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Prueba no superada

Solo Galarreta lució en un día donde Bielsa certificó que no anda descaminado en sus preferencias

Prueba no superadaZigor Alkorta

bilbao. Con el objetivo atado desde una semana antes, era un día propicio para que los elegidos ayer se soltasen, los que se sienten importantes y aquellos que aspiran a serlo. Ninguno era ajeno a la mirada escrutadora que salía desde el banquillo, ninguno tenía disculpa para no dar lo mejor de sí, un empeño asequible a nada que el equipo funcionase, algo predecible contando con la escasa entidad del oponente. El HJK Helsinki dio su medida, estuvo más entonado aunque tampoco era difícil mejorar lo mostrado en San Mamés, y el Athletic se quedó corto, así todo el marcador traicionó el desarrollo del juego, especialmente el que lucía al descanso.

En la primera mitad, sin pisar el acelerador a fondo, los rojiblancos llevaron la iniciativa y metieron un buen puñado de balones en el área finlandesa, ninguno en la red, pero ya se sabe que no se distinguen por su puntería y además el portero estuvo ágil. Lo malo fue que la pasividad afloró un día más en la faceta defensiva. Fue un lance aislado, pero deslució una labor apañada que, desafortunadamente, careció de continuidad en la segunda mitad. Bielsa retiró a tres de los titulares del domingo (De Marcos, Iturraspe y Susaeta) y el resto no supo rearmarse y hacerse respetar. De lo contrario, nunca hubiesen encajado otros dos goles que terminaron por rebajar la nota colectiva de manera sustancial.

¿Qué pudo extraer Bielsa del entrenamiento con árbitro internacional? Pues no demasiado en clave positiva, salvo la confirmación de que Galarreta suma mucho en la creación y no duda en llegar arriba y rematar. Confía plenamente en su exquisito manejo, posee visión y va adquiriendo sentido táctico. Eso y que cuando apuesta por los que apuesta habitualmente no anda descaminado. Iker Muniain, al que se espera como agua de mayo, todavía no está aunque el ensayo le habrá venido de maravilla.

En el otro platillo de la balanza, Mikel San José merece una reseña. Ejerciendo de defensa no es de recibo su déficit de agresividad, que le pone en evidencia en acciones donde se exige decisión y oficio. Sus dotes como finalizador son incuestionables, pero aunque por ello Bielsa, molesto por la derrota, le utilizase un rato de ariete, como en una época sucedía con Alexanco o ahora con Piqué, su función principal exige una aplicación mínima. Lo mismo que cuando saca el balón jugado y rifa el pase en zonas muy comprometidas. Tanta irregularidad le puede pasar factura y sería una pena porque posee una facilidad innata para jugar al fútbol, de hecho no hay otro defensa con tantos recursos técnicos como él.

Xabi Castillo, flojo en el apartado físico, desperdició la ocasión que le brinda la baja de Aurtenetxe. Ibai tiró de repertorio, pero sobre todo a partido vencido, cuando los locales ya iban con la lengua fuera.

De los incorporados en la reanudación, Igor pudo culminar una actuación discreta con un gol, mientras Ramalho pareció incómodo ocupando la banda en posición adelantada. En suma, Bielsa no halló material que añadir a su voluminosa enciclopedia monotemática de la plantilla que dirige.