bilbao - La extensa entrevista concedida a DEIA interrumpe su silencio en un momento propicio, con el fútbol de vacaciones y concediendo cierta perspectiva, para la revisión de un mandato, a su juicio, excesivamente fiscalizado. El expresidente tiene claro que el esfuerzo por no ceder a intereses ajenos al club le pasó una factura que no se corresponde con los logros de la gestión realizada, que cataloga como la mejor de la historia moderna de la entidad.

En pocos días serán ocho años de su elección como presidente del Athletic. Hoy esa fecha le pillará muy lejos.

-Sí, pero ya que recuerdas esa fecha, diré que en teoría el límite de nuestro mandato era el próximo 7 de julio y no ha sido así porque primamos los intereses del club. Las elecciones en fechas que coinciden con la ausencia de competición son contraproducentes de cara a la planificación de los temas propios de pretemporada y del siguiente ejercicio.

Es algo que siempre ha defendido, pero no todo el mundo está de acuerdo.

-Las elecciones dividen y dispersan a la gente, por eso nos preocupamos de situar las elecciones lejos del final de temporada, cuando aún se desconoce cómo va a llegar el equipo a ese final. Invertimos o recortamos siete meses de nuestro mandato para evitar esa coincidencia de elecciones y fin de temporada. En 2015, cuando salimos reelegidos, fueron en marzo en vez de en julio y las últimas en diciembre en vez de en marzo, en ambas ocasiones contemplando la posibilidad de que no hubiese reelección y para dar más margen de actuación a la nueva directiva. Estoy seguro que estos cinco o seis meses transcurridos desde diciembre le habrán venido muy bien a la actual junta para situarse y empezar a tomar decisiones, algunas de la cuales es preferible abordar con margen, antes de la llegada del verano.

Pero cabe que la celebración de elecciones en invierno afecte a la marcha del equipo.

-Pues el equipo no se ha visto afectado. Ni en 2015, cuando acabó la primera vuelta con menos puntos que en esta última, ni en la recién terminada.

Pese a este dato, hay quien sigue abogando por utilizar las urnas fuera de la competición.

-Siempre habrá diversidad de opiniones. De este tema hablé varias veces y puede pasar que pese a lo que digan los hechos, haya quien lo vea de otra manera, quizás también porque hay a quien le interesa trasmitir una idea concreta, pero creo que la mayoría de la gente lo ha entendido. Si algo he sacado en limpio en estos casi ochos años es que nos han creído.

La credibilidad no es un valor al alza.

-El éxito se puede medir por los resultados, por clasificarse para Europa, jugar finales o ganar un título, que son todos datos objetivos y reflejan una gestión. Pero al éxito se llega a través de la credibilidad, que es algo que no conoce atajos. Si la junta cree en el presidente, este en la junta, lo mismo que los empleados creen en ella o lo hacen los jugadores o la asamblea de compromisarios, entonces el éxito se convierte en una realidad.

Jugador, socio, compromisario, presidente.

-Entré con nueve años en Lezama y estuve en el primer equipo hasta los 35. Luego hubo una etapa de ocho años en que tuve posibilidades de entrar a trabajar en el club y preferí no hacerlo. Y luego dí el paso al frente. Nunca me había planteado ser presidente, tomé la decisión sin haberlo previsto, no fue algo que fuese buscando.

Ahora, en el rol de expresidente, si mira hacia atrás, ¿cuál es su balance?

-Si algo resaltaría de nuestra gestión es que ha sido coherente, prudente, rigurosa y discreta. Creo que se puede definir así. Junté un grupo de personas en torno a una idea básica de lo que creo que es el Athletic, que sería el tronco del árbol; las tareas en las distintas áreas, deportiva, social, económica, comunicativa, serían las ramas y como tales no pueden alejarse o desgajarse del tronco. Todo lo que se hace en cualquier área tiene que ir unido al tronco, ajustarse al significado de lo que es el Athletic.

Ha citado la comunicación, que se diría que ha resultado especialmente conflictiva o controvertida en comparación al resto de las áreas de trabajo.

