Pocos productos son tan reseñables y cuentan con tanto cariño en la gastronomía vasca como el bacalao al pil pil. Aún se desconoce en su totalidad el nacimiento de este plato, pero es indudable el affaire histórico existente entre este pescado y la villa.

En la mañana de este viernes una quincena de profesionales y personal relacionado con las fiestas han sido los encargados de escoger un bacalao al pil-pil de champions. Para ello, se han separado las más de 60 cazuelas de barro de todos los participantes en dos grupos y en tríos han analizado la presentación, el punto del bacalao y el punto del pipil.

El chef del Restaurante Tamarises Izarra, Javier Izarra, valoraba junto a Aitor Fernández de Bilboko Konpartsak y a Ugaitz Iturbe  de Bizkaiko Txakolina. La misma escena se podía apreciar en los otros seis grupos. A pesar del heterogéneo jurado los criterios han sido muy claros y los resultados finales eran prácticamente idénticos en todos los grupos.

Hoy en Aste Nagusia comemos....bacalao al pil-pil

Hoy en Aste Nagusia comemos....bacalao al pil-pil Yaiza Arrizabalaga | Borja Guerrero

Primero, un buen bacalao al pil-pil debe tener una buena presentación con trozos grandes, uniformes y adaptados a la cazuela de barro. “Cada participante ha sido libre en la elección de ingredientes, pero no se puede trampear con el proceso de agitación del pil-pil”, ha aseguradoel chef Javier Izarra, quien recomendaba rebajar con verdura. 

Por las mesas del jurado, han pasado más de seis decenas de platos de todo tipo. Algunos con ajo entero, otros laminado, con guindilla… La minuciosidad de los concursantes persistía latente en las obras, aunque ha habido excepciones. 

Finalmente el podio general lo han completado La Campa Basarrate en tercer lugar, Mozoilo en segundo puesto y Rosa Gure Etxea se ha llevado la txapela. En cuanto a la clasificación de comparsas el tercer lugar ha sido para Zaratas, en segundo Txori Barrote y en primer lugar Pinpilinpauxa, a quien, la txupinera, Izaskun Pinedo les ha entregado el galardón emocionada. 

Ha sido una mañana donde se ha puesto a prueba el plato más bilbaino. ¡Ojalá lo pudiera ver el empresario bilbaino Simón Gurtubay, quien casi se arruinó en la época industrial por pedir más de un millón de piezas!