bilbao - La Champions no da más oportunidades. El Athletic puede dar fe de ello. Se encuentra en una situación límite en su grupo por culpa de sus propios errores. No en vano, solo ha sumado un punto en las tres primeras jornadas recorridas, una pobrísima cosecha que le condena de momento a asomarse como el colista. No es ni mucho menos el escenario soñado a finales de agosto, en plena efervescencia por la histórica eliminación del Nápoles y por la fortuna en un sorteo que fue muy amable a priori. Desde entonces, se conoce el trayecto de los de Ernesto Valverde en la máxima competición continental, tortuoso desde el inicio. Al Athletic se le ha agotado muy pronto el cupo de fallos. Ya no tiene más margen. Solo le queda una opción. Ganar sí o sí. Es el único objetivo en la visita del Oporto a San Mamés, donde todo lo que no sea sumar los tres puntos supondrá la despedida de los rojiblancos de la máxima competición con aún dos jornadas más por delante. Entonces, quedaría la lucha por la pedrea, la tercera plaza que engancha con la Europa League.

El Athletic invoca al mejor Athletic. Es quizá la fórmula más fiable para superar el escollo y seguir con opciones en la Champions. Las sensaciones en la tropa rojiblanca han sufrido un giro radical desde la derrota en Do Dragao, cuando quizá el equipo tocó fondo en cuanto a resultados. Fue una derrota dolorosa, sobre todo porque su segundo tiempo fue bastante aseado y solo un error fatal de Gorka Iraizoz propició el fiasco, que obliga a los leones a estar contra las cuerdas y encomendarse al pleno de victorias en los tres partidos restantes para alcanzar los octavos.

El conjunto de Valverde leyó el encuentro de Oporto en clave interna. Hubo mucha letra pequeña que interpretar. Sin embargo, la lectura unánime en el vestuario fue rotunda. El camino para salir de la crisis pasa únicamente por resultados. Dicho y hecho. Cuatro días después, el Athletic cerró su sangría con un triunfo en Almería, sin contar su flojísima propuesta futbolística; y el pasado domingo ratificó su alza con un brillante éxito ante el Sevilla de Unai Emery, partido que emerge como referente para la gran cita de esta noche.

El Athletic recuperó ante la escuadra hispalense, que se presentó en San Mamés con la condición de colíder en Liga, las palpitaciones de la temporada pasada. Hubo minutos que fueron un calco. Es la huella a seguir. Hoy debe ser la noche de los leones. Una noche de Champions en toda su magnitud. Como lo fue la mágica ante el Nápoles, aunque en esta ocasión la trascendencia ofrece un punto menor. Será un día de perros meteorológicamente hablando, pero será una noche caliente en el lenguaje futbolístico. Como le gusta al Athletic.

el momento guillermo El duelo en Do Dragao marcó un antes y un después. No solo para el colectivo rojiblanco, sino también para Guillermo, que ocupó en el segundo acto el sitio de Aritz Aduriz, al que Valverde quiso darle un respiro. El canterano se gustó como hombre punta ante los centrales Martins Indi y Maicon, a los que hizo un roto en una maravillosa acción que supuso el empate provisional. Guillermo lo celebró con un grito de rabia. Lo necesitaba, una vez que su progresión no avanzaba. Ese gol le dio muchos titulares, aunque no sirviera para que los leones puntuaran.

Esta noche volverá a ser el momento de Guillermo. La ausencia de Aduriz, en esta ocasión por lesión, le dará galones. Tiene la confianza de Valverde y le toca al jugador reivindicarse, dar un golpe sobre la mesa en casa, donde aún esperan su mejor versión. Será en un partido grande, con esa presión que reclama sacar músculo competitivo, del que debe tirar el equipo si quiere superar a un Oporto menos necesitado, aunque consciente de que puede salir de Bilbao con la clasificación para los octavos en el bolsillo.

El Oporto, que al igual que el conjunto rojiblanco ha ganado sus dos partidos ligueros tras el choque de dos semanas atrás, espera a un Athletic muy diferente al que compareció en Do Dragao. A la tropa de Julen Lopetegui le tocará gestionar el empuje de los leones, que, con todo, presentarán varios retoques respecto al once que jugó de inicio frente al Sevilla. Sin Aduriz, también pueden esperar en el banquillo Laporte y Muniain, que arrastran diferentes molestias, por lo que Gurpegi e Ibai podrían ejercer como titulares, lo mismo que Beñat. Son, con todo, conjeturas, porque Valverde -que dejó fuera de la lista a Toquero, Sola, Morán y al tocado Aketxe- solo habló ayer de cambios, sin matiz alguno de añadido.

El Athletic, mientras, espera a un Oporto muy similar al que jugó en su feudo, aunque Lopetegui podría ejecutar algún retoque, como la posible entrada de Oliver Torres en la medular. Es, sin más, un partido para leones.