-Bueno, tenía claro que el Athletic debe situarse por encima de todos los medios de comunicación y así se hizo porque ya conocía el funcionamiento del club en esa faceta en diferentes épocas. Por otro lado, nosotros no éramos gente de exposición, sino de gestión, gente de palabra, que no piensa en intereses propios ni se preocupa por lo que digan los medios porque cada medio actúa en defensa de su interés y este no necesariamente coincide con el interés general, que es el del club.

Esa guerra abierta con bastantes medios le generaría un desgaste importante.

-En la obra A este lado del paraíso de Scott Fitzgerald podía leerse que “por el precio de un periódico te dicen cómo tienes que pensar”. Lo que yo digo es que más allá de que los medios te dicen aquello que encaja con su línea editorial, tenemos que tener nuestro criterio. Soy consciente del poder de los medios y, por tanto, asumíamos que íbamos a tener un desgaste.

Una presión de la que no se libró desde el principio hasta el final.

-Si tienes en cuenta que juegas seis años en Europa y eso se consigue pese a que otros equipos se lleven media docena de tus jugadores titulares y tienes por tanto que acertar en los fichajes; si arrancas con un déficit de diez millones y al irte dejas 200 en caja, no existe una sola salvedad en las ocho auditorías a que se sometieron los números, queda el club saneado e inviertes mucho dinero en la reestructuración de Lezama; si realizas un traslado absolutamente transparente a un nuevo campo y costeas en su totalidad la ampliación de la visera,? Si computas todo esto, pienso que las críticas que recibimos deberían haber sido, al menos, de otro tono porque no creo que realmente haya habido grandes problemas en el Athletic. Si ha dado la impresión de que han existido problemas graves es porque así lo que han querido hacer ver determinados medios, empeñados en crear un caldo de cultivo negativo. Mira, si creo que tengo que hacer algo por el club, no me paro a pensar en los palos que me vayan a dar. Ahora en cambio no hay apenas palos sobre la comunicación del club y tampoco se escuchan gritos en el fondo del campo. Pero si expones el balance de nuestros dos mandatos, ¿qué motivos reales había para protestar o censurar?

Por los logros que enumera se deduce que se ha ido satisfecho de Ibaigane.

-Estoy satisfecho y orgulloso de la gestión que hicimos. No quiero que suene inmodesto, pero esto es fútbol y te califican en función de si entra la pelota y de si los números cuadran, dos cuestiones que van unidas, y creo que así ha sido. Cuando yo jugaba, el Athletic entraba en Europa cada cuatro años y dado que el fútbol se ha complicado mucho desde entonces podría haber sido hasta lógico que los resultados hubieran sido muy distintos a los que han sido.

Pese a lo que dice, en las elecciones se registró un cambio. La plancha que incluía a buena parte de su directiva, perdió.

-Los socios deciden y decidieron que hubiese un cambio. Desconozco las razones exactas y simplemente hay que aceptarlo.

Pero ese desenlace le sorprendería.

-Sí, el resultado me sorprendió y no me siento con capacidad para analizarlo en profundidad. Sé que hubo gente que no fue a votar al pensar que estaba hecho en favor de la candidatura que finalmente salió perdedora, pero tampoco le doy más vueltas. El socio toma la línea que considera para el gobierno del club y cada directiva asume una responsabilidad, un reto complicado. Fue complicado para la nuestra y lo será para la actual y las siguientes porque no es fácil mantener el nivel deportivo y económico en el contexto en que el Athletic se mueve. Sigo siendo socio y punto.

A estas alturas, después de lo que ha vivido, le puede saber a poco ser solo socio.

-No. Lo dí todo como jugador y como presidente y sigo pensando que estoy en deuda con el Athletic porque he tenido el privilegio de vivir experiencias que la mayoría de los seguidores del equipo no ha podido. Aunque he tenido más suerte que la mayoría, soy uno más de esa gente y ahí me siento cómodo. En estos años he recibido críticas por parte de exjugadores que apelaban a esa condición para reclamar más atención o un trato distinguido. No lo veo así, tener unas estadísticas detrás no te da más derechos que a los demás socios. Ser socio es vital para el club. El futbolista es importante, pero ni yo ni ningún otro jugador hubiera podido ejercer de tal sin el amparo de la masa social. Hace falta que la gente esté ahí, eso es exactamente lo que ha pasado durante los últimos 120 años.

