Abanto-Zierbena - Un ambiente gélido, casi despreocupado, marcó el inicio del encuentro entre los aficionados del Bar Alirón de Gallarta que ayer se dieron cita para ver el encuentro que disputó el Athletic en San Mamés ante el equipo bielorruso del BATE Borisov, que ganó en la ida a los pupilos de Valverde en su enfrentamiento Champions. “Lo importante no es que el Athletic gane, que lo puede hacer, sino cuándo va a hacer el regalo al rival al que nos está acostumbrando últimamente”, señalaba Yuberi, uno de los hinchas que se reunieron en el templo athleticzale que Iñaki Benito abrió hace casi dos años en la avenida de El Minero.

Aficionados que mostraron su perplejidad ante el juego planteado por los de Valverde. “El Eibar en la primera media hora ya le habría marcado tres goles”, aseveraba Yuberi, que junto a Leku y Periko, no perdía detalle del encuentro por más que la parroquia estuviera distraída ante un partido que no tenía más que presión pero sin llegadas claras a la meta bielorrusa.

Hubo de llegar el minuto 47 y el gol de San José para que los nativos de la tierra de donde salió el Alirón (All-Iron que escribían los ingleses cuando detectaban una veta del oro rojo de Somorrostro), se prestaran a seguir más de cerca un choque que por lo demás les resultaba bastante anodino, falto de vigor. Tal vez la falta de perspectiva Champions -aunque el tercer puesto del grupo les lleva a enfrentarse como cabeza de serie a grandes de Europa en la antigua UEFA- tenía desmotivados a los seguidores rojiblancos que echaban de menos “la casta”.

“Aquí hace falta un Goikotexea, un Carlos García, gente con casta”, aseguraba Leku, un exjugador al que le preocupa que la cantera no pueda aportar “verdaderos jugadores de Primera, ya que necesitan bregarse en equipos de categorías inferiores y demostrar que merecen estar en el primer equipo. Hay jugadores que no han visto en su vida un campo de tierra”, aseveraban los aficionados mineros, gente fiel al color rojiblanco que, sin embargo, ayer se sonrojaban al ver el escaso bagaje ofrecido ante un equipo “que es poco más que el Barakaldo”, exponía Perico, quien con el gol de Susaeta respiró aliviado. “Por lo menos no le hemos dado el Olentzero como al Córdoba”.