Ni Marijaia ni Gargantúa; no hay personaje más coreado, buscado y querido que Baly este domingo en Bilbao. El cetáceo y su troupe han vuelto a triunfar en su tradicional desfile por la Gran Vía de Bilbao, haciendo las delicias de pequeños y mayores, ávidos del agua y el confeti que lanzan a su paso en el colorido y animado paseo.

No quedaba ni un hueco libre una hora ya antes de que el grupo iniciara su desfile desde la plaza Circular, alargado este año más allá de Moyua. Y es que la principal regla del desfile es clara: llegar con tiempo para asegurarse un lugar en primera fila. A las 17.30 se había hecho fuertes en la acera Esther, Natalia, Laura y los pequeños Iraitz, Oinatz y Xabi. "Los globos se pueden tocar y es muy guay", aseguraban emocionados mientras esperaban la llegada de los ídolos. Sus grupies más especiales de la ballena amenizaron las espera con meriendas, juguetes, pegatinas e incluso mantas; también caretas con dibujos de animales acuáticos y bolsas de confeti que se repartían en más inmediaciones. Más de una seguro que quedó vacía antes del evento...

Y cuando el lejano rumor de una batucada se empezó a escuchar a lo lejos, el delirio. Gritos, deditos que señalaban a lo lejos, ojos emocionados... Sí, su personaje favorito estaba aquí. Como siempre, Bali y sus chorros -"pero si tira agua", se sorprendía una mujer, novata en estas lides- han sido los encargado de encabezar el desfile, acompañados cómo no de sus inseparables amigos: el pulpo, la chirla, la medusa... Entre uno y otro, charangas que animaban con sus contagiosas canciones y mil y un seres fantásticos en forma de caballitos de mar y peces. Entre la emoción y el susto, más de un pequeño no sabía si reír o llorar cada vez que se les acercaban. ¡Esto sí que es un buen banco!