Bilbao - Con un gol conseguido a los 40 segundos resolvió el Athletic a su favor un derbi donde el balance defensivo de los hombres que dirige Gaizka Garitano fue determinante. El enésimo fracaso del Eibar en San Mamés obedeció básicamente a que, por culpa de esa aplicación del conjunto local en tareas de contención, no pudo en ningún momento desplegar sus conocidas bazas en ataque. Herrerín no necesitó realizar más de una parada, a tiro lejano de Kike, para asegurar la victoria gracias a que sus compañeros se vaciaron cerrando todas las vías hacia su área. La afición celebró a lo grande un desenlace que despeja por completo los nubarrones y deja al equipo en situación de empezar a pensar en que se puede valer del último tramo del campeonato para dulcificar una temporada que había discurrido por derroteros amargos e inquietantes.

El marcador, el modo en que se gestó, con un chispazo que pilló desprevenido al Eibar para disgusto de Mendilibar, así como la gestión para proteger la ventaja, ilustra a la perfección la actual personalidad del Athletic. Nada de lo presenciado provocó extrañeza, pero una vez más esa forma concreta de entender el juego resultó útil, eficaz para imponerse a un enemigo que vivió una noche incomodísima. Se trata de un guión muy reconocible en los últimos tiempos y es que podrá agradar más o menos, pero este Athletic no engaña a nadie y mientras la propuesta de Garitano continúe siendo tan rentable como hasta la fecha, es lógico suponer que perseverará.

Frente a un rival que no se esconde, que no tiene reparos en cargar con la iniciativa y acostumbra a generar múltiples acciones profundas, los rojiblancos estuvieron bien plantados sobre el césped, salieron vencedores de prácticamente todas las disputas y duelos individuales e incluso se permitieron en lujo de acaparar el capítulo de llegadas. Desde un planteamiento de neto corte conservador, el Athletic desgastó al Eibar y avanzado el segundo tiempo fabricó hasta media docena de aproximaciones. Antes del descanso, sucedió algo parecido: hizo el gol, luego Beñat pudo aumentar la renta con un disparo que repelió la madera y el resto de los minutos el equipo de Garitano se concentró en impedir que los armeros progresaran.

La sensación de impotencia que transmitieron los visitantes únicamente dejó de percibirse en una breve fase en torno a la hora de encuentro. Solo entonces logró el Eibar activarse y dispuso de sus oportunidades. Fueron un par, ambas con el protagonismo de Cucurella: un violento disparo desde la frontal que no halló portería y un cabezazo en plancha que probablemente hubiese acabado en la red de no tropezar en el cuerpo del recién ingresado Enrich. Dos sustos que contrastan con el quiero y no puedo en que estuvo sumido el Eibar pese a la cantidad de balones que desperdició el cuadro local y que bien podrían haberle facilitado el empeño.

Sin embargo, esa por momentos irritante tendencia del Athletic a quitarse el balón de encima sin el más mínimo miramiento no supuso un problema. Los jugadores han interiorizado que mientras hagan sus deberes destruyendo la creatividad ajena, el desperdicio de la posesión se convierte en un asunto secundario. Lógicamente es poco agradecido asistir a tantas imprecisiones, el espectáculo se resiente, hay que tener una enorme paciencia para ver una jugada de más de tres pases, pero después de un buen puñado de jornadas ha quedado demostrado que la agresividad que destila el Athletic sin el balón constituye una garantía de éxito.

Trabajar a destajo y dedicar una especial atención a fin de neutralizar en el plano táctico las virtudes concretas de cada enemigo, son los secretos a los que se aferra el Athletic para sumar puntos y más puntos. En el caso de ayer, fue evidente que tenía la consigna de taponar las dos bandas para que los laterales Peña y Cote se marchasen a la ducha sin colgar un maldito centro al área. De Marcos y Muniain se esmeraron en dichos emparejamientos y en la franja central ya se encargaron Yeray e Iñigo de amargar la existencia a Kike y Charles. Huelga añadir que Capa y Yuri, este en un duelo con Orellana en el que no faltó de nada, tampoco se distrajeron. Los citados llevaron el peso del derbi y el resto colaboró a su modo para levantar ese muro de hormigón armado que es el actual Athletic. Otros noventa minutos sin recibir gol, un dato que explica la escalada en la clasificación porque sencillamente ha dejado de ser noticia.

SIN SUDAR Garitano puso en liza un once muy similar al del desplazamiento a Huesca, con las novedades de Dani García y De Marcos tras cumplir sus sanciones. Y la fortuna le sonrío sin que sus chicos rompiesen a sudar. Sin duda fue el lance más vistoso del choque: apertura de Beñat, carrera de Yuri, que se apoyó en Muniain para llegar a línea de fondo y centro raso al punto de penalti, donde Raúl García, al que se le nota encantado en su rol de gladiador para cualquier batalla, conectó un violento chut al que Riesgo nada pudo oponer. Qué más podía pedir el Athletic que tomar la delantera tan temprano. A partir de ese instante, a bregar y poner en valor su formidable estructura defensiva.

A Mendilibar se lo llevaban los demonios, consciente de que su equipo había cometido un error gravísimo. El correr del cronómetro le dio la razón. De conservar el 0-0, seguro que las opciones del Eibar hubieran subido bastantes enteros, pero la obligación de remontar es un auténtico marrón ante un Athletic con unas convicciones tan firmes. Y es que se percibe claramente que el equipo se lo ha creído. Motivos le sobran para abonarse a ese estilo de rompe y rasga, ahí están los marcadores acumulados desde diciembre. Estamos a punto de estrenar marzo y la cosa pita. Es incontestable.

ATHLETIC: Herrerín; Capa, Yeray, Iñigo Martínez, Yuri; Dani García, Beñat (Min. 63, San José); De Marcos, Raúl García (Min. 71, Kodro), Muniain (Min. 90, Ibai); y Williams.

EIBAR: Riesgo; Rubén Peña, Arbilla, Oliveira, Cote (Min. 81, Pedro León); Orellana, Jordán, Diop (Min. 60, Escalante), Cucurella; Kike García (Min. 60, Sergi Enrich) y Charles.

Gol: 1-0: Min. 1; Raúl García.

Árbitro: Melero López (Comité Andaluz). Mostró tarjeta amarilla a los rojiblancos Yeray (Min. 13), Beñat (Min. 55) e Iñigo Martínez (Min. 83), y a los armeros Diop (Min. 45), Oliveira (Min. 58), Charles (Min. 77) y Arbilla (Min. 87).

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo quinta jornada de LaLiga Santander, disputado en San Mamés ante 43.363 espectadores, según datos oficiales, entre ellos alrededor de un millar de aficionados armeros. Antes del encuentro, el ciclista Igor Antón, recientemente retirado, recibió un homenaje del Athletic sobre el césped de San Mamés.