¿Cómo lo lleva Mati en estos últimos días?

Un poco nerviosa por lo del premio.

¿Y cómo le suena eso de One Club Woman?

Suena muy bien. Fenomenal. Cuando me lo dijo, me quedé que perdí el habla. No sabía qué decirle.

Con este premio se podría decir “más vale tarde que nunca”.

Es de agradecer que un club como el Athletic se acuerde de una chica de Castilla-La Mancha. He estado aquí toda la vida pero lo que yo sentía tampoco lo consideraba como excepcional.

¿Y qué supone para usted?

Es la guinda final a una carrera de fútbol durante veinte años, desde los 14 hasta los 34, que se acuerden de ti es un honor.

Vive en Albacete pero es de Cuenca, ¿no?

Sí. Yo vine a Albacete con 14 años, donde continué mis estudios, y yo estaba muy a gusto. Mis padres son de Honrubia y de La Almarcha, dos pueblecitos muy pequeños de Cuenca. Pero vivo y trabajo en Albacete.

Cuando se retiró del fútbol, dijo el Fundación Albacete que la huella que dejaba era muy grande…

Sí. Es que en Albacete el fútbol femenino no tiene una trayectoria muy grande, había un par de equipos nada más, y que una jugadora se quedase tanto tiempo era algo excepcional. Al final, o te fichan de otro club, te cansas de jugar o se acaba tu etapa, pero yo seguí año tras año y me decían “te vamos a poner una estatua”. La verdad es que ha sido mucho tiempo.

¿Pero le habrán tentado con ofertas otros equipos?

Sí. Yo jugaba en la selección de Castilla-La Mancha, te ven los clubes, también estuve en la sub’19 española, que entonces solo había sub’19 y absoluta y al final me llamaron varios equipos de Primera, pero yo decía: “El sueño de toda chica es jugar en Primera División” y ya sabía con estas llamadas que podía jugar pero por qué no jugar con mi equipo, que es donde está mi gente, que es lo que yo considero mi familia.

¿Y lo consiguió?

Al final, por cabezonas, conseguimos ascender.

¿Hoy día sería más difícil mantener su dilatada trayectoria en un solo club?

Es un hándicap. Hoy hay más dinero pero también hay un sueldo mínimo, que lo han conseguido con mucha lucha, y te da para vivir. Antes te llamaban y aunque te ofreciesen una cantidad de la época tampoco era un sueldo que mereciera la pena irse a la otra punta de España para vivir mi sueño.

Entonces….

Igual es un poco más difícil. Pero si aquí estás en tu tierra, te están dando lo que pides y jugando en la categoría que quieres, tampoco creo que sea tan difícil quedarse. Yo lo he visto muy fácil toda la vida.

“He estado en el Albacete toda la vida pero lo que yo sentía tampoco lo consideraba excepcional”

En el Athletic hay jugadoras importantes que han marchado y otras jóvenes que han decidido quedarse para ser importantes.

En el Athletic hay una cultura de club que permiten unos valores que desde la cantera se van pasando con los años y uno quiere ser del Athletic y se queda aquí toda la vida. Las únicas que han podido haber sido tentadas, igual, es por haber ido a jugar la Champions o algo así, pero por otra cosa… Si ahí tenéis de todo.

Y lo de este jueves en San Mamés, ¿será algo inimaginable?

En San Mamés, en La Catedral, no he estado. En Lezama sí cuando jugaba. El partido contra el Betis será bonito de ver. La afición del Athletic es algo diferente a la de otros equipos. El ambiente de San Mamés no se vive en otro sitio. Será un partido muy chulo.  

¿Y cómo llevaba su trabajo de enfermera y jugar en el Albacete?

Llevas una dinámica que no te das cuenta de lo que estás haciendo, pero al final lo llevas adelante. Me levantaba a las seis menos cuarto para ir a otro pueblo a trabajar, a mitad de mañana me volvía porque los entrenamientos eran a las doce y sin desayunar entrenaba y a las cuatro llegaba a casa, me duchaba y comía. Eso lo he mantenido hasta que he reventado. Pero yo en esa época era feliz y lo llevaba bien, hasta que el nivel de estrés fue subirme al coche y me daban taquicardias. Así que dije “tengo que parar”. Al principio lo llevaba bien porque era lo que me gustaba. 

“La afición del Athletic y San Mames es algo diferente, un ambiente que no se vive en otros sitios”

¿Se siente pionera de todo este avance que se está viviendo en el mundo del fútbol femenino?

Sí, claro. Yo veía a muchas chicas nuevas que llegaban nuevas al club y protestaban por las horas de entrenamiento y otras cosas. Y yo decía “de qué os quejáis si os están pagando por hacer lo que te gusta y eso es nuevo para nosotras”. Te dan muchas facilidades con los estudios la mayoría de las veces, flexibilidad, estás viviendo tu sueño y cobras por ello. Pionerísimas.   

¿No le pica el gusanillo al ver ahora los campos llenos y el seguimiento de los medios?

Hasta cierto punto. Me pica hasta ese momento del partido. Pero el gusanillo de entrenar y el sacrificio, eso no me pica.

¿Lo mejor en su trayectoria?

Sin duda el ascenso a Primera con el Fundación Albacete. Que además nos dejaron jugar en el Estadio Carlos Belmonte. Llevábamos intentándolo cinco años y nada. Y nos dijeron al final, además por una buena causa ya que la entrada integra fue para Nono (un pequeño que falleció en 2021) con una enfermedad rara y además ganamos. Yo creo que se alinearon los astros porque hemos jugado dos o tres veces más y solo hemos ganado la que teníamos que ganar.

Para finalizar, ¿ha merecido la pena el camino?

Claro. No me arrepiento de nada.

¿Y con este premio más?

Estoy en una nube. No me lo creo todavía. El jueves, cuando esté allí, lo asimilaré o días después.