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La tentación de Simeone

Aunque el nuevo plan anti-ultra no entrará en vigor hasta el próximo año, la LFP ha echado mano de la vigente ley del deporte para denunciar a quien insulte en los estadios

La tentación de SimeoneJ.M.M.

Bilbao - En pleno fragor de la campaña de concienciación y lucha para erradicar la violencia física, pero también verbal, del fútbol, el Atlético de Madrid visita San Mamés comandado por Diego Pablo Simeone, probablemente uno de los personajes más vituperados por la afición del Athletic, que no olvida aquel intencionado y brutal pisotón que propinó sobre la pierna derecha de Julen Guerrero hace diecisiete años, provocando un aparatoso agujero de donde brotó con abundancia la sangre. El jugador portugalujo no daba crédito al asombroso acto de un colega de profesión, y desde entonces la indignación de la hinchada quedó suspendida en el aire de La Catedral.

Y en la memoria de sus parroquianos, que desde entonces, cada vez que el técnico argentino visita San Mamés al frente del Atlético de Madrid, es sujeto de todo tipo de improperios. Insultos que hasta ahora formaban parte, como en tantos otros estadios, del paisaje. Pero a partir de ahora arrojar las bilis contra el Cholo Simeone u otro protagonista del encuentro puede tener consecuencias, a pesar de que todavía no han entrado en vigor las medidas contra la violencia acordadas el pasado 4 de diciembre entre el Consejo Superior de Deportes (CSD), Liga de Fútbol Profesional (LFP) y Real Federación Española de Fútbol (RFEF).

El pasado lunes todo el articulado debía estar redactado y aprobado para que las normas de prevención pudieran ser aplicables y efectivas en esta jornada liguera. Pero la desidia de Ángel María Villar, que decidió suspender la reunión para acudir junto a sus colegas de la FIFA al Mundial de Clubes que se está disputando en Marruecos, impidió la rúbrica. La sanción al acuerdo ha quedado pospuesto hasta el próximo lunes, y el denominado plan anti-ultra no entrará en vigor hasta que se reanude el campeonato liguero, el próximo año.

En consecuencia, en ningún caso se podrá cerrar un sector de San Mamés si de él hubieran surgido un coro de voces salidas de tono, una de medidas más llamativas del nuevo código que, en casos extremos (colaboración, permisividad y apoyo por parte de los clubes a grupos o aficionados potencialmente violentos), prevé la pérdida de puntos e incluso el descenso de categoría.

Sin embargo gran parte de las medidas contempladas ya estaban en vigor, recogidas por la ley 19/2007 del 11 de julio contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, y la LFP se puede apoyar en ella para pedir sanciones, como ya lo ha hecho. En uno de sus artículos se especifica:

Se consideran actos o conductas violentas o que incitan a la violencia en el deporte: “La entonación de cánticos que inciten a la violencia, al terrorismo o a la agresión en los recintos deportivos, en sus aledaños o en los medios de transporte organizados para acudir a los mismos. Igualmente, aquellos que constituyan un acto de manifiesto desprecio a las personas participantes en el espectáculo deportivo”.

En otro apartado se especifica que están prohibidos los “cánticos, sonidos o consignas así como la exhibición de pancartas, banderas, símbolos u otras señales, que contengan mensajes vejatorios o intimidatorios, para cualquier persona por razón del origen racial, étnico, geográfico o social, por la religión, las convicciones, su discapacidad, edad, sexo u orientación sexual, así como los que inciten al odio entre personas y grupos o que atenten gravemente contra los derechos, libertades y valores proclamados en la Constitución”.

Al amparo de esta legislación la LFP hizo toda una exhibición de autoridad, una pose de cara a la galería, introduciendo en cada estadio espías que tomaron buena nota de lo allí acontecido con el apoyo de las cámaras de televisión, que controlan cada recoveco de los recintos deportivos, y las actas arbitrales.

Las consecuencias fueron elocuentes. La LFP envió a la Comisión Antiviolencia varios informes por insultos producidos durante la jornada 14 de Primera en los estadios Santiago Bernabéu, Riazor, Vallecas, Camp Nou y Los Nuevos Cármenes para que, si así lo considera, sean remitidos al Comité de Competición y establezca la consiguiente sanción, que puede acarrear una fuerte multa o la prohibición de entrada en los estadios.

la reacción del real madrid Según el informe de la LFP, durante el Real Madrid-Celta hubo insultos contra Leo Messi (“Messi subnormal”) y contra el Barcelona y Catalunya (“Puta Barça y Puta Cataluña”). El Real Madrid no ocultó su malestar por dichos informes, por la mala imagen que daban del club en un momento de alarma y sensibilidad social y, sobre todo, porque no había sido avisado de antemano. Pero el club presidido por Florentino Pérez reaccionó escrutando los vídeos para averiguar de dónde procedían los gritos, que los situó en el tercer y el cuarto anfiteatro, donde está ubicada la llamada Grada de Animación. Allí se localizó a 17 personas y se pedirá a la Comisión de Disciplina Social del club la expulsión de los que sean socios.

Además, en Riazor, en el Deportivo-Málaga, los seguidores profirieron gritos ofensivos contra el Atlético de Madrid (“Atleti mierda”) y contra el presidente del club deportivista, Tino Fernández (“Tino cabrón, sal de Riazor” y “Tino muérete”). En Vallecas, escenario del Rayo Vallecano-Sevilla, los gritos fueron contra el Real Betis (“Mucho Betis, mucha mierda”) y en el Camp Nou se profirieron contra el Espanyol, durante el derbi barcelonés (“Puta Espanyol” y “Odio Espanyol”). Además, el delantero del Valencia Álvaro Negredo fue sujeto de los insultos de varios aficionados del Granada (“Negredo maricón”).

La Comisión Antiviolencia no consideró el pasado jueves declarar el Athletic-Atlético de Madrid partido de alto riesgo, sobre todo porque la amenaza potencial proveniente de los seguidores del equipo visitante, en clara referencia al Frente Atlético, se da por conjurada por el estricto control policial sobre sus integrantes y el reparto de las entradas destinadas al club colchonero, pocas y muy selectivas. Además, la Ertzaintza ha reforzado las medidas de seguridad.

El peligro estará bajo los focos de San Mamés. La tentación de desfogarse con Diego Pablo Simeone.