano deberá efectuar una selección que dará pie a que no falten noticias en las próximas semanas. Si como asegura Rafa Alkorta, no habrá fichajes, el interés se centrará en saber quién se queda y quién se va.