Aitziber Juaristi: "El fútbol ha sido una forma de vida para mí"
Después de once temporadas en el Athletic y siendo una de las cuatro únicas supervivientes desde la fundación del equipo en 2002, Aitziber Juaristi, 'Tzibi' cuelga las botas para sumergirse en la formación de las más jóvenes
bilbao. Nacida en Getxo el 28 de mayo de 1976, Tzibi se ha hecho un hueco en la historia del Athletic femenino. Las cuatro Superligas ganadas como leona, unidas a los 262 partidos oficiales y 49 goles marcados como rojiblanca, la convierten en historia viva de un equipo que abandona, pero al que confiesa que seguirá "muy de cerca, porque son mis amigas y soy del Athletic".
Después de once temporadas en el Athletic pone fin a su carrera como futbolista. ¿Le costó tomar la decisión?
¡Por supuesto! Llevaba tiempo viendo que cada vez estaba más mayor y cada año que pasaba veía más cerca el momento de dejarlo. La temporada pasada ya tenía medio decidido que podía ser uno de mis últimos años como futbolista, pero llegó la lesión y pensé que no me merecía acabar así. Debía retirarme en el campo.
Aquella grave lesión de rodilla tuvo lugar en febrero del año pasado ¿No la llevó a pensar en la retirada en ningún momento?
No, al contrario. Me tomé como un reto el poder recuperarme lo antes posible para volver a los campos. Físicamente me encontraba y así ha sido cuando me he recuperado de la lesión, pero pensé que había llegado el momento de cambiar un poco de vida.
Se retira siendo una de las cuatro supervivientes del primer Athletic femenino tras la absorción del Leioa en 2002. ¿Cómo recuerda aquel trasvase?
Fue mejor que un sueño, porque los chicos podían llegar a soñar con jugar un día en el Athletic, pero para nosotras era prácticamente inimaginable. Recuerdo que nos quedamos de piedra cuando nos lo comunicó Iñigo, porque era algo increíble pensar en que pasaríamos a formar parte del Athletic.
Usted ya llevaba el fútbol en la sangre. ¿Cuándo comenzó a dar las primeras patadas a un balón?
Desde muy pequeñita. Tanto mi hermano mayor como mi hermana solían jugar fue ella, por ser chica, quien me acabó enganchó a mí también. Antes de pasar a entrenar con el Bizkerre y jugar en el equipo al cumplir los 14 años de edad, solía jugar con los niños en mi barrio.
¿Qué ha significado el fútbol para usted?
Para mí ha sido una forma de vida, porque siempre he estado pendiente de jugar a fútbol y yendo un poco contracorriente con la gente de mi cuadrilla, por ejemplo. Ellos tenían otro modo de pasar los fines de semana, sobre todo, pero al final yo también los he disfrutado a mi manera.
La gente se acuerda de las cuatro ligas ganadas con el Athletic, pero detrás hay un gran esfuerzo diario para dar forma al sueño de jugar en Lezama. ¿Qué ha sido lo más duro?
Quizás, enseñar que también existe el fútbol femenino a aquellas personas que no confiaban en él; también que se hayan dado cuenta de que no hay por qué compararlo con el masculino. De todas formas, siempre me han gustado ese tipo de retos, pero es cierto que han sido muchos años y mucho esfuerzo para poder llegar a jugar en el Athletic.
¿Con qué momento se queda?
Con dos momentos vividos en San Mamés. El primer partido que jugué ahí, por lo que suponía el choque y por toda la ilusión que tenía; y, sobre todo, el último partido ante el Barça, ya que ya no volvería a pisar ese campo y además me invadieron muchos sentimientos. Pena por perder y por saber que había sido uno de los últimos pasos que iba a dar como futbolista, pero también una sensación de alegría al ver cómo nos apoyó la gente hasta el final.
¿Cambiaría algo si pudiese retroceder en el tiempo?
No lo sé, aunque sí tengo claro que cambiaría el hecho de que mi padre hubiese podido ver la última Superliga.
¿Le dolió especialmente quedarse a las puertas de la quinta Superliga perdiendo ante el Barcelona en el último partido de Liga en San Mamés?
Sí. Perder un título siempre fastidia y más aún habiendo estado todo el año tan arriba en la clasificación, pero es que además se daba el escenario perfecto para lograrlo. Jugábamos en San Mamés y con muchísima gente apoyándonos, por lo que nos dio mucha pena no poder ganar el título. Después vino la Copa, pero el equipo llegó tocado después del golpe sufrido en Liga y tampoco fue posible.
Su carisma y carácter en el campo la han convertido en una verdadera leona. ¿Ha notado de cerca el cariño de la afición?
Desde luego. Siempre me he sentido una privilegiada en ese aspecto. Me han devuelto todo lo que siempre he intentado dar, porque para mí la gente, la afición, era vital. Hay algunos que están apoyando todos los domingos y otros que se suman más en los momentos más importantes, pero siempre han estado ahí y en ese último partido en San Mamés me salió de dentro agradecerles todo el cariño recibido.
Dentro del vestuario también ha gozado de un gran respeto y cariño. ¿Se lleva amistades de esta larga aventura en el Athletic?
Muchas. Han sido muchos años y, a pesar de que existan riñas de vez en cuando, el cariño que se coge a las compañeras es una pasada.
A algunos les costará ir a Lezama y no verla cerca del césped. ¿Es optimista de cara al futuro del equipo?
Sí, sin duda. Con el primer año que hicimos en el Athletic hubo un bum y han salido muchas niñas. Cuanta más gente haya en el fútbol femenino, más posibilidades de que haya buenas jugadoras. Y creo que las hay. Antes, en mis tiempos de niña, te miraban raro si ibas con la camiseta del Athletic, pero hoy en día seguimos avanzando poco a poco en ese asunto y es muy importante.
A pesar de dejarlo, continuará ligada al Athletic a través del fútbol base.
Sí. Y me encanta. Hacemos tecnificación con niñas de categoría alevín e infantil que juegan en sus respectivos clubes. Nosotros lo que hacemos es traerlas a Lezama una vez a la semana. Todo lo referente a la formación me gusta mucho y el objetivo es que sigan teniendo esa ilusión por jugar y por mejorar pero, sobre todo, que compaginen bien el fútbol con los estudios.
Tendrá también la posibilidad de sufrir y disfrutar del fútbol desde la grada. ¿Seguirá muy de cerca las evoluciones de sus excompañeras?
Por supuesto. Primero, porque son mis compañeras, ya que todavía hablo en presente; y segundo, porque soy del Athletic.