Palma de mallorca - Saborit ha dejado atrás los nervios. Está totalmente asentado en la isla y afronta con entusiasmo el reto de crecer a las órdenes de Valeri Karpin. Se le ve feliz a pesar de que no ha tenido un inicio sencillo. “Así es el fútbol”, insiste mientras toma asiento en una pequeña sala de reuniones de la ciudad deportiva del Mallorca.
¿Cómo le va por la isla?
-La verdad es que muy bien. De momento estoy contento; y más ahora que estoy disponiendo de minutos.
Y eso que tuvo un inicio complicado...
-Sí. Al poco de llegar me lesioné, tuvimos un cambio de entrenador y me tocó volver a adaptarme. Al principio me costó por eso, pero parece que ahora la situación está cogiendo un buen rumbo.
Personalmente, ¿de qué le está sirviendo esta experiencia?
-De mucho, la verdad. He vivido cosas que pensaba que nunca iba a vivir, como lo que sucedió con el club al poco tiempo de que llegase yo a la isla. Ahora, por suerte, se ha estabilizado un poco todo.
El equipo vive en una montaña rusa en los últimos meses. Dudas con el entrenador, problemas económicos... ¿Cómo lo está viviendo?
-Intento abstraerme de todo eso para que no afecte a mi rendimiento en el campo. Si piensas mucho en esas cosas, al final no rindes igual. Lo mejor es dedicarse a jugar a fútbol y tratar de hacerlo lo mejor posible.
Cambiando de tema, ¿cómo está viendo Athletic desde la lejanía?
-Es verdad que los resultados no están llegando, pero hay nivel suficiente en la plantilla como para confiar en el equipo. Ya se vio el año pasado. Hay que seguir apoyándoles y todo llegará. No hay que dudar de ellos en ningún momento.
Pero en Copa están a un paso de la final...
-Es lo que tiene el fútbol. Solo queda la eliminatoria contra el Espanyol para que el Athletic vuelva a jugar una final. Es algo que no sucede siempre y demuestra que el equipo tiene calidad.
¿En qué está fallando el equipo?
-Pues no sé muy bien qué decir porque no estoy en la dinámica del grupo. Desde fuera sí se puede notar algo más de cansancio por estar en tres competiciones, pero conociendo a la gente no dudo que van a sacar buenos resultados.
Haga memoria. ¿Cómo definiría su experiencia del año pasado?
-Fue especial porque supuso mi debut en Primera y no lo voy a olvidar nunca. Viví un año en la élite y encima en el Athletic, que es lo que uno desea desde pequeño. Pero también fue complicado porque no conté con muchos minutos.
¿Cómo vivió esa situación?
-No es agradable porque lo que quería era jugar. Pero no tienes que tirar la toalla. No queda otra más que seguir trabajando para mejorar y que cuando te llegue esa oportunidad demostrar que puedes jugar.
Pero Valverde confió en usted en un primer momento, pues fue Jon Aurtenetxe quien salió cedido.
-Sí, así fue. Pero tal y como fue el equipo, con resultados tan favorables, es complicado entrar. Yo soy partidario de no cambiar las cosas cuando funcionan.
Este año las cosas siguen igual. Balenziaga es indiscutible y Aurtenetxe está prácticamente inédito.
-Yo he estado en la situación de Aurtenetxe y desde aquí le digo que siga trabajando, que no baje los brazos.
¿En qué posición se siente usted más cómodo?
-De lateral. Hay más terreno para correr y atacar desde atrás, que es lo que más me gusta. Pero no me importa jugar de extremo.
Se lo pregunto porque en el Athletic el puesto del lateral izquierdo da para una o varias películas.
-Hay una cierta obcecación con esa posición (se ríe). El año pasado ya se demostró que hay jugadores muy válidos para ese puesto. Balenziaga realizó una temporada fantástica. Ahora parece que ha habido dudas en algunos encuentros, pero hay que seguir confiando en Mikel.
Y parece que no hay forma de que cambie.
-Esto es un juego de equipo. Creo que ni cuando las cosas van bien es bueno focalizar los éxitos en alguien, ni cuando van mal dadas conviene centrar las críticas en algún jugador en concreto.
¿Qué espera de su futuro?
-Lógicamente, me gustaría volver a Bilbao y al Athletic, pero ya se verá lo que pasa.