El partido conservador GERB, del populista primer ministro Boiko Borisov, ganó ayer domingo las elecciones generales en Bulgaria con el 25,7% de los votos, 7 puntos menos que en los comicios de hace cuatro años, según los primeros sondeos a pie de urna hechos públicos al terminar la votación.

Según esos datos, distribuidos por la emisora bTV, el Partido Socialista quedó segundo, con el 17,6%, y tercero fue el nuevo partido protesta Existe Tal Pueblo (ITN), que con un mensaje populista contra la corrupción y las élites, recibió el 15% de los apoyos.

Otros cuatro partidos entrarían en un Parlamento en el que los analistas prevén será difícil negociar mayorías de Gobierno.

De confirmarse esos resultados, el partido de Borisov, que ha gobernado los últimos cuatro años coaligado con partidos ultranacionalistas, tendría 68 escaños, 27 menos que los actuales, y muchos problemas para encontrar socios que sumen los 121 que da la mayoría absoluta en el Parlamento.

El Partido Socialista, que pierde 33 y se queda en 47 diputados, y Existe Tal Pueblo, que entra en el Parlamento con 43, ya han anunciado su negativa a formar Ejecutivo con Borisov.

Los 29 diputados del Movimiento por los Derechos y Libertades, el partido de la minoría turca que ha sido en el pasado esencial para permitir la formación de Gobierno, no serían suficientes en esta ocasión.

Ni siquiera sumaría mayoría si se le unen los once diputados del ultranacionalista VMRO, que han formado parte de la coalición de Gobierno los últimos cuatro años.

Otros dos movimientos de protesta, el liberal Bulgaria Democrática y ¡Levántate Bulgaria! ¡Mafiosos Fuera!, de centroizquierda, surgidos de las protestas antigubernamentales del pasado verano, lograrían 29 y 13 escaños respectivamente, pero queda prácticamente descartado que apoyen al actual primer ministro.

bloque opositor

Por otro lado, la anunciada negativa de Existe tal pueblo a pactar con los socialistas, a los que considera parte de la misma estructura corrupta del GERB, hace difícil que el bloque opositor sume mayoría de Gobierno.

Según la emisora bTV, la participación en las urnas en la jornada electoral fue del 47,8%, seis puntos menos que en 2017, debido a la reticencia de muchos búlgaros a acudir a las urnas por miedo a contagiarse, en un momento en el que el país sufre récords de contagios y hospitalizaciones por el covid-19.

Aparte de algunas denuncias de intento de compro de papeletas, el principal incidente se produjo en la región de Veliko Tarnovo, donde un problema con las máquinas electrónicas de voto, usadas por primera vez en el país, obligó a suspender la votación.

Al cierre de los colegios electorales, varias televisiones anunciaron resultados según encuestas a pie de urna, aunque los datos oficiales definitivos no se conocerán hasta finales de esta semana.

Importante puede ser la participación de los búlgaros emigrados, que en esta ocasión podría lograr máximos históricos, pese a las dificultades para votar y las dudas sobre irregularidades en el recuento.

Varios expertos consideran que gran parte del voto de la diáspora será de castigo a Borisov y en apoyo de Trifonov.

Se han dispuesto 467 centros de voto en el extranjero, con Alemania (69) y España (53) como los países donde más solicitudes de participación electoral se han registrado entre los búlgaros residentes.