Bilbao - En vísperas de visitar Anoeta, en el análisis de situación se le hace un hueco a la palabra Europa. Aunque sea con la boca pequeña, quizá por no molestar a Gaizka Garitano, cuya opinión se mantiene inalterable pese a la escalada. “Estamos en la parte media-baja, todavía no hemos salido de ahí”, dijo tras derrotar al Betis. Es muy repetitivo el entrenador, pero nadie osaría llevarle la contraria porque el repaso de la clasificación le carga de razón y, aunque así no fuera, al principal artífice de la reacción no se le discute. Si él lo ve así, es que es así.
Pero al margen del respeto debido no solo a Garitano sino a la propia competición, resulta que el Athletic se halla a similar distancia de las plazas continentales que de las del descenso. Así pues, como consecuencia de una trayectoria donde las ganancias superan ampliamente a las pérdidas, es legítimo mirar, de reojo si se quiere, a la parte alta. El Getafe, sexto, posee cinco puntos más y entre el conjunto madrileño y el Athletic se sitúan Valencia, Betis, Real Sociedad y Eibar, todos con una ventaja enjugable en una jornada.
Siguiendo los consejos de Garitano, quien asegura que en vez de entretenerse con la tabla concentra su atención en el siguiente compromiso, pues en definitiva lo que interesa es lo que uno hace y no lo ajeno, resulta que el sábado el Athletic le disputa los tres puntos en juego a la Real. Es decir, el derbi ofrece la oportunidad de continuar subiendo puestos. Sin duda, esto es lo más importante, claro que tampoco cabe obviar que, por ejemplo, el Valencia acude al Camp Nou o que el Betis recibe al Atlético de Madrid. Confiar en que el Athletic rascará algo en San Sebastián se antoja legítimo. Su funcionamiento reciente dice que está capacitado para generar serios problemas a cualquier oponente, pueden dar fe los últimos siete: Girona, Alavés, Valladolid, Celta, Sevilla, Villarreal y Betis. Todos, salvo el Sevilla, encuadrados en la clase media de la categoría y a los que hace dos meses el Athletic veía lejos o muy lejos, con hasta diez puntos más en sus casilleros.
Garitano cogió las riendas el 5 de diciembre, figuraba entonces el equipo en el antepenúltimo lugar, el miedo se palpaba en el entorno y dentro del vestuario no sabían por dónde les daba el viento, víctimas de un auténtico desbarre futbolístico. Desde la mencionada fecha, el Athletic ha firmado una tarjeta de presentación casi impecable, que no entraba en los cálculos porque cuanto se había vivido previamente solo auguraba penalidades. El famoso “esto va a ser largo” del técnico era puro sentido común, qué otra previsión podía realizarse en aquellas circunstancias, incluso después de derrotar al Girona en casa o de empatar en Mendizorrotza.
DE CHAMPIONS Bueno, pues hoy hasta Garitano se muestra sorprendido de la respuesta que ha obtenido de la plantilla. No es normal evitar la derrota y aprovechar todos y cada uno de los partidos para ir haciendo caja. Si se computan las siete jornadas con el actual responsable y se elabora la clasificación de Primera, el Athletic sería cuarto por detrás del trío que comanda la clasificación. Ha acumulado quince puntos sobre 21, mientras que el Barcelona ha hecho pleno, el Atlético de Madrid ha sumado 19 y el Madrid, 16. Una hazaña que ha dado pie a afirmar con absoluto rigor que el equipo está en números de Champions en la liga de Garitano.
Y sin embargo, se comprueba que el formidable avance no es suficiente para abrir distancia con la zona de peligro, no al menos como para olvidar que el mínimo despiste implica volver a la incómoda pelea por la permanencia. Este dato es clave para valorar la trascendencia del balance rojiblanco en diciembre y enero. Haber ganado cuatro citas y empatado tres, registro fuera del alcance de la mayoría, no ha resuelto el problema, aunque empiece a rondar la tentación de soñar con Europa.