Bilbao - ¿Cuál es el fin de tener un festival de cine en el Athletic?

-El Thinking Football nace en 2012, cuando la Fundación Athletic cumplió diez años. Ese año quisimos hacer una reflexión importante sobre la relación entre el fútbol y la sociedad. Fue un ciclo importante de charlas. Fue muy exitoso y nos planteamos continuar de algún modo. En ese momento yo había visto muchas películas sobre fútbol y planteamos al club hacer un ciclo de cine paralelo a las charlas. Pero al final decidimos hacer un pequeño festival de cine. Por eso se llama Thinking Football, porque nació como un ciclo de charlas, y por eso tiene esa vocación de reflexión social y no ponemos, por ejemplo, la película de Cristiano o Messi.

¿Es injusto el tópico del fútbol como antítesis de la cultura?

-El fútbol de por sí es una cultura con un lenguaje determinado y un comportamiento determinado. Si me preguntas por el 11 del Bilbao Athletic y te digo que es rápido como Mendiguren y con el pase de Argote, tú entiendes lo que te digo, pero uno que no es futbolero no coge esos códigos. Es una cultura que se expresa, además, a través de la imagen. La fotografía deportiva tiene mucho de la pintura barroca y renacentista. Tú ves un cuadro del Prado, le pones un balón y puede ser la foto de una celebración o una derrota perfectamente. La palabra también tiene su peso en las crónicas. Lo que pasa es que no se ha cuidado hasta hace veinte años, con autores que reivindicaron que se podía hacer literatura y cine con el fútbol.

Ahora lo reivindica el Athletic.

-Normalmente los clubes tienen mucho miedo a las reflexiones abiertas. Una de las ventajas del Athletic es que no tiene miedo a eso. El Athletic es una gran incógnita. Es grande por la tensión que hay entre la modernidad y la tradición, que nunca sabe muy bien para dónde tirar y con esa tensión tira hacia delante. El hincha del Athletic está acostumbrado a reflexionar, mientras que el hincha del Madrid o del Barcelona no tiene dudas, solo hay que ganar. La duda es buena porque te hace caminar con pasos más seguros. En siete años que llevamos de festival de cine nunca ha habido problemas para exponer una película por su temática. El club no tiene miedo y eso es bueno.

¿Ha calado el Thinking Football en la sociedad bilbaina?

-Es una cita que cada vez más gente la tiene marcada en el calendario. El festival ha llegado a Bilbao y tenemos el debe de llegar a Bizkaia. Queremos hacer una pequeña ampliación en el futuro para llevar el festival a Bizkaia.

¿Qué retorno les llega desde fuera?

-Lo que más sorprende es que lo mantenga un club de fútbol. En Barcelona hay ahora otro festival y han hecho contactos con el Barcelona, pero no ha querido saber nada del festival. A los clubes no les interesa porque no están preparados para una reflexión de la que muchas veces no salen bien parados. Nosotros hemos proyectado muchas películas que son críticas con el fútbol contemporáneo. A los invitados llegados desde el propio mundo del fútbol les ha parecido una idea maravillosa. Otros clubes nos miran con envidia por haber sacado esto adelante. Y el mundo de la cultura al principio era muy reticente, lo miraban incluso con desprecio. He oído muchas veces que no hay buenas películas de fútbol y hay muchísimas. Otra cosa es que no hayan sido muy vistas.

En esta edición tienen mucho peso las películas sobre fútbol femenino.

-El cine va por delante de este movimiento social en torno al fútbol femenino. En la primera edición ya pusimos una película que mostraba el primer equipo femenino europeo que iba a jugar un partido en Irán. Todos los temas que hoy en día salen en el fútbol ya se han planteado en el Thinking Football.

Hay otra película sobre la homosexualidad en el fútbol.

-El tabú de la homosexualidad en el fútbol se romperá en breve. El racismo está superado, el de la igualdad más o menos lo tenemos claro y queda el gran tabú de la homosexualidad. Cuando pensamos en la homosexualidad en el fútbol pensamos en el estadio. Pero lo importante es la homosexualidad en las escuelas de fútbol. Para el Athletic normalizar esta cuestión es importante, no porque esté mal que un hincha tenga un comportamiento homófobo en el estadio, que es una anécdota. Sería terrible que la situación no esté normalizada en la escuela en la que tienes doscientos niños entre los que habrá un porcentaje de niños que en cierta edad empiecen a descubrir que son homosexuales. En ese momento tenemos que demostrar a ese niño que, si alguien tiene un comportamiento negativo, el que sobra es el homófobo y no él.

Esta edición va con dedicatoria especial.

-Sí. Habrá un sencillo homenaje a Eduardo Rodrigálvarez. Queríamos decirlo porque era un asistente habitual a nuestros festivales, de cine y de literatura, y era un periodista con una relación con el club y su base social importantísima. Cuando recorres un camino, sigues una senda que otros han desbrozado con un machete y creo que Thinking Football no hubiese sido posible sin que una generación anterior de periodistas hubiera elevado el nivel del discurso. Y Eduardo era uno de esos. Sin las semillas de Rodri, nada de esto hubiera acontecido.