Durante su mandato apenas concedió un puñado de entrevistas a medios del extranjero, ninguna a los de aquí.

-Como representante del Athletic me interesaba que medios como The Guardian o el New York Times reflejasen aspectos del club ajenos a lo que es actualidad y eso era lo que precisamente venían a buscar, lo que significa el club, su singularidad, su historia, etc. En cambio, además de que es imposible atender y dar entrevistas con fundamento a cada uno de los múltiples medios de aquí o de Madrid, a la prensa más próxima le interesa sacar titulares o noticias referidas al día a día, que si fichajes, renovaciones, clasificación, rumores? Para evitar hacer distinciones, creí que la fórmula idónea era realizar una rueda de prensa cada mes y poco, así todo el mundo tenía acceso a la misma información.

¿Por qué ha dicho sí a esta entrevista?

-Porque puedo hacer una entrevista y ahora la hago como Josu Urrutia, no como presidente. Vamos a ver, yo he intentado no hacer distinciones o discriminaciones entre los medios y, por supuesto, no filtrar. Lo de las filtraciones ha sido algo demasiado habitual en el pasado del Athletic, pero no con nosotros. Como dirigente tampoco me interesaba estar permanentemente expuesto, solo lo justo. Es poco consecuente con la figura de un presidente del Athletic, en mi opinión, hablar con unos y no con otros, filtrar cosas para obtener algo a cambio o acaparar foco.

Ya, pero tampoco supieron vender, en el buen sentido digo, iniciativas o medidas que tomaban. Actividades que se abordaron, apenas trascendían.

-¿Qué es comunicar? Un entrenador lo hace al dar la alineación, aunque no haga rueda de prensa. Si no negocias con el Bayern, estás comunicando. Si no hay filtraciones, también comunicas. La manera de gestionar es comunicación. No digo que no haya habido errores en esta cuestión. Mira cuando el equipo viajaba a Europa, pero también a Sevilla, Galicia, Málaga,? contactábamos con los socios que viviesen en esos sitios y concertábamos una cita con ellos. Sin quitarle valor a una iniciativa que no deja de ser un detalle, no consideraba que hubiese que publicitarlo. Es complicado lograr un equilibrio y habrá habido errores en el día a día, pero no de orientación.

Por ejemplo, costó enterarse de cómo habían mejorado las condiciones del femenino, algo relevante en estos tiempos en que todo lo relativo a la mujer recibe tanta atención, y fue porque no lo publicitaron.

-En mi primera junta hubo cuatro mujeres y seis en la segunda. Eso es una apuesta por la igualdad. No me lo parece conceder el One Club Award el mismo año a un hombre y una mujer. Si crees que lo merece una mujer, se le da a ella y punto. En las normas del premio que instituimos no hay distinciones de sexos. ¿Si hay un presidente, tiene que haber una presidenta? No. Pues en ese tema, igual. También en el euskera, gran parte de la directiva lo manejaba y casi todas las incorporaciones al club que fuimos haciendo también o se han preocupado de hacerlo. Nos parecía algo esencial.

¿Es asumible la dimensión económica que ha adquirido la plantilla y viable el porvenir económico del club sin jugar en Europa?

-Garantizar rendimientos deportivos es complejo. Creo que la situación económica es sólida, no hay deuda y dejamos una provisión de 76 millones para hacer frente a las amortizaciones anuales de determinados fichajes, los de Iñigo y Yuri. Amortización no es lo mismo que salida de dinero porque los fichajes ya están pagados. Ese déficit que afectaría a estos años obedece a que es así como se computan esas operaciones de refuerzo, pero insisto en que con la provisión que dejamos está cubierto y, por supuesto, no se trata de un déficit estructural, como ha señalado algún periodista.

En definitiva, se fue tranquilo a su casa.

-Pienso que el club está en la mejor situación, por lo menos de la era moderna. Ahora es mantener y mejorar, que es difícil porque ya he dicho que lo económico y lo deportivo van de la mano y lo que sucede en el verde es determinante y siempre ha costado. Si estás en Europa en seis de ocho años, ese es el objetivo. Cuando entramos en el club ya había contratos altos y el dinero de la televisión era incomparablemente inferior al que se ingresa en la actualidad.