La Unión Europa celebró ayer la “vuelta” de Estados Unidos a la escena global de la mano del demócrata Joe Biden, con una cumbre bilateral en la que exhibieron su entendimiento para poner fin a su disputa comercial y para ampliar su cooperación en otras muchas áreas.

“Usted está de vuelta en Bruselas y América está de vuelta en la escena global”, indicó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al dar la bienvenida a Biden en la sede de esa institución. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reconoció por su parte que los últimos cuatro años fueron “difíciles”, coincidiendo con el mandato del republicano Donald Trump. Por su parte, Biden dejó claro que “es arrollador el interés de EE.UU. por tener una gran relación con la OTAN y con la UE”.

Los representantes europeos y Biden también escenificaron en la cumbre su sintonía para abordar asuntos de mutuo interés global. Así, se conjuraron para que al menos dos tercios de la población mundial esté vacunada para finales de 2022 y abordaron la posibilidad de impulsar un tratado de cara a futuras pandemias.

También se mostraron a favor de una investigación “transparente” y “libre de interferencias” sobre el origen de la pandemia de coronavirus.

Por lo que respecta a la lucha contra el cambio climático, tan denostada por Trump, Biden y los europeos decidieron crear un grupo de alto nivel para reforzar su cooperación en ese ámbito y trabajar por el fin del deterioro de la biodiversidad. También coincidieron en la necesidad de reformar la OMC y de progresar en materia de una fiscalidad internacional equitativa, además de abogar por un orden internacional basado en reglas y la cooperación internacional.

Coordinación ante Rusia y China

En el apartado relacionado con la seguridad global o regional, ambos apoyaron el acuerdo nuclear con Irán del que Trump sacó a Estados Unidos, y acordaron fortalecer la coordinación de sus acciones frente a China y Rusia, y en el caso del segundo país decidieron establecer un diálogo de alto nivel entre Washington y Bruselas para abordar las cuestiones relativas a Moscú.

Estados Unidos y la UE aseguran tener la intención de consultar y cooperar “de manera estrecha” sobre la “gama completa de cuestiones” referidas a sus respectivas relaciones con Pekín, que califican de “enfoques multifacéticos similares”. Añaden que esos enfoques incluyen “elementos de cooperación, competencia y rivalidad sistémica”.

Precisan que pretenden seguir coordinándose en sus “preocupaciones compartidas”, como las “violaciones de derechos humanos” en Xinjian y el Tibet, la “erosión de la autonomía y procesos democráticos” en Hong Kong, “la coacción económica, las campañas de desinformación y los problemas de seguridad regional”. “Seguimos seriamente preocupados por la situación en los mares de China Oriental y Meridional y nos oponemos con fuerza a cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo e incrementar las tensiones”, aseveran. En contraste, los Veintisiete y Washington también planean coordinarse en su “compromiso constructivo” con China en ámbitos como el cambio climático o la no proliferación de armas.

Sobre Rusia, dicen permanecer “unidos” en su “enfoque de principios” hacia Moscú y estar “preparados para responder de forma decisiva a su patrón repetido de conducta negativa y actividades dañinas, que Rusia debe abordar para evitar el mayor deterioro de las relaciones, incluida la lista de los llamados países inamistosos”. “Para coordinar nuestras políticas y acciones planeamos establecer un diálogo de alto nivel sobre Rusia entre la UE y EE.UU.”, anuncian, una iniciativa similar a la que pactaron poner en marcha Bruselas y la anterior administración estadounidense el año pasado para tratar China.

Washington y la UE también condenan las acciones rusas que “menoscaban” la soberanía, integridad territorial e independencia de Ucrania y Georgia, y piden al Kremlin garantizar que las misiones diplomáticas en Rusia pueden operar “de manera segura y productiva”, además de detener la campaña contra la oposición y los medios independientes y liberar a los “presos políticos”.

Al mismo tiempo, decidieron mantener canales de comunicación abiertos para cooperar en áreas de interés